23-J: Certezas

Termina el tiempo de las cábalas y se abre el de un resultado cierto, democrático y plural

Un elector ejerce su derecho al voto.

Un elector ejerce su derecho al voto. / A. Pérez Meca / Europa Press

ACABA hoy el tiempo de las cábalas. De las estimaciones (demoscópicas o imaginativas). De los cálculos (rigurosos o manipulados). De las estratagemas partidarias (decentes o infames). De las hipérboles.

Termina el tiempo de apelar a las emociones –ilusión, miedo y hasta rabia–, a las tripas, para dejar paso a la decisión racional y a las certezas.

Porque al fin y al cabo eso es lo que la voz colectiva de los electores que voten entre los 37.469.142 españoles que integran el censo electoral deben dar: un resultado cierto, democrático, y que refleje la pluralidad ideológica de un pueblo libre.

Conviene subrayarlo ahora, antes de saber qué votarán hoy los españoles, porque en los últimos años hemos asistido a protestas intolerables de minorías –lamento decir que de grupos de izquierda– porque no aceptaron el resultado y lo calificaron de fascista, cayendo ellos en el ejercicio totalitarista: sólo es válida su forma de ver el mundo.

Los electores evalúan este 23-J al primer Gobierno de coalición desde la restauración democrática. Un Ejecutivo muy débil que ha sobrevivido pagando diezmos a grupos independentistas cobrados al conjunto de los españoles, no sólo en impuestos, sino también en calidad institucional. El más caro, la pérdida de la protección al Estado que daba el delito de sedición. De eso van estas elecciones.

Y además de la certeza que debe dar un resultado democrático y plural frente las encuestas, las sensaciones o los deseos, muchos confiamos en que las papeletas den también certeza para la gobernabilidad, que no se imponga el bloqueo institucional, que alumbren una mayoría sólida –la que sea, aunque mejor centrada que extremista– que deje de distraer a España con tanto ruido electoral.

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