Huelva

Las playas de Huelva deberán contar con señales que salven de los tsunamis

Día de verano en la playa de Matalascañas, una de las de mayor afluencia en la Costa onubense.

Día de verano en la playa de Matalascañas, una de las de mayor afluencia en la Costa onubense. / Alberto Domínguez

El mayor desastre natural de la historia de Huelva sigue muy presente en la memoria de la ciudad. El denominado terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1775 fue el responsable de un gran tsunami que golpeó las costas onubenses con olas de hasta 15 metros, provocando más de 2.000 muertes en la zona Atlántica de nuestro país. Los científicos lo tienen muy claro. No será ni el primer gran tsunami ni el último que azote a Huelva, dada la vulnerabilidad de la provincia por su proximidad a zonas de alta actividad sísmica. Es este trágico recuerdo, junto al "riesgo superior a aquella vez debido al actual desarrollo industrial y turístico" lo que ha apremiado a la Junta de Andalucía a sacar adelante el novedoso Proyecto de Decreto del Plan de Emergencia destinado a hacer frente a la amenaza de tsunamis en la región. Un plan que, además, se elabora de acuerdo al escenario más desfavorable, dado que está teniendo en cuenta el peor episodio que vivió la costa atlántica andaluza en lo que a maremotos se refiere.

El referido proyecto resulta fundamental para establecer un sistema de alerta temprana que permita la inmediata puesta en marcha de medidas de actuación oportunas para la protección de la población, tanto en la Costa atlántica como en la mediterránea. Dar una respuesta a tiempo es clave si se quiere reducir al máximo el impacto humano y económico de un maremoto que, según los científicos, llegará. De hecho, tal y como recoge este proyecto, Andalucía y, concretamente, el Golfo de Cádiz, "presenta uno de los índices de peligrosidad por maremotos más elevados de España". Entre las medidas de dicho proyecto, quedan trazadas rutas de evacuación hacia puntos seguros, los cuales deben ser señalizados de forma precisa en los Planes de Actuación Local. 

Visor de la Junta de Andalucía que muestra las zonas inundables en Huelva en caso de tsunami. Visor de la Junta de Andalucía que muestra las zonas inundables en Huelva en caso de tsunami.

Visor de la Junta de Andalucía que muestra las zonas inundables en Huelva en caso de tsunami. / M. G.

Y aquí entra en juego Huelva. Este proyecto recoge un listado de los municipios "obligados" a elaborar un Plan de Actuación Local ante el riesgo de maremotos. Los mismos, en el caso de la provincia onubense, son los costeros, aquellos que por su ubicación geográfica podrían verse más afectados por un terremoto. Huelva no se encuentra en una zona de riesgo sísmico extremo, pero sí que podrían afectarle movimientos sísmicos que se produzcan en la zona en la que contactan la placa africana y la placa euroasiática.

Las localidades que reúne el proyecto son Almonte, Ayamonte, Cartaya, Huelva, Isla Cristina, Lepe, Moguer, Palos de la Frontera y Punta Umbría. Todas ellas deben incorporar la señalética adecuada para conducir a la población y a los turistas hacia las rutas de evacuación de forma clara y precisa. Por ello, no resultaría extraño que de aquí a unos meses los onubenses se topen con carteles de este tipo en las playas de la provincia. Los puntos de encuentro propuestos deben corresponderse con zonas no inundables, amplias y sin edificios cercanos, mientras que las rutas más óptimas de evacuación deber ser igualmente amplias.

Señales de evacuación por tsunami. Señales de evacuación por tsunami.

Señales de evacuación por tsunami.

Un hecho importante a destacar es que la señalización que prevé la guía elaborada por la Junta de Andalucía debe atender a una serie de criterios. En lo que se refiere a la ubicación, las señales se situarán en las calles, caminos y carreteras por las que pueda preverse la evacuación a pie hacia zonas elevadas, prestándose especial atención a los cruces para evitar obstrucciones. Las mismas deben estar instaladas además en suelo firme que permita mantener su consistencia, así como deben ubicarse en lugares de fácil acceso que permitan su mantenimiento. 

El proyecto recoge también que dichas señales deben estar instaladas en lugares fácilmente visibles y protegidas frente a las condiciones climáticas adversas. Su idioma será el de la lengua oficial de cada territorio, si bien es recomendable el uso de la correspondiente versión en inglés u otras lenguas extranjeras en los puntos de mayor afluencia de ciudadanos de otros países.

La guía contempla tres tipos de señales, una de advertencia de peligro de tsunami de color amarillo -debe ocupar este color más del 50% de la superficie-, en contraste con el negro; otra de evacuación y una última de zona segura, estas dos últimas de color verde que hagan contraste con el blanco. 

Modelo de la señal de advertencia de peligro de tsunami. Modelo de la señal de advertencia de peligro de tsunami.

Modelo de la señal de advertencia de peligro de tsunami.

Las dimensiones de la señal deberán ser acordes con la distancia a la cual el usuario o las personas logran ver e identificar los símbolos sin problemas o deficiencias. De este modo, las dimensiones recomendadas son aquellas visibles a distancias mayores de 25 a 30 metros; es decir, las rectangulares de 60 x 90 cm. Sin embargo, este tamaño puede ser inferior o superior al recomendado, de acuerdo a las condiciones necesarias de cada zona.

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