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Betis Baloncesto - Cáceres: A por el 'play off', el premio en el que sólo la plantilla creyó

  • El Betis recibe al descendido Cáceres dependiendo de sí mismo para amarrar la novena plaza y jugar el 'play off' ante el Estudiantes

  • El rival llega a San Pablo tras encadenar ocho derrotas, 16 en los últimos 17 partidos

Joaquín Rodríguez y Pablo almazán, durante un entrenamiento en el Palacio de los Deportes de San Pablo.

Joaquín Rodríguez y Pablo almazán, durante un entrenamiento en el Palacio de los Deportes de San Pablo. / Betis Baloncesto

En las Navidades pasadas hablar de play off era una auténtica quimera para el Betis Baloncesto cuando en el último partido de 2023 perdía en Cáceres por 64-61. Poco más de cuatro meses después y ante el mismo rival (viernes, 21:00), que llega descendido y sin jugarse nada, el conjunto verdiblanco puede amarrar la novena plaza para citarse en la promoción de ascenso ante Estudiantes. Y a partir de ahí, sin presión alguna, a soñar.

En otras circunstancias no podría hablarse de éxito. Todo lo contrario después del dinero invertido y venir de la ACB, pero en esta temporada convulsa, de constantes cambios y con problemas económicos al final, acabar noveno, remando desde muy atrás, es lo mejor a lo que el plantel heliopolitano podía aspirar para alargar un curso en el que todavía tendrá mucho que decir. Porque jugar estas eliminatorias por el ascenso es un premio para una plantilla que creyó más que nadie y se repuso a todos los problemas que venían de fuera.

Con el futuro en el aire, en el presente este Betis Baloncesto tiene todavía mucho que decir y está respondiendo en la cancha de la mejor manera a toda la incertidumbre que lo rodea, por lo que atar ese puesto de play off es la mejor forma que tiene el vestuario de responder a los que quieren matar el baloncesto en Sevilla, a los que no lo apoyan o lo ven como un lastre, en vez de como un camino para hacer marca.

Pero hay que ir paso a paso y no se puede caer en el error de creer que todo está hecho ya. Nada más lejos de la realidad, porque falta poner el broche y para ello la cuestión mental será determinante. En ello ha trabajado Bruno Savignani esta semana, ya que quiere que sus jugadores salten a San Pablo con tensión, pero no tensos; con presión, no presionados. Y es que un contrario sin nada en juego más allá que su propio orgullo puede convertirse en un rival peligroso si falta la concentración y se deja de hacer todo lo bueno que se ha venido haciendo desde que el vestuario se conjurara confiado en que se puede hacer algo muy bonito.

La mejora verdiblanca es evidente hasta convertirse en uno de los equipos a evitar en los play off por el buen momento por el que pasan piezas clave como Polanco y Joaquín Rodríguez, los líderes ofensivos del equipo, además de la dirección de Faggiano, la defensa como bloque de todo el grupo que complica las cosas a cualquiera cuando se pone en zona, y la necesario aparición de algún secundario, ya sean Berzins o Kuksiks anotando desde el triple, Doménech o Dedovic dando un plus atrás, o De Bisschop haciéndose fuerte en la zona.

Una de las claves del encuentro, más allá de la lógica fortaleza en el rebote y el acierto desde el exterior, será la puesta en escena. Es el Betis Baloncesto el que necesita ganar para no tener que estar pendiente de lo que haga el Fuenlabrada, por lo que el cuadro hispalense tiene que mostrar desde el salto inicial esa necesidad en forma de deseo, ganas e intensidad para dejar claras las cosas a un Cáceres que debe estar pensando más en preparar la próxima campaña que en cómo acabar la actual.

Con todo, no vendrán sin luchar y el base ex bético Dani Rodríguez llevará la manija de un equipo en el que Atencia y Gantt por fuera son las piezas más importantes de los de Arturo Álvarez, que pierde a Dikembe por dentro y que llegan a Sevilla tras encadenar ocho derrotas, 16 en los últimos 17 partidos, una racha negativa que lo ha mandado a la LEB Plata sin remisión. A expensas, eso sí, de que en verano alguna situación inesperada de renuncia a la categoría le permita tirar de algún resquicio para seguir en la segunda categoría del baloncesto nacional. No será la renuncia verdiblanca a la LEB Oro, pues el club, lo que queda de él y los que lo siguen queriendo, buscan darle una vida extra.

Pero para ello habrá que esperar a que se resuelva la situación legal en verano. Antes es el momento de que la afición, la mucho o poca que quede tras años de maltrato, para demostrar que en Sevilla el baloncesto tiene su sitio y, sobre todo, del equipo, que debe dar el último paso para disputar un merecido play off que no se puede escapar a última hora. Sólo falta una victoria, una más en el tortuoso camino que empezó con la venta a un grupo mexicano, XOY, que parecía un mecenas y no ha sido más que otra aparición fantasmal que quiso sacar un rédito de donde no lo hay. Ni aquí ni en ningún club de España. El triunfo necesario ante el Cáceres será el triunfo de la fe de un equipo que creyó más que nadie y que quiere darle a San Pablo el premio gordo.

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