Cuando salimos a la calle por la mañana la vida es otra, tiene otro sonido.

Deberíamos hacer el esfuerzo de dudar y no aceptar cualquier ocurrencia. No quedarnos en lo fácil.

La izquierda no protesta por que haya ricos y pobres sino, precisamente, por quedarse sin ricos.

No puede ser, a la vez, la orgullosa promotora de la ley y víctima de los desaguisados que no ha sabido prever.

Vox tiene claro que esta es la suya y no va a dejar pasar la oportunidad de hacer algo inútil pero esperpéntico a la vez.

Las llamadas campañas electorales, asoman unas cuantas en el horizonte, son algo trasnochado, sin sentido.

El cine, como todas las artes, nos enseña a mirar. No lo ignoremos ni ridiculicemos. En toda burla hay algo pobre.

Todos vamos construyendo nuestra propia decadencia. Es cuestión de tiempo, buena administración y algo que escapa a la voluntad.

El mundo universitario ha sido destruido por la burocracia incomprensible y la politización.

La triada mediterránea, el trigo, el olivo y la vid, desaparecerán gracias a quienes dicen protegerlo.