La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
El corte de pelo french bob nos tiene absolutamente enamoradas, mucho más que el blunt cut desfilado que tanto se lleva este verano. A pesar de ser un corte de pelo irresistible y muy sofisticado (tiene la culpa de que las mechas más en tendencia del verano hayan pasado a un segundo plano), puede resultar demasiado atrevido, incluso hasta para las que no le temen a nada porque el pelo crece.
Con un estilo súper sofisticado y glamuroso, que recuerda a las parisinas con más estilo del país vecino, el french bob también presenta alternativas para que podamos apostar por él en una versión un poco menos lanzada. Aunque sin perder un ápice de estilo y glamour.
Al igual que ocurre con otros tipos de cortes de pelo, el french bob que conocemos presenta alternativas para lucir un cambio de look con más estilo que el de las propias parisinas. Long french bob, tousled french bob, lip-length bob... Descubre los cinco tipos de french bob que hemos descubierto de la mano de los expertos de L'Oréal y decídete por el que más se adapte a tu estilo parisino.
Si te levantas tarde y te peinas a toda prisa con los dedos, no pasa nada. Precisamente esa es una de las formas de conseguir el efecto ligeramente alborotado que tanto les gusta a las francesas. ¿Lo que no se ve? El encrespamiento. Para explotar el volumen y la textura natural de tu cabello sin que la cosa se desmadre, apuesta por un sérum.
Ya vimos en su momento que el tousled hair era la última tendencia en ondas y sí, también encaja divinamente con este bob. Un toque de laca y ya tienes peinado con textura y romanticismo para rato.
La versión lisa de este corte de pelo tiene mucho en común con el blunt bob que arrasó la temporada pasada, aunque añade el factor flequillo (si se quiere), resta perfección y se trabaja con las puntas hacia dentro. Tanto si las moldeas con el secador como con la plancha, asegúrate de aplicar antes un protector antifrizz.
Todo un homenaje a Amélie y a las francesas de los años 20 (más ponible, eso sí). En este caso, se lleva muy cortito, a la altura de la boca, y con las puntas de los frontales orientadas hacia arriba. ¿Ves qué volumen coge a los lados? Pues es así como consigue redondear y suavizar los rasgos. Si no quieres que se mueva ni un pelo, tira de laca.
Para mantener el corte, deberías pasarte por la peluquería cada mes y medio. Pero, que conste que esto no es ni mucho menos una obligación. Siempre puedes dejar que el pelo crezca un poco (sin llegar a los hombros, eso sí). Lo mismo pasa con el flequillo: aquí también es opcional. Raya al medio —imperfecta, ya sabes—, puntas metidas, un extra de brillo con aceite y el toque french seguirá contigo.
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