Cómo prevenir la astenia primaveral en tiempos de coronavirus: Recomendaciones para mitigar sus efectos y sobrevivir a la primavera
Las alergias, los cambios de luz y las alteraciones fisiológicas hacen que el cuerpo experimente una fatiga generalizada y te contamos cómo puedes mitigarlo
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La primavera ya ha llegado y con ella la temida astenia primaveral. En esta época del año se suele notar la sensación de hartazgo, falta de energía o apatía, suele pasar año tras año, pero se prevé que éste sea peor ya que se une a los efectos de la pandemia. Las consecuencias del coronavirus, la llegada de la primavera y los problemas para dormir a causa del cambio de hora traen consigo efectos muy negativos en nuestro cuerpo que debemos plantearnos combatir.
Ha sido un año muy duro para todos y la gran mayoría notan una sensación de agotamiento que se puede ver incrementada por la llegada de la primavera. Las alergias, los cambios de luz y las alteraciones fisiológicas hacen que el cuerpo experimente una fatiga generalizada. A pesar de practicar deporte y llevar una alimentación saludable, los efectos de la primavera son palpables en la mayoría de la población.
Algunos de los síntomas más comunes son somnolencia diurna, desmotivación, tristeza, dificultad de concentración, dolores de cabeza, disminución del deseo sexual, falta de apetito, irritabilidad y cansancio generalizado.
Con la llegada de la primavera el cuerpo tiene que adaptarse a ciertos cambios de temperatura y luminosidad y esto provoca un cambio hormonal que afecta al estado de ánimo. Este cambio puede afectar durante dos o tres semanas, pero después, el aumento de la serotonina y la disminución de la melatonina, provocado por el aumento de la luminosidad, hace que el estado de ánimo mejore y aumente la energía y motivación. Hablamos con los expertos de Nutritienda que nos dan algunos trucos y recomendaciones para mitigar los efectos de la astenia primaveral en tiempos de coronavirus.
Hacer deporte para mitigar la astenia primaveral
Hacer deporte es uno de los mejores antidepresivos naturales, activa nuestro cuerpo y hace que uno se sienta mejor. Favorece la liberación de endorfinas que hace que aumente el estado de ánimo. Cualquier ejercicio es bueno, y más ahora que empieza el buen tiempo, se puede salir a correr, a montar en bici o a andar para sentirse mejor.
Regular el sueño y anticiparse al cambio de hora
Hay que establecer una rutina de descanso y adaptarse al cambio de hora poco a poco. Es conveniente dormir una media de siete u ocho horas para que el cuerpo descanse y uno se levante con buen estado de ánimo.
Mantener una buena hidratación
Hay que beber un mínimo de litro y medio al día para que nuestro cuerpo esté hidratado. Se puede combinar con zumos e infusiones, aunque siempre dando prioridad al agua.
Practicar yoga para adaptarse al cambio de estación
Una buena manera de relajarse y adaptarse al cambio de estación es practicando yoga, ya que mejora la conexión entre cuerpo y mente y hace que uno se relaje, mejora el ciclo del sueño, elimina dolores musculares y controla la ansiedad.
Realizar actividades al aire libre
Ahora que llega el buen tiempo hay que aprovechar y salir al aire libre, dar paseos, estar al sol ya que es la mejor fuente de vitalidad.
Limitar el consumo de cafeína
La cafeína es un alcaloide natural que se encuentra en distintas partes vegetales comestibles como por ejemplo las hojas de té, cacao y semillas de café. Es una sustancia que se consume sobre todo a través de bebidas como el café, el té y bebidas energéticas.
La cafeína bloquea los lugares donde se une la adenosina que genera sensación de cansancio, sedación y actúa de forma contraria estimulando el sistema nervioso, pero si no se consume con moderación tiene efectos perjudiciales, así que es mejor limitarla ya que puede alterar el sistema nervioso e interferir en el sueño.
Una buena alimentación para mitigar los efectos de la astenia primaveral
Siempre hay que cuidar la alimentación, pero en estas fechas más, ya que el cansancio y la falta de motivación hace que el cuerpo nos pida alimentos ricos en azúcar y grasas y hay que intentar evitarlos. Para ello, hay que aumentar la ingesta de verduras y frutas para conseguir tener más vitaminas y minerales.
Una dieta variada, equilibrada y saludable junto con un estilo de vida sano y activo nos hará sentir más enérgicos. Además, es importante prevenir la deficiencia de cualquier nutriente. Los mejores alimentos, según los expertos nutricionistas de Nutritienda.com, para combatir el cansancio producido por la astenia primaveral son:
- Plátano: Es la fruta energética por excelencia, es rica en potasio, ácido fólico, vitamina B6 que contribuye a mantener el normal funcionamiento del sistema nervioso, ayuda al metabolismo energético normal y a disminuir el cansancio y la fatiga. Además, tiene un alto poder saciante ya que contiene mucha fibra, y es bueno para no subir de peso.
- Chocolate negro: El cacao es un placer para el paladar y para la salud, se puede tomar en forma de semilla, polvo o chocolate puro. Contiene antioxidantes, (como los flavonoides), vitaminas y minerales muy beneficiosos para la salud. Pero hay que tener en cuenta que es importante saber escoger la variedad de chocolate ya que se puede perder hasta un 90% del contenido en flavonoides según la etapa y el proceso de fabricación. También contiene triptófano, un aminoácido esencial de gran importancia precursor de la serotonina y la melatonina y teobromina responsable de algunos efectos beneficiosos del cacao. Pero no hay que olvidar que los derivados del cacao, como el chocolate, hay que consumirlos con moderación y con la mayor concentración de cacao puro posible.
- Huevos: Los huevos son uno de los alimentos más recomendados para comenzar el día ya que aportan nutrientes necesarios para hacer frente a todas las actividades gracias a la presencia de proteínas. Son fuente de vitaminas como la A, D, E y K, y contienen ácido fólico. Son ricos en minerales, sodio y potasio que contribuyen al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos, además de al mantenimiento de la tensión arterial normal.
- Almendras: Es uno de los alimentos más energéticos que hay, contienen ácidos grasos insaturados que contribuye a mantener niveles normales de colesterol, fósforo que favorece al metabolismo energético normal, minerales como el potasio que ayuda al normal funcionamiento del sistema nervioso, el calcio, necesario para el mantenimiento de los huesos en condiciones normales y el magnesio que ayuda a combatir la fatiga y el cansancio y, por último, vitamina E que contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo.
- Miel: La composición de la miel de abeja varía mucho en función de la zona o del clima dónde se ha recogido, sin embargo suele ser rica en hidratos de carbono (glucosa y fructosa), por lo que su consumo proporciona energía a nuestro organismo. También contiene una cantidad moderada de zinc, que contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario; y es rico en diversas enzimas, aminoácidos, ácidos orgánicos, sustancias aromáticas, etc.
- Pescado azul: Los pescados azules como el salmón, son fuente de ácidos grasos Omega – 3. El consumo de 250 mg de DHA y EPA, en combinación de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable, contribuye a mantener el funcionamiento normal del cerebro y del corazón, por lo que se recomienda incluir de 3-4 raciones de pescado por semana (alternando entre pescado azul y blanco). Hablando de pescados como el salmón, podemos decir además que es fuente de proteínas y minerales tan importantes como el fósforo. También incluyen un aporte importante de vitaminas B6 y B12 y niacina que contribuyen a disminuir la sensación de cansancio y fatiga. No podemos dejar de mencionar la vitamina D ya que ayuda a mantener los huesos y músculos en condiciones normales.
- Tomate: El tomate destaca por su alto contenido en vitamina A, básicamente en forma de carotenoides provitamina A y vitamina C. Una ración de tomate cubre el 61 % de las ingestas recomendadas de esta vitamina, lo que contribuye al funcionamiento normal del sistema inmune y a la protección de las células frente al daño oxidativo.
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