La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
Consumo
Con el verano llegan, de forma irremediable, las ganas de beber. Ya sea para mitigar el calor, para refrescarse, o simplemente porque, la verdad, se está muy a gusto tomando algo en una terraza o un chiringuito mientras se mira la vida pasar. Una vez pasada (con aprobado o con suspenso) la operación bikini, quedan tres meses para seguir cuidándose. Dietas con poquitas calorías en las que la bebida tiene también mucho que decir, y es que hay mucha leyenda urbana acerca de lo que engordan (o no) ciertas bebidas y siempre es mejor conocer el dato exacto para saber a qué atenernos.
El rey del verano, como dice su propio nombre, es el tinto de verano. La refrescante bebida, mezcla de vino tinto con gaseosa o refrescos de naranja o limón, según gustos, es también una de las que más engordan. Cada vaso contiene, aproximadamente, 125 kilocalorías.La que más, la horchata. 231 Kc contiene un vaso de este producto típicamente valenciano, pero extendido por todo el país, elaborado con chufas trituradas, maceradas y mezcladas con agua y azúcar. Tiene un 2,4 % de grasas y un 12 % de azúcares. Nutritiva, pero…
A la horchata le siguen las bebidas de café. Depende mucho, eso sí, del tipo de leche o la cantidad de azúcar añadido. No es lo mismo un café con hielo que alguno de los diferentes preparados que nos ofrecen los supermercados o en las heladerías. Su aporte es de unas 170 calorías en el caso de un envase de los del 'súper'. Los refrescos, esa mezcla de burbujas, sabor y frescor, y los granizados de frutas, también contienen mucha azúcar. Alrededor de 150 kilocalorías para los segundos y unas 132 los primeros.
Luego van los zumos, aunque, como en el caso de los cafés, no es igual uno recién exprimido (con todas las vitaminas y minerales de la fruta) que uno concentrado o un néctar de frutas, que están muy cargados de azúcar y contienen solo un 50% de fruta, en el mejor de los casos. Unas 113 kilocalorías por un vasito.
Frente al mito de la cerveza y las calorías se impone la realidad. Una clara con limón engorda más que una caña, 125 kc frente a 88. Está muy rica. El refresco con el que se mezcla dulcifica el amargor de la cerveza, pero lleva bastante azúcar. No ocurre igual en el caso de la clara con gaseosa, que al contener menos azúcares aporta solo 88 Kc por vaso. Las bebidas refrescantes con extractos de té tampoco son excesivamente caloríficas: unas 94 kilocalorías por cada 33 cl (una lata).
Finalmente está la jefa. La que no engorda, refresca, nutre y se hace indispensable en los días de calor. No sabe a nada y no huele a nada. La bebida más vital, el agua, contiene cero calorías.
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