Las diez películas más románticas para ver en el San Valentín más casero de la historia y no echar de menos los besos
Grandes clásicos, alguna comedia y producciones lacrimógenas son algunas de las propuestas cinéfilas para disfrutar del Día de los Enamorados en casa
Olvida el típico ramo de flores de San Valentín y márcate el regalo más original con la experiencia floral que proponen en Floreando
No necesitamos una excusa para ver en bucle y una detrás de otra nuestras películas románticas preferidas, pero este de febrero tenemos la excusa perfecta para volver a verlas todas sin que nuestros amigos nos juzguen. El Día de San Valentín toca celebrar el amor y, como las circunstancias este año son bastante peculiares, no nos queda más remedio que reinventarnos.
Hemos regalado un original ramo de flores, hemos recibido el tradicional perfume por San Valentín y hemos preparado una cena romántica en la que lucir un súper look de San Valentínlook, pero lo que de verdad nos apetece es sentarnos en el sofá y tragarnos las películas más románticas del mundo mundial. ¿Por qué? Porque este año San Valentín lo pasamos en casa, porque echamos mucho de menos los besos y los abrazos y porque no hay un plan mejor que volver a ver El diario de Noa por millonésima vez y venirnos arribísima cuando Ryan Gosling le suelta a Rachel Mcadams aquello de Lo nuestro no acabó, jamás ha acabado.
Por eso, San Valentín es la excusa perfecta para ver películas románticas y en esta selección encontrarás algunos clásicos, algún que otro gran drama y las comedias de siempre que no nos aburrimos de ver. Dale al play y a disfrutar del San Valentín más casero de la historia sin echar de menos los besos.
Moulin Rouge
Siempre que hagamos una lista de películas, Moulin Rouge estará entre ellas. Da igual que se trate de los mejores thrillers psicológicos del siglo XXI, conseguiremos dar con la manera de que esta pieza sublime de Baz Luhrmann esté en el listado.
Podríamos invitarte a ver esta película por San Valentín por su maravillosa banda sonora, por la dirección de fotografía, porque Nicole Kidman es toda una diosa o porque cualquier historia ambientada en el París de principios del siglo XX tiene que ser vista. Pero no, te diremos que la veas porque... Lo más grande que te puede suceder es que ames y seas correspondido.
El Diario de Noa
Nunca llegaremos a superar el final de esta película pero siempre querremos volver a verla. Sí, la frase que repetimos con Noa (Ryan Gosling) cuando vuelven de pasear por el lago (y los posteriores arrumacos que se dan con la intensidad de un par de jóvenes que se tiene ganas desde hace media vida) es lo que nos hace reconciliarnos con el desenlace y querer ver la cinta una y otra vez. Aprovecha San Valentín y márcate tú también un ¡Lo nuestro no acabó, jamás ha acabado!
Desayuno con diamantes
Vale que esta película no hace gala del romanticismo extremo y por definición, pero las que somos fans de Audrey Hepburn siempre tendremos esta versión algo edulcorada de la novela de Truman Capote como una de nuestras películas románticas preferidas. Hay amor, claro que lo hay, y merece la pena verla en San Valentín y en cualquier día del año sólo por ver una de las escenas más inspiradoras del cine.
Audrey Hepburn está sentada en el alfeizar de la ventana y, mientras toca la guitarra, canta con una cautivadora melancolía el tema Moonriver. Aunque la escena más reproducida de la película es la de Hepburn frente a Tiffany's mientras desayuna, los nosotras nos quedamos con la escena de la ventana. Aunque. si hablamos de amor y romanticismo, la escena final en la que ella y George Peppard comparten beso con el gato es maravillosa.
Los puentes de Madison
No hay ninguna norma que diga que una película romántica debe tener un final feliz. O puede que un final feliz no siempre lo sea todo. Con una de las escenas más desgarradoras del cine (morimos cada vez que Clint Eastwood mira por el retrovisor de su camioneta a una Meryl Streep que se aferra a la puerta del coche como la que se debate entre la vida y la muerte), Los puentes de Madison es una película que aborda una perspectiva diferente de lo que es el amor.
Una relación madura, prohibida y con sueños y frustraciones es lo que nos muestra esta película con la que seguro que soltarás alguna lagrimilla este San Valentín.
La boda de mi mejor amigo
Una película romántica (LA PELÍCULA) que no tiene final feliz (al menos para su protagonista) pero que no podemos dejar de ver. Julia Roberts, que se come a Cameron Díaz (y a la pava de su personaje), nos hace permanecer pegados a la pantalla durante toda la película, aunque la hayamos visto mil veces.
Una nueva forma de experimentar amor, la de los amigos incondicionales, se nos muestra en esta película en la que la lección verdadera es la de asumir la realidad tal y como se nos presenta. Sin hacer trampas. Julia se merecía a alguien mucho mejor, por otra parte.
Cuando Harry encontró a Sally
Tierna, adorable y con una de las escenas más míticas de la historia del cine (el falso orgasmo de Meg Ryan en la cafetería) convierten esta película en uno de los referentes de la comedia romántica y una cinta perfecta para ver en San Valentín.
La trama la conocemos de sobra, una relación de amistad que se dilata en el tiempo y cuyos miembros mantienen creencias opuestas en lo que respecta a la amistad entre personas del sexo opuesto. El final lo conocemos, pero nos volvemos a tragar la cinta sólo por ver la declaración que Harry (Billy Cristal) le hace a Salle (Meg Ryan) la noche de Fin de Año.
Titanic
Que si Jack cabía, que si Rose le podía haber hecho un hueco... Más de veinte años después de que se estrenara Titanic y todavía no hemos podido asumir su fatal desenlace. Por eso la cinta en la que Leonardo DiCaprio y Kate Winslet se hicieron amigos para siempre tenía que estar en nuestra lista de películas románticas para ver en San Valentín.
Con esta película tienes dos opciones, o la disfrutas por completo, repitiendo en voz alta las frases que ya te sabes de memoria y aprovechas el triste final para hacer apología de la economía de la lágrima (empiezas llorando por Jack y terminas haciéndolo por todos tus traumas) o maldices a James Cameron por injusto asesino.
Casablanca
Que algunas de las frases que salen en la película Casablanca sean de las más repetidas del cine no es por casualidad. Casablanca nos cuenta una historia, que, al igual que otras de la lista, tampoco tiene final feliz.
Pero no por ello deja de ser romántica, sobre todo si tenemos en cuenta que el sacrificio de dejar ir al alma gemela es la gran moraleja de la cinta que inmortalizó a Ingrid Bergman y Humphrey Bogart dejando escenas y diálogos que han pasado a la historia del Séptimo Arte. Y como esta película hay que verla, mínimo una vez al año, San Valentín es el día perfecto.
Notting Hill
¿No se os parte el alma al ver a Julia Roberts delante de Hugh Grant entonando una de las declaraciones de amor más épicas del cine de los noventa? Si la respuesta es sí, tienes que volver a ver Notting Hill este San Valentín.
Una película absolutamente deliciosa que, además de contar con una de las declaraciones de amor más repetidas de la historia, hace que quieras irte a vivir a Londres a montar tu pequeña librería en la que tal vez algún día se deje caer la propia Julia Roberts..
El diario de Bridget Jones
La mayoría afirma ver en bucle esta película por la forma en la que Bridget Jones refleja a la típica treintañera soltera y llena de complejos, cuya vida sentimental es un desastre. Nosotras tenemos que reconocer que, además de por la propia Bridget Jones, adoramos esta película por Mark Darcy, su ternura escondida y su jersey navideño con el que nos robó el corazón.
Además, odiar por primera vez a Hugh Grant (maldito Daniel Cleaver) tiene su morbillo. Políticamente incorrecta, la pelea entre Grant y Colin Firth también resulta bastante entretenida para no despegar los ojos de la pantalla este San Valentín.
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