La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
Decía Yves Saint Laurent que lo más importante de un vestido es la mujer que lo lleva puesto y cuando a Coco Chanel le preguntaban por las tonalidades por las que se debía apostar ella aseguraba tajante que el mejor color del mundo es aquel que te favorezca. Ha sido la mujer más importante de los últimos tiempos (tras setenta años en el trono, con ella parece acabar una etapa de la historia) y ha hecho del color su sello de identidad, la Reina Isabel II, la reina de las tonalidades vitamina, es el ejemplo de que la moda es mucho más que vestirse para un evento.
La Reina Isabel II ha sido una de las mujeres más influyentes del mundo y su fallecimiento este jueves 8 de septiembre en el Palacio de Balmoral pone de manifiesto la verdadera relevancia de su figura. Todo un protocolo tras su muerte, un funeral de diez días y un despliegue mediático alrededor de su persona como nunca antes se había visto. Ejemplo de compromiso para con su país (dos días antes de su fallecimiento la Reina Isabel II recibía a la primera ministra Liz Truss), Lilibeth, el cariñoso apelativo con el que se la conocía, también fue todo un icono de moda y estilo.
Con un estilismo muy marcado prácticamente desde sus inicios como reina de Inglaterra, Isabel II supo hacer de su indumentaria un referente más de la propia monarquía británica. Si hablamos de looks monocolor (el color block parecía haberlo inventado ella), bolsos de asa corta, collares de perla y sombreros, automáticamente se nos viene a la cabeza la imagen de una mujer de corta estatura, cabello plateado y ojos en malva. Automáticamente pensamos en Isabel II, la reina de los colores vitamina que se adelantó a las tendencias y supo crear su propio estilo sin dejarse llevar por modas y estéticas que no se correspondiesen con su personalidad o el mensaje que la monarca quería transmitir.
Ha sido la tendencia que más presente ha estado esta primavera verano y puede que lo siga estando en los primeros albores del otoño. Los colores vitamina, que eclosionaron para romper con la sobriedad de los looks post pandemia, han llenado nuestros armarios de tonalidades ácidas. Ávidas de looks divertidos y atrevidos, la mayoría hemos sucumbido a esta tendencia, aunque Isabel II ya se coronó como la reina de los colores vitamina antes de que Amancio Ortega llenase sus escaparates de verdes, fucsias y turquesas.
A pesar de que la soberna acostumbraba a vestir con sobriedad y diplomacia (como ella entendía la monarquía y así lo transmitía), en sus looks nunca faltaba el color. Tonos malvas, naranjas, amarillos e incluso turquesas se han apreciado en sus estilismos a lo largo de los 70 años que ha durado su reinado, el más longevo del mundo.
Con Angela Kelly como responsable de sus estilismos desde hacía más de 20 años, la Reina acostumbraba a lucir vestidos tipo abrigo, en líneas bastante sencillas y minimalistas, dándole el protagonismo, además de al color, a los complementos. El trinomio bolso (siempre ha sido una incógnita lo que albergaba en su interior), collar de perlas y sombrero ha sido otro de los sellos de identidad de la soberana.
A la hora de definir el estilo de la Reina Isabel II no podríamos catalogarlo ni darle una denominación. Hasta para eso la monarca ha sabido diferenciarse. En cuestión de estilo, pasará a la historia por haber hecho de los estilismos monocromáticos los grandes protagonistas en todos sus eventos y, sin duda, será la única monarca que haya apostado por todos los colores habidos y por haber.
Para ella no había colores prohibidos, los pasteles para los actos más institucionales, los vibrantes para aquellos en los que podía permitirse licencias y algún estampado para romper con el color block.
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