Tiro de Línea: aquí no hay playa (ni falta que hace)
Piscina Tiro de Línea
El mayor complejo acuático municipal para el verano.
Entidades sociales desarrollan distintas actividades gracias al programa de 'baño social'.
Sevilla/El verano se instala en Sevilla. Pese a que este año se ha hecho esperar, poco a poco se están alcanzando las temperaturas propias de la época estival y, con ello, los sevillanos buscan diferentes alternativas para hacer frente a la subida del termómetro.
No son pocos los hispalenses que huyen del calor en dirección a distintas playas de la costa andaluza, especialmente a las situadas en las provincias de Huelva y Cádiz. Sin embargo, el precio de poder leer el periódico tranquilamente mientras los niños juegan con la arena a veces es demasiado elevado, sobre todo, por el coste de tiempo que a menudo suponen los atascos kilométricos en la A-49.
Otra de las alternativas pasa por poner rumbo norte hacia la Sierra, en busca de enclaves refrescantes como la playa fluvial de San Nicolás del Puerto. Sin embargo, hay quien trata de encontrar soluciones que no impliquen realizar trayectos de, al menos, una hora.
La capital cuenta con cuatro piscinas en las que se ofrece la modalidad de baño recreativo: Rochelambert, Alcosa, Torreblanca y Tiro de Línea. Esta última se ha convertido este año en una de las principales opciones para refrescarse sin salir de Sevilla.
Este complejo deportivo cuenta con la única piscina olímpica (50 metros) que conserva el Ayuntamiento. El complejo acuático fue inaugurado el pasado 2 de julio tras haber sido reformado después de que la antigua cubierta fuera arrancada por la fuerza del viento en 2013. Las obras suponen un antes y un después en las instalaciones.
La nueva cubierta tiene un sistema que permite abrirla o cerrarla en función de las condiciones climatológicas, ayudando así a conservar la temperatura del agua. Además, se ha instalado un nuevo sistema de climatización donde la eficiencia energética mejora “años luz con respecto a la anterior”, según explica María Colomer, directora del IMD en el Distrito Sur. También cuenta con una manta térmica que mantiene la temperatura del agua por la
La piscina carece de servicio de bar, aunque está equipada con una barra en desuso que “se piensa sacar a licitación” para cubrir, sobre todo, la “demanda de cafetería de los padres” durante los cursos de invierno.
El precio de la entrada de día es de 5 euros, la tarifa para niños y mayores de 65 años se reduce a 3. Además existen distintas posibilidades de abono. Respecto al horario, el baño recreativo se extiende desde las 12:30 hasta las 19:00, al mismo tiempo que se han programado otras actividades como cursos de natación fuera de ese horario
Entre las distintas organizaciones de la zona que han luchado por contar de nuevo con una piscina disponible tanto en verano como en invierno, la directora del complejo destaca el papel que han jugado los mayores del barrio, que “han sido los que más han reivindicado la reforma de la piscina”.
La piscina acoge actividades de 'baño social'
Una de las iniciativas más singulares de esta equipamiento municipal es el baño social. Este programa recibe cada semana a distintas organizaciones sociales que trabajan con niños en riesgo de exclusión social. “El acceso es totalmente gratis”, explica Blanca, de la Fundación Mornense, siempre y cuando se acredite a cada organización. Esta fundación, que trabaja con los niños en “colonias urbanas y campamentos de verano”, visita la piscina cada miércoles. Los chicos se muestran contentos con la reforma, pero se quejan, entre risas, de que “las normas son muy estrictas” a la hora de bañarse: “¡No nos dejan hacer ahogadillas!”.
Sin embargo, son unas normas “necesarias” para la correcta convivencia entre las zonas de baño recreativo y las dos calles de natación. Además, tras haber sido asignados a una zona en la que no hay césped, reclaman “una mayor superficie” para poder sentarse.
Leticia y Gertrudis, monitoras del colectivo DOC2001, cuentan cómo ayudan a que el verano de niños de entre 13 y 16 años sea más ameno mediante “dinámicas de juegos, socialización y comportamiento”. Entre las actividades que realizan se encuentra la visita a la piscina una vez por semana. Una actividad que, para estos niños, es gratuita.
“La piscina está muy bien en comparación con el pasado”, dice a este diario David, mientras hincha un manguito para su hija, que espera impaciente para zambullirse en el agua. “Vamos tanto a la playa como a la piscina” añade, pero echa en falta más zonas de sombra porque no les permiten “entrar con sombrillas y sillas”. No le falta razón, ya que pese a la profunda reforma de la piscina, la zona de césped carece de sombrillas u otros elementos que resguarden del sol.
Sevilla no tiene playa –un déficit físicamente insalvable– pero ofrece alternativas más que saludables para sobrevivir a las altas temperaturas del verano.
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