Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
Las vacaciones de verano pueden utilizarse para desconectar en algún destino fuera de las fronteras pero también se pueden aprovechar haciendo turismo nacional o incluso local. En una ciudad como Sevilla, que tiene tanto que ofrecer, esta última opción es muy válida. Podemos visitar el Alcázar, la Catedral, subir a la Giralda... hay muchas opciones 'turísticas' en la capital de Andalucía, pero vamos a centrarnos en Triana, el barrio con más esencia de la ciudad.
Este tradicional barrio sevillano se extiende, de norte a sur, desde la Cartuja hasta Los Remedios y en su origen era una zona de pescadores. En él se pueden visitar algunos 'tablaos' flamencos, tomar unas tapas en sus clásicos bares o simplemente dar un paseo por alguna de sus calles más emblemáticas y disfrutar de las vistas al río Guadalquivir y la otra orilla de Sevilla, donde destacan la Torre del Oro y la Giralda.
Una experiencia muy interesante para disfrutar en Triana es acudir a cualquiera de sus tablaos. Destacan el Pura Esencia y el Teatro Flamenco de Triana, en plena calle Pureza. El primero se caracteriza por ofrecer experiencias más íntimas y en ambos casos las entradas generales rondan los 25 euros.
Triana también es conocido por sus bares, perfectos para tapear algo y coger fuerzas para seguir conociendo el barrio. Algunas opciones interesantes son el Café Bar Altozano de Triana, en la calle Pureza; el Bar Salomón, donde podremos degustar sus exquisitos 'pinchitos' o Casa Ruperto, muy conocido por sus pajaritos.
Simplemente caminar por sus rincones más representativos es un plan perfecto para hacer en Triana. Estas son las calles más conocidas del barrio:
Otros lugares perfectos para 'perderse' por Triana son la calle Alfarería, la calle Pagés del Corro o el paseo de Nuestra Señora de la O.
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