Una ventana a Palermo en el corazón de Sevilla
Exposición
El pintor Andrés Aparicio expone 'Prohibido fijar carteles' en la galería Birimbao en la calle Alcázares número 5.
La obra es una visión del artista en la que muestra al público cómo es la ciudad italiana a través de sus ojos.
En pleno centro de Sevilla se encuentra la exposición Prohibido fijar carteles. Su autor, Andrés Aparicio, abre una ventana a través de la pintura a la ciudad de Palermo, donde estuvo viviendo recientemente y que le ha marcado tanto que le ha inspirado una obra de más de cuarenta piezas.
Aparicio quiere mostrar al espectador cómo es Palermo a través de sus ojos, lo que ha significado para él vivir allí en el sentido más estricto de la palabra vivir. Pretende enseñar sus vivencias dentro de la ciudad basándose en el concepto de Chi cerca trova, que literalmente significa 'quien busca encuentra'. Pero el pintor va más allá. La creación de estas obras y de su vida en la ciudad italiana conllevan un esfuerzo de empaparse de la cultura y la idiosincrasia propia de Palermo para dejar de ser un turista e intentar convertirse en uno más de sus habitantes.
Horarios
- Lunes: 18:00-20:30
- Martes, Miércoles, Jueves y Viernes: 11:00-13:30/ 18:00-20:30
- Sábado: 11:00- 14:00
Durante la conversación, Andrés explica que para él uno de los elementos claves de la ciudad de Palermo es el mercado de abastos, ya que la vida de la ciudad discurre diariamente en él. Esto ha supuesto para el artista un punto de inflexión a la hora de crear esta colección, ya que parte de su inspiración vienen de todos esos estímulos que percibía cada día cuando iba a hacer la compra y disfrutaba de la manera en que cada puesto vendía.
Una de las cosas que más le llamaron la atención durante su estancia allí fue que a los residentes no les preocupa la estética de sus edificios cuando aparecen pintadas porque en el estilo de vida Palermo no es tan importante que haya un grafiti en la fachada de una vivienda como la propia vida que habita en sus calles.
Aparicio cuenta la anécdota de que vio como cambiaban la puerta de un garaje y el propietario no tuvo ningún reparo en pintar sobre ella que estaba prohibido aparcar. La conclusión es que para los palermitanos prima el beneficio antes que la estética. O en su defecto la indiferencia a la alteración de las fachadas ya que no afecta de forma directa a la vida diaria.
Es de la atención a lo cotidiano de donde saca el pintor la inspiración para esta exposición . El color tiene un peso importante en las creaciones, ya que para Aparicio es una de las maneras que tienen los trabajadores del mercado de llamar la atención. Según afirma el artista, "en Palermo se grita tres veces". La primera es en sentido literal, pues los vendedores gritan para llamar tu atención y que compres en su puesto; la segunda sería con gestos a la hora de llamarte para que te acerques a su establecimiento; y la última el color, porque con ellos buscan diferenciarse del resto de puestos.
Exposición
La exposición se divide en tres salas donde se exponen las diferentes obras. El propio artista manifiesta que ha querido mostrar a los visitantes Palermo por partes. La primera sala la considera que es más pública, donde muestra obras a tamaño real como puede ser una puerta. La segunda sala la considera semi pública y en ella se ven los recuerdos de Andrés Aparicio de Palermo, esa ciudad idealizada que "te quieres traer de cada viaje como si fuera una postal".
Por último, hay una sala privada a la que solo se accede mediante una invitación. "A todos los visitantes se les ofrece un grabado nada más entrar y son ellos los que deciden qué hacer con él: si quedárselo y no entrar a la última sala o romperlo y devolverlo para acceder al almacén", explica. En este lugar se encuentra la experiencia más personal que el autor ha tenido durante su estancia en Palermo y solo está disponible para aquellos que decidan partir la obra que se ofrece al entrar.
La idea de este proyecto comenzó a desarrollarla durante su estancia en la Fundación Antonio Gala, donde estuvo becado. De ahí surgen las primeras obras, pero el resto de la colección ha sido pintada a lo largo del 2021 y este 2022.
La acogida que ha tenido esta exposición "ha sido abrumadora", afirma Aparicio. "En la apertura había muchísima gente y me siento un privilegiado por haber gozado de tanta afluencia de público y que les hayan gustado mis obras tanto porque es mi primera exposición en solitario". El 90% de lo expuesto está ya vendido.
Sin duda uno de los momentos más especiales para el pintor fue cuando su profesora de la Facultad de Bellas Artes, Carmen Andreu, fue a visitar la galería junto a los alumnos de tercer curso porque para Aparicio es "síntoma de que su trabajo va bien porque sirve de ejemplo para otros".
En el mes de junio vuelve a Palermo para trabajar con una galería local en un proyecto para la ciudad italiana. Toca visitar de nuevo a la que se ha convertido en la musa de su primera gran exposición.
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