Una varita mágica para la educación

Lo de Xuxo Rodríguez Domínguez es el magiasterio. Término acuñado por este gaditano afincado en Sevilla para designar su tarea diaria y principal fuente de motivación. Profesor del Colegio Público San Sebastián (Albaida del Aljarafe), no puede separar sus dos vocaciones y profesiones, la magia y la enseñanza. En la primera, lleva volcado más de 20 años; en la segunda unos 15. Esta última no tendría sentido sin la primera. Ya lo demostró ante el tribunal de las oposiciones, "cuando sorprendí a los miembros del tribunal con un truco", rememora. Más de una década lleva aplicando como método educativo aquello que tanto le ha dado, el ilusionismo. Recientemente, fruto de la recopilación de datos e investigaciones, acaba de publicar Educando con magia (Narcea Ediciones), un manual teórico-práctico que revela cuál es el verdadero truco para hacer de las clases algo formativo, divertido y cargado de valores.

"A través de la magia, son muchos los aspectos del niño que se pueden trabajar, desde la motivación, pasando por la mediación de conflictos hasta la mejora de la conducta. Ningún alumno queda indiferente ante un juego de magia, se muestran atentos y consiguen memorizar de manera más rápida y duradera la enseñanza transmitida", afirma Xuxo Rodríguez, que añade: "Cuando los profesores ven mi método se quedan sorprendidos al comprobar cómo, con la magia, soy capaz de mantener a una clase de niños de 3 años en silencio durante una hora".

Aprender matemáticas, lengua, los entresijos del sistema circulatorio o cualquier materia es posible, y más ameno, con el empleo de la prestidigitación. No sólo en los primeros niveles de la educación se pueden usar estas técnicas, "en Secundaria e, incluso, en la Universidad ya hay profesores que las aplican", cuenta el mago que lleva diez años impartiendo por toda España y en países del entorno como Marruecos clases magistrales de su método a profesores y padres interesados, "porque el ilusionismo es un buen sistema para cualquier educador y, en este sentido, los padres y los profesores tienen mucho que ver".

La atención prestada ante la sorpresa que provocan estos juegos ayuda a los más pequeños en sus habilidades comunicativas, ya que son muchos los que se interesan por saber y practicar esos mismos juegos y mostrárselos a sus familiares y amigos. Les enseña a expresarse en público y, en muchos casos, a dar sus primeros pasos en el mundo de la magia. "Ya tengo algún que otro alumnos que se ha aficionado al ilusionismo". Cada truco es tomado por los más pequeños como un premio. "Todos los días me piden un juego nuevo, pero saben que si no se portan bien no obtienen su recompensa".

En marzo, salió a la luz el libro Educando con magia, prologado por Juan Tamariz, amigo del autor. En él, Xuxo Rodríguez despliega sus conocimientos sobre esta metodología, "de la que no soy el inventor pero de la que no hay nada escrito de una forma tan exhaustiva".

Este manual, dirigido a profesores, padres y aquellos que quieran iniciarse en la magia, está dividido en tres bloques. En una primera parte, se tratan aspectos relacionados con la psicología de la magia, cómo aplicarla así como los fundamentos de la magia educativa. En un segundo bloque, se explican más de 100 juegos con aplicaciones didácticas. Por último, no deja atrás la historia de la magia y la posibilidad de seguir profundizando en este mundo del ilusionismo, para lo que ofrece al lector una completa bibliografía comentada.

El primer contacto de Xuxo Rodríguez con la magia fue de niño, "cuando un mago, en un pueblo de Madrid, extrajo de detrás de mi oreja una moneda. Me quedé abrumado por aquello". Desde entonces, muchos han sido los escenarios y festivales por los que ha pasado demostrando su maestría, siempre enfocado al público familiar. Aquellos interesados en ver sus habilidades, el próximo 7 de junio a las 19:30, dentro del Festival de Magia de Sevilla, presentará en el Teatro Cajasol (C/ Laraña, 4) su libro y exhibirá su arte.

La magia está presente en todos los ámbitos de su vida, y también pertenece a la Fundación Abracadabra de Magos Solidarios, llevando sus actuaciones por diferentes hospitales. Fue de la mano de esta iniciativa como en 2010 obtuvo un Premio Guinness de los Récords al reunir a la vez en distintos centros hospitalarios del país a 2.573 personas haciendo magia al unísono.