La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Una noche también amenazada por el confort
Boyish
A pesar de que para muchos ya esté todo inventado, la moda está en constante evolución. Siempre adaptándose a las necesidades y los contextos de las mujeres en cada momento de la historia, la moda ha vivido etapas de barroquismo, de colores llamativos, de tachuelas y hombreras y de prendas cómodas y prácticas. Ahora, que la mujeres buscan estilismos todoterreno pero sin perder un ápice de elegancia y personalidad la tendencia boyish cobra cada vez más peso. Pero que el anglicismo no lleve a nadie a volverse loco. El estilo boyish consiste en llevar prendas de mujer diseñadas con características masculinas, algo que cada vez se ve más en todos los ámbitos y contextos.
Con Coco Chanel como precursora y musa de la tendencia, el estilo boyish combina elementos tradicionalmente masculinos con otros femeninos. Es el caso de los smokings, antaño reservados para unas pocas atrevidas y ahora un must en muchos armarios. Originalmente sólo se feminizó la prenda masculina –manteniendo forma y color–, pero actualmente ésta vive todo tipo de innovaciones. Desde el empleo de colores atrevidos, hasta el uso de lentejuelas. Una forma de lucirlo es llevar las dos piezas con la tradicional camisa blanca, como hacen Emma Watson o Alexa Chung.
El punto de sofisticación del look lo ponen unos zapatos de salón –que pueden ser negros o apostar por un rojo o buganvilla– y un cluntch con algún detalle llamativo (ya sea alguna incrustación en piedra o un detalle animal). Para los grandes eventos –si se es atrevida– se puede apostar por un dos piezas en el que la chaqueta también haga las veces de blusa y los colores y materiales se salgan de lo establecido, como hace Natalia de Molina. También se puede convertir la chaqueta en vestido, como hace Blake Lively.
El smoking, pensado más para grandes eventos, tiene una réplica para el día a día. De ese traje de gala, este dos piezas para cualquier situación. Para aportar un toque especial al estilismo se puede recurrir a los estampados del momento, como los cuadros o el animal print, o los tonos en neón. Para hacerlo más informal y poder llevarlo en el día a día, siempre se puede apostar por la simplificación. Un pantalón de corte recto combinado con blazer, camiseta y deportivas –como luce Paula Echevarría– es uno de los outfits de esta temporada.
La tendencia boyish parece reducirse a prendas que combinan traje y chaqueta. Por eso, otro de los estilismos es la americana tipo Oxford –muy en auge los últimos inviernos– combinada con una camisa de grandes solapas y pantalones palazzo (si se quiere ir a la última la pana es el tejido estrella para esta prenda). El toque de glamour –aprovechando, además, que se acerca el frío– lo puede aportar una boina de estilo parisino. Pensados en su origen para los hombres, los zapatos tipo Oxford combinan a la perfección con este estilismo, ya sea en su versión plana o su versión con tacón. Por su versatilidad y comodidad, este calzado puede usarse en cualquier look.
Estas tendencias conviven, además, con el estilo oversize, que se popularizó en chaquetas y chalecos y que consistía en tomar prestadas esas prendas a novios, padres o hermanos. Lo cómodas que resultan han invitado a muchas marcas a crear una línea propia de esta índole.
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