La semana del abanico en el Museo de Bellas Artes de Sevilla

La segunda pinacoteca más importante de España dedica esta semana a las obras con abanicos

El Museo de Bellas Artes hace un repaso en sus redes sociales por las principales piezas en las que aparece este veraniego complemento

La entrada al Museo de Bellas Artes de Sevilla costará 6 euros desde el verano

Retrato de Reyes Lallena, por Juan Miguel Sánchez Fernández, 1943
Retrato de Reyes Lallena, por Juan Miguel Sánchez Fernández, 1943 / Museo de Bellas Artes de Sevilla

Ha llegado el calor y lo saben los sevillanos y los turistas.

Esta semana se superarán los 40 grados en la capital de Andalucía para sorpresa de quienes acuden a la ciudad por primera vez, pero no hay que alarmarse porque se pueden hacer multitud de planes para disfrutar de la cultura con una temperatura más suave.

De este modo, el Museo de Bellas Artes de Sevilla, recoge el guante veraniego y dedica esta semana a recordar una serie de obras relevantes y coloridas de la mayor pinatocena de España en las que aparece un complemento tan sevillano, como histórico y esencial en verano: el abanico; animando de este modo a acudir a visitar este espacio museístico.

Baile por bulerías

Se trata de una de las obras más significativas de José García Ramos es "Baile por bulerías", del año 1884, pieza que se puede contemplar en la sala XII.

García Ramos fue discípulo de la Escuela de Bellas Artes de Sevilla y del pintor José Jiménez Aranda, y en la obra se aprecian los detalles más significativos de este complemento que empezó a popularizarse con pomposos encajes a comienzos del S.XIX.

Es uno de los pintores más relevantes del costumbrismo de la época, y en 1882 se instaló definitivamente en Sevilla, donde fue nombrado presidente de la Escuela Libre de Bellas Artes.

Baile por bulerías, por José García Ramos
Baile por bulerías, por José García Ramos

Retrato de Señora

Esta obra de José Gutiérrez de la Vega conforma otra pieza de la serie que destaca el museo con abanicos.

De la Vega nació en Sevilla en 1781 y se especializó en retratos y temas religiosos. Fue pintor honorario de cámara, profesor y teniente director de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla y miembro de la Junta Directiva del Liceo Artístico y Literario de Madrid.

Asimismo, comenzó su formación en la Academia de Bellas Artes sevillana, ty alternó sus estudios con su trabajo en el taller de grabador y tallista de su padre. También se dedicó a realizar copias de los grandes maestros barrocos, en especial de Murillo.

Retrato de Carmen González Povea

El abanico es un complemento que se asocia al gesto de dedicarle algo de tiempo a sofocar las altas temperaturas desde hace siglos, algo que sugiere coquetería.

En esta obra vemos de Francisco Solano, del úlltimo tercio del siglo XIX se contempla un retrato de Carmen González Povea.

Retrato de Reyes Lallena

En esta colorida obra también se aprecia el complemento veraniego por excelencia, en manos de la sevillana retratada, Reyes Lallena, esposa del pintor Juan Miguel Sánchez. Se trata de una obra más reciente, de 1943.

Cabe destacar que en el año 1939, con el fin de la guerra civil español, el pintor portuense Juan Miguel Sánchez Fernández llegó a Sevilla y conoce a la que luego se convertiría en su esposa, Reyes Lallena.

Retrato de Reyes Lallena, por Juan Miguel Sánchez Fernández. 1943
Retrato de Reyes Lallena, por Juan Miguel Sánchez Fernández. 1943

Sánchez Fernández va ganando popularidad como pintor de caballete, diseñador de carteles y muralista, compatibilizando en su obra los temas tradicionales con una técnica moderna y colorista.

Reyes fue musa y modelo constante del pintor, y posará para él, entre otros, para este retrato. Como curiosidad también se destaca que Reyes fue modelo para el cartel de las fiestas de Primavera del año 1944 en Sevilla.

"Sevilla en la mirada'

Por otro lado, cabe destacar que hasta el 15 de septiembre se puede contempla la exposición temporal "Sevilla en la mirada", que recoge la última y generosa donación al museo por don Francisco Luque Cabrera, con la que se le rinde homanaje.

La muestra recoge una selección de 86 obras de la última donación realizada por las hermanas y herederas de Francisco Luque Cabrera al museo entre pinturas, esculturas, dibujos y grabados que abarcan desde el siglo XVI al XX.

Entre las pinturas destaca el conjunto de óleos de Diego López así como sus dibujos del casino de Montecarlo, y en escultura la obra de Antonio Illanes, artistas con los que don Francisco tuvo una cercana relación de amistad.

Iglesia de Omnium Santorum, de Genaro Pérez Villaamil
Iglesia de Omnium Santorum, de Genaro Pérez Villaamil

Los grabados conforman el grupo más numeroso con un muestrario de diferentes técnicas y artistas que enriquecen el gabinete de estampas del Museo de Bellas Artes.

Hay un número reducido de grabados atenriores a 1800 aunque la mayoría pertenecen al siglo XIX. Entre ellos hay un grupo que ofrece la visión de España de artistas viajeros extranjeros que popularizaron en Europa la imagen de Sevilla, como los británicos David Roberts y John Frederick Lewis o los franceses Gustave Doré y Nicolas Chapuy. Y para completar esta crónica visual de la ciudad, el interés por sus costumbres y sus monumentos y lugares presentes o ya desaparecidos, las series de estampas de los españoles Francisco Javier Parcerisa, Antonio Chamán, o ya en el siglo XX, Francisco Cuadrado.

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