El Salto del Lobo, una cascada escondida y mágica a solo media hora de Sevilla
Esta cascada se encuentra en el término municipal de El Castillo de las Guardas
¿Sabías que llevamos toda la vida diciendo mal la expresión «quien se fue a Sevilla perdió su silla»?
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La situación geográfica en la que se encuentra Sevilla, ubicada en una llanura, da lugar a que el paisaje natural que hay en su provincia sea menos accidentado que en otros lugares de la región. Para dar con zona de media montaña es necesario desplazarse, por ejemplo, hasta la comarca de la Sierra Norte, a una hora y media de la capital.
Sin embargo, algo más cerca de la ciudad hay algunos lugares mágicos que no todo el mundo conoce y que son de una gran belleza paisajística. Esto es lo que sucede con una de las cascadas más desconocidas de la provincia que se encuentra a solo media hora de la hispalense y que pasa desapercibida. Se trata del Salto del Lobo, una cascada que recuerda que Sevilla, a pesar de estar sobre la Depresión del Guadalquivir, tiene rincones naturales especialmente singulares que merece la pena visitar.
El Salto del Lobo
El Salto del Lobo se encuentra en el término municipal de El Castillo de las Guardas y el agua que lleva proviene del río Guadiamar, en torno al cual discurre la ruta que lleva hasta el salto del agua. El Salto del Lobo tiene una altura de unos 40 metros sobre el valle por donde discurre el río. Este conjunto de cascadas y rápidos se despliega en una caída en cadena que desemboca en una profunda poza rodeada de altos muros de piedra, dando lugar a una llamativa garganta. En este punto se pueden observar los restos de un antiguo molino harinero escondido entre la maleza.
El sendero para llegar a la cascada comienza en El Alisar, a cinco kilómetros de El Garrobo, y tiene una distancia de menos de 10 kilómetros, por lo que se trata de una ruta idónea para hacer con los más pequeños ya que se puede hacer en unas dos horas y el trazado es sencillo y con un desnivel de unos 20 metros, únicamente.
A lo largo del recorrido se podrán observar (con algo de suerte) varias especies animales zorros, tejones, jabalíes, liebres o ginetas así como algunos árboles como fresnos, sauces y álamos, sobre todo. En el agua hay peces como carpas, barbos y albures. Además es un habitat perfecto para las nutrias, pero es muy difícil divisar alguna. En caso de que los viandantes se encuentren con algunos de estos animales lo mejor es tratar de ahuyentarlos y nunca darles comida, ya que esto podría ponerlos en peligro.
En las redes sociales de Mil y una rutas, hacen el recorrido completo de este sendero de algo más de ocho kilómetros que discurre junto al río Guadiamar.
La zona que rodea al Salto del Lobo es especialmente llamativa durante en otoño gracias a las tonalidades que toman los árboles y arbustos que hay en ella pero, sin duda, se trata de un lugar perfecto para ir en cualquier época del año y disfrutar de esta mágica y desconocida cascada que es una de las más bonitas de toda la provincia de Sevilla.
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