Senderismo: cómo actuar ante perros sueltos en el campo
Un encuentro con estos animales puede convertirse en una mala experiencia si no sabemos cómo comportarnos ante ellos.
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Los amantes de la naturaleza, ya sean senderistas o ciclistas, a menudo se topan con imprevistos durante sus rutas por el campo. Uno de los más temidos es el encuentro con perros sueltos. Estos animales, en defensa de su territorio o por instinto, pueden representar una amenaza. ¿Cómo reaccionar ante esta situación? A continuación, damos algunas claves para mantener la calma y evitar percances.
Los perros, especialmente aquellos que viven en entornos rurales, suelen ser animales muy territoriales y pueden encararse a extraños si interpretan que invaden su espacio. Generalmente, marcarán unos límites y, si no se respetan o se realizan movimientos que consideran agresivos, podrían atacar.
Por supuesto, la situación varía mucho si nos encontramos uno solo o una jauría. También cambiará la cosa bastante si es un perro guardián, si está abandonado, si forma parte de una rehala o si está asilvestrado. Si son animales que no están acostumbrados a la presencia humana, su comportamiento puede ser más impredecible.
Consejos generales
- Mantener siempre la calma. Los movimientos bruscos o los gritos pueden empeorar la situación. No conviene levantar los brazos ante ellos.
- Guardar la distancia y buscar un desvío si es posible para evitar la aproximación al animal. Si protege un rebaño, no hay que acercarse. Este es el mejor consejo de todos.
- Nunca se deben perder de vista, pero es recomendable evitar el contacto visual directo: ciertas razas pueden interpretar como un desafío que se les mire a los ojos.
- No salir corriendo mientras no ataquen, pues esta reacción puede activar el instinto de persecución del animal.
- Desmontar de la bicicleta. Pueden sentirse intimidados por el volumen y el movimiento.
- Si el perro se acerca a olisquear, no hay que tocarlo ni intentar interactuar con él. Cuando pierda el interés, se retirará.
- Nunca se les debe dar de comer.
- Observa el lenguaje corporal: la posición de las orejas, la cola y los pelos erizados pueden indicar el estado de ánimo del animal.
- Si se va con mascota, hay que llevarla atada y apartarla de los problemas.
- Hay que respetar las señales: En muchas zonas rurales existen carteles informativos sobre la presencia de perros guardianes. Pueden dar consejos útiles.
Encuentros con jaurías
Ante un grupo de perros la situación se agrava, pues son los encuentros más complicados. Si son rehalas, es muy probable que ni reparen en el senderista porque están adiestrados para cazar; pero si forman un grupo asilvestrado, pueden provocar una situación desagradable, pues pueden aproximarse hambrientos. Casi siempre suele haber uno o dos perros que hacen de jefes del grupo y ellos serán los encargados de marcarle la pauta al resto. Identificarlos a tiempo es importante para anticipar las respuestas.
Si se acercan con malas intenciones, lo más recomendable es intentar usar un objeto de barrera; si atacan, no habrá más alternativa que buscar refugio. Debemos tener a mano el móvil para avisar de la situación al Seprona o a las autoridades.
Perros pastores: guardianes profesionales
Los perros pastores, entre los que destacan los mastines, son expertos en delimitar su territorio y proteger rebaños. Su comportamiento es más predecible que otros canes, ya que están adiestrados para cumplir una función específica. Son fundamentales en el ámbito rural, sobre todo en zonas donde hay lobos.
Estos perros suelen ser intimidantes, de razas grandes y fuertes para intentar asustar. No obstante, conociendo su comportamiento y siguiendo algunas pautas básicas, es fácil evitar conflictos y disfrutar de las rutas.
Estos perros guardianes suelen estar troquelados, es decir, se han criado con el ganado que protegen con escasa o nula intervención humana. En consecuencia, se creen parte del mismo rebaño, protegiéndolo y primando su bienestar ante todo.
Ver actuar a los perros pastores es realmente admirable. Si tenemos algún encuentro, observaremos cómo lo más importante para ellos es el ganado que custodian y lo primarán ante cualquier circunstancia. Están adiestrados para proteger mediante un perímetro de seguridad a los animales a su cargo de cualquier incursión de un intruso.
Si hay varios de estos animales, es muy probable que se repartan las labores y actúen en equipo: uno divisa desde una posición dominante, mientras que los demás se encargan de controlar el espacio alrededor del ganado y hostigar al intruso con su presencia o ladrando. Pueden hasta empujar con su cabeza si entienden que nos estamos acercando demasiado a ciertos límites. Siempre habrá uno siguiendo nuestros pasos hasta que nos apartemos lo suficiente.
En muchos puntos de España, especialmente en el norte, hay carteles que informan de la presencia de estos animales adiestrados con carteles muy sencillos que informan de las pautas que hay que seguir ante ellos. Son fundamentales para protección del ganado, especialmente en puntos donde hay lobos.
En resumen, cuando encontremos perros sueltos en el campo, siempre tendremos que respetarlos al máximo, pues pueden llevarnos a situaciones muy tensas. Como se ha indicado más arriba, los consejos más importantes son mantener la calma y distanciarnos siempre que podamos.
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