Ruta circular del Puerto del Viento - Vereda de La Boyera en La Puebla de Cazalla

Un interesante recorrido que sigue parte de un antiguo sendero que se está intentando recuperar

El Río Corbones, el valle por el que discurre y el Embalse de La Puebla de Cazalla ofrecen unos bonitos paisajes

Galería gráfica del trazado al completo

Comenzamos a bajar al valle.
Vistas del Valle del Corbones con el Embalse de La Puebla de Cazalla al fondo. / Emilio J. de los Santos

Ficha

Ruta circular

Distancia: 13 km

Dificultad: Moderado (precaución si hace calor)

Inicio: Hacienda de San Pedro (a 13 kilómetros de La Puebla de Cazalla)

Final: Hacienda de San Pedro

Poblaciones que atraviesa: No atraviesa poblaciones

Ascenso total: 357 m

Descenso total: 357 m

Naturaleza: 4/5

Descarga del track: Enlace a Wikiloc

Volvemos al municipio sevillano de La Puebla de Cazalla para recorrer una ruta de unos 13 kilómetros que avanza en gran parte junto al Río Corbones, uno de los afluentes del Guadalquivir. Quizá lo más interesante de esta excursión sea conocer la Vereda de La Boyera, cuyo antiguo trazado de 21 kilómetros atravesaba el término morisco de norte a sur para conectar Marchena con Morón de la Frontera. Actualmente, se encuentra en proceso de recuperación, pues parte del mismo fue invadido por los abundantes campos de labranza de estas tierras. La circular que vamos a describir sigue parte de esta senda.

El paisaje por el que vamos a pasear combina sierra baja con valle. La presencia de olivares es abundante, con algunos tramos en los que tendremos que atravesarlos campo a través. Pese a que la ribera del Corbones presenta una vegetación abundante en sus márgenes, hay que tener en cuenta de que se trata de una ruta con algunos desniveles pronunciados que exigen esfuerzo, zonas escarpadas de difícil orientación y partes con muy poca sombra. Ante esto, no hace falta decir que no es recomendable realizarla si hace demasiado calor.

Hacienda de San Pedro, inicio y fin de la circular
Hacienda de San Pedro, inicio y fin de la circular / Emilio J. de los Santos

El recorrido no empieza dentro del pueblo. Desde el núcleo urbano, tendremos que ir con el coche a la Hacienda de San Pedro (Las Bodeguillas), a unos 13 kilómetros siguiendo la carretera SE-458. Junto a la entrada de la propiedad, hay espacio de sobra para aparcar. Desde este punto, la circular parte en dirección sureste por la misma carretera. A unos 300 metros, tomamos el sendero que arranca a la derecha. Se trata del Camino de los Molinos. La ruta está señalizada por las marcas blancas y amarillas del PR-A 406.

Las marcas blancas y amarillas nos indican la ruta
Las marcas blancas y amarillas nos indican la ruta / Emilio J. de los Santos

Entre campos de pastos, iniciamos un ascenso constante de unos 100 metros de altura en una distancia de 800 metros. El trazado encadena varios giros en ángulos de 90 grados: uno a la izquierda y dos a la derecha. En todo momento resulta claro por dónde debemos ir. Arriba del todo está el Puerto del Viento, a unos 360 metros de altura.

Comienza la subida al Puerto del Viento.
Comienza la subida al Puerto del Viento. / Emilio J. de los Santos

En la parte elevada, nuestro camino conecta con un carril más ancho que va encajonado entre dos montículos. Doblamos a la izquierda para comenzar a bajar al valle del Río Corbones tras una cancela. Ignoramos el cartel, pues en ningún momento vimos ganado bravo por aquí. Parece más disuasorio que otra cosa. Accedemos a una zona muy bonita que domina completamente el territorio y ofrece una buena panorámica, con el Embalse de La Puebla de Cazalla al sur y la Loma de las Cabreras a su lado. El descenso comienza con una pendiente aceptable y un terreno cómodo, pero el tramo final se complica. Tendremos que dejar el carril para bajar entre los olivos una cuesta muy inclinada con suelo erosionado. Precaución porque es posible que resbale. Las marcas del PR nos dirigirán sin problemas.

Pasamos esta cancela. Ignoramos el cartel: no suele haber ganado bravo.
Pasamos esta cancela. Ignoramos el cartel: no suele haber ganado bravo. / Emilio J. de los Santos

Abajo, damos con una hilera de densa vegetación de ribera tras una alambrada: ahí está el Río Corbones. Seguimos el vallado y caminamos, ya en llano, unos 500 metros para cruzar el Arroyo del Niño Perdido. Tendremos que dar un pequeño quiebro a la izquierda para evitar los matorrales. Este arroyo no suele tener mucho caudal, pero cuidado si acaba de llover recientemente. Al otro lado, avanzamos entre olivos, con la casetilla del Cortijo La Palmosa a la izquierda y una pequeña loma a la derecha. Ascedemos un poco hasta alcanzar un carril definido al fin. Vamos hacia la derecha.

Este tramo, por un olivar, es el más inclinado. Cuidado con el resbaladizo terreno.
Este tramo, por un olivar, es el más inclinado. Cuidado con el resbaladizo terreno. / Emilio J. de los Santos

Remontamos un repecho por un zigzagueante sendero, pasamos otra cancela y, tras unos edificios, tomamos el lateral de la carretera SE-452a, que baja suavemente a la pared del Embalse de La Puebla de Cazalla. Andamos por encima del muro de contención hasta el otro lado de esta presa destinada a riego y construida en 1994. Se trata de una infraestructura importante para los cultivos de toda la zona.

Muro de contención del Embalse de La Puebla de Cazalla.
Muro de contención del Embalse de La Puebla de Cazalla. / Emilio J. de los Santos

Y en la orilla opuesta, hay un cartel informativo de otras rutas por la zona. En nuestra sección, tenemos la descripción del sendero que va por la Loma de la Cabrera y Los Majadales, subiendo el cerro que tenemos justo delante. Recomendable también. Pero no iremos por ahí esta vez. Viramos a la derecha en la bifurcación que nos encontramo, para caminar por la amplia pista de tierra que va junto al río, siguiendo ahora las marcas del SL-A 237 (La Romera-Presa del Corbones).

El camino se estrecha aquí. Una barandilla de madera nos protege de la caída.
El camino se estrecha aquí. Una barandilla de madera nos protege de la caída. / Emilio J. de los Santos

El perfil es mayormente llano por aquí, en un descenso tan suave que ni percibiremos. En los primeros kilómetros tras el embalse, el carril va colocado sobre un balcón que domina el valle. En cierto punto, el carril llega a estrecharse mucho y se encarama prácticamente a una pared. Unas barandillas de madera nos protegerán de posibles caídas por el desnivel. A continuación, un serpenteo nos hace pasar ante los edificios del Cortijo Las Cabreras. Podemos asomarnos a verlos.

Edificios del Cortijo de Las Cabreras.
Edificios del Cortijo de Las Cabreras. / Emilio J. de los Santos

El recorrido prosigue sin muchos cambios. Quizá sea esta la parte más monótona. Ya nos hemos puesto casi al mismo nivel que el río. A un kilómetro del cortijo, una horquilla nos permite superar por un vado de hormigón el Arroyo del Aguilar. Andamos muy cerca del Corbones hasta que, tras otro kilómetro, lo cruzamos por un puente. En unos 700 metros, abandonamos el amplio carril para enfilar, al fin, la Vereda de la Boyera. Es un antiguo camino con partes difusas o desaparecidas debido a la gran proliferación de cultivos intensivos en estos parajes.

El Río Corbones, afluente del Guadalquivir
El Río Corbones, afluente del Guadalquivir / Emilio J. de los Santos

Sin duda, el tramo que vamos a afrontar ahora es el más complicado, pues podemos perder el trazado. En estos primeros compases,, avanzamos rodeando la falda de una loma, manteniendo la linde de un campo de cultivo a la izquierda. Las marcas de las ruedas de los tractores nos ayudarán a mantenernos en el sendero. La orientación va cambiando de norte a noreste mientras nos encajonamos entre dos cerros. Al pasarlos, el recorrido parece virar a la izquierda, pero nosotros debemos subir el repecho de frente. La subida es fuerte, pero las vistas arriba merecen la pena, pues si el día está claro podremos ver al sur el embalse y el valle del Corbones, mientras que al norte podremos distinguir, al fondo, La Puebla de Cazalla y, a medio camino, el Castillo de Luna (también puedes hacer una ruta para descubrir sus restos). Asimismo, distinguimos al noreste la hacienda desde la que iniciamos la circular. Nos dirigimos a ella ahora, aunque aún nos faltan algo más de dos kilómetros.

Enfilamos la Vereda de La Boyera
Enfilamos la Vereda de La Boyera / Emilio J. de los Santos

La bajada es dura: perdemos 50 metros de altura en unos 300 metros de distancia. De nuevo, progresamos entre las lindes de dos campos de cultivos. Es posible que el camino por aquí no esté desbrozado y que la vegetación dos dificulte el avance. En línea recta, alcanzamos el Arroyo de los Frailes. Lo cruzamos por donde podamos, pues hay mucho matorral por aquí.

Al otro lado, mantenemos la misma dirección como podamos: el terreno es muy irregular y puede que tengamos que dar algunos rodeos para evitar los desniveles. En algunos troncos y piedras podremos distinguir las marcas blancas y amarillas para confirmar la orientación. Tras unos 300 metros, bordeamos otra zona de siembra. En 100 metros, alcanzamos el vallado del Cortijo de los Frailes. Ahora doblamos a la derecha, rumbo a la carretera. En poco, una alambrada nos da acceso a la SE-465. Por su lateral, ya sobre asfalto, alcanzamos la Hacienda de San Pedro en unos 800 metros.

Algunas partes son abruptas y no tienen una orientación sencilla.
Algunas partes son abruptas y no tienen una orientación sencilla. / Emilio J. de los Santos

La excursión que acabamos de describir nos enseña lo importante que es reivindicar la recuperación de muchas vías públicas que casi se pierden por la agricultura intensiva o propiedades que las invaden y las cortan impidiendo el paso por ellas. Hay numerosos senderos en la provincia de Sevilla en situaciones muy parecidas y siempre está bien reclamarlos, pues como acabamos de decir son pasos públicos.

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