Senderismo en Sevilla: Ruta circular de las dehesas de Alanís

Un recorrido bastante atractivo que recorre el bello entorno de esta localidad de la Sierra Norte de Sevilla.

Galería gráfica: fotos del recorrido

La ruta permite visitar el Castillo de Alanís antes de regresar al pueblo. / Emilio J. De Los Santos

Ficha

Ruta circular

Distancia: 13,2 km.

Dificultad: Fácil

Inicio: Alanís

Final: Alanís

Poblaciones que atraviesa: No hay poblaciones intermedias

Ascenso total: 224 m

Descenso total: 214 m

Naturaleza: 3/5

La localidad de Alanís, como muchos otros municipios de la Sierra Norte de Sevilla, tiene un entorno muy bonito por el que da gusto perderse (en el buen sentido). Aprovechando esto, vamos a describir una circular de unos 13 kilómetros que despliega ante el senderista un paraje de dehesa muy agradable, ideal para una escapada del jaleo de la ciudad

En general, el trazado no es complicado, aunque tampoco poco plano. Salvo el inicio, siempre iremos subiendo y bajando. Realmente, sólo notaremos cierta inclinación en un par de cuestas en el tercio final. El desnivel positivo total es de unos 224 metros.

A la derecha, tras algo más de un kilómetro, veremos el acceso a la Finca del Toro. Es nuestra entrada a la dehesa. / Emilio J. de los Santos

Tomamos como punto de partida la calle principal, en concreto la Plaza de la Salud. Seguimos de frente por la calle Manuel Espinola Onorio hasta pasar ante la fábrica de aceite de las afueras. Pronto dejamos atrás las casas. Toca caminar un kilómetro por el arcén de la SE-8100, en dirección a San Nicolás del Puerto. Cuidado con el tráfico. Es el tramo más feo, pero al menos es bastante llano.

Salimos de la carretera por la derecha, a través de la puerta de una Cortijo El Toro. Accedemos al recinto por el paso canadiense. Aquí arranca el Camino de las Carboneras, que seguiremos durante gran parte esta excursión. De hecho, la dehesa por la que vamos a ir caminando se llama así: Las Carboneras.

Pasaremos varias cancelas. Como siempre, hay que cerrarlas de nuevo tras superarlas. / Emilio J. de los Santos

Avanzamos en leve ascenso por un carril de tierra muy cómodo. No tendremos problemas. Veremos muchos cerdos por esta zona tras las vallas. Caminado otro kilómetro, llegamos a la confluencia de tres caminos entre varias casas del cortijo. El que está más a la izquierda es el acceso a un edificio, lo descartamos. El central es nuestra senda. Vamos por ahí. Un poco más arriba, atravesamos una cancela.

Vamos a disfrutar de una ruta que atraviesa una bella dehesa próxima a Alanís. / Emilio J. de los Santos

Ahora notamos que empezamos bajar. Tampoco hay posibilidad de equivocación en esta zona. La dehesa es la típica sevillana, con muchas encinas y ganado... también vallas. A los dos kilómetros de los edificios de la finca, tendremos que pasar otra cancela. Poco después llegamos a una curva hacia la derecha. Precaución aquí: nos salimos del carril principal por el ramal que toma el giro por el interior de forma más cerrada. Así iniciamos el retorno al pueblo.

La vegetación es más densa en esta zona, pero mucho más hermosa. / Emilio J. de los Santos

El próximo tramo tiene el trazado algo menos definido y avanza por una zona un poco más difusa, entre las encinas. Veremos varias pequeñas balsas de aguas. Así llegamos a una zona llamada Toro Bajo, siendo, efectivamente, el punto a menor cota de toda la ruta.

Una balsa de agua. / Emilio J. de los Santos

Volvemos a conectar con el Camino de las Carboneras a unos 1.200 metros. Lo seguimos hacia la derecha. Tras otra balsa de agua, vamos a encadenar dos repechos en ascenso cortos pero de mayor inclinación. Cada uno de ellos son de un kilómetro y tienen un acumulado de unos 50 metros de subida. En la parte alta del segundo, cruzamos otra cancela.

Vistas de la sierra tras uno de los ascensos. / Emilio J. de los Santos

Un kilómetro más adelante, con el Cerro del Fontanar a nuestra derecha, nos incorporamos a otro carril aún más amplio. Ya por él, pasamos el Arroyo de Bardanzares por un piso hormigonado. Acto seguido, entramos en el paraje de El Llano y empezamos a ver varios edificios: son las casas de Villa Amalia. Iremos virando poco a poco a la izquierda hasta ver de frente el pintoresco Castillo de Alanís.

Aproximación al Castillo de Alanís. / Emilio J. de los Santos

Subimos a la fortaleza. El baluarte forma parte de la Banda Gallega y su configuración actual data del siglo XIV. Está muy bien conservado. Mantiene el perímetro en gran parte y una torre del homenaje. Merece la pena subir a su muralla para disfrutar de las panorámica de la sierra y del pueblo a sus pies. Nuestro sendero continúa por el camino empedrado que baja hasta la localidad desde la puerta de acceso al castillo. Tomamos la calle Jesús hasta la Plaza del Ayuntamiento, junto a la Iglesia de Santa María de las Nieves.

Vistas de Alanís desde las murallas del castillo. / Emilio J. de los Santos

Esta ruta es sencilla en general, aunque no tiene ningún tipo de servicio (ya sea fuente o merendero) durante sus 13 kilómetros. Pese a ello, es ideal para hacerla en familia y conocer un bello rincón de la provincia de Sevilla, pues aúna naturaleza y patrimonio histórico.

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