Ruta del Bosque Encantado de Las Higueras

Ruta preciosa que tiene como meta en mitad del camino el bosque encantado de higueras, un manantial y enclave paradisiaco con aguas transparentes y cascadas de ensueño. La ruta comienza en la localidad de Pozo Alcón, en la provincia de Jaén. En esta ocasión como recomendación local dejamos el coche en las afueras de la localidad. Para ser más específicos hay que poner en Google Maps Avenida de la Bolera, es la última de las calles del pueblo. Cruza todo el pueblo y cuando se llegue a un lugar llamado Agromóvil El Pozo, aparcar por ese lugar. Desde aquí andamos por la carretera con cuidado unos 100 metros y giramos a la derecha.

Ya desde aquí empieza la ruta. Habremos de andar otros 200 metros aproximadamente para hacer un giro a la izquierda. Empieza lo bueno. Desde aquí podremos divisar de fondo (y en varias oportunidades durante la ruta) la bella estampa de las montañas nevadas de Sierra Nevada. Son una gozada.

Empezamos a subir por el canal de Iturralde, un canal de agua construido en los años 70 por el ingeniero José María Iturralde para fertilizar 8000 hectáreas de terreno.

Cuando hayamos llegado a la parte de arriba del canal (recibe agua del río Guadalentín) tendremos que realizar un pequeño giro a la derecha cruzando un puente sobre dicho canal. Desde aquí entramos en un camino rural en el que las montañas de la sierra del Pozo nos acompañarán en la ruta. Serán aproximadamente unos 4 kilómetros y medio, la mayor parte de ellos en bajada, para llegar a la joya de Cazorla: el Bosque encantado de las Higueras.

El fondo de arena procedente de roca caliza y la transparencia de las aguas pintan un paraje peculiar coronado por el pico Peralta, desde el que nace el río que lleva ese mismo nombre entre las filtraciones de la roca. En el lugar se puede observar una cantidad asombrosa de flora de todo tipo, predominando chopos, hayas, algún que otro roble, pinos, y por supuesto, y por lo que recibe el nombre, higueras.

El agua va emanando en diferentes cascadas de agua que finalizan en estanques preciosos e idílicos, para formar el curso del Guadalentín. Hay merenderos para llevarse la comida y comer allí, pero como apreciación, no hay papeleras, puede parecer extraño, pero probablemente sea para que no se acumule basura. Si llevas la comida, acarrea tu basura de vuelta. Es útil una bolsa para guardarla en la mochila sin problemas de olores o manchas.

Una vez visto este paraje toca la vuelta haciendo la ruta circular. Para volver a Pozo Alcón hay que ir paralelo al curso del Río Guadalentín. La sombra de los innumerables árboles, el ruido del río cayendo realizando numerosas caídas a lo largo del recorrido, y los sinuosos caminos entre la naturaleza permitirán al viandante gozar de lo lindo. Como advertencia, si ha habido lluvias hay que tener cuidado. El terreno es de piedra caliza, lo que quiere decir que tu suela puede engordar a lo largo y ancho y aumentar de peso en forma de barro a medida que se da un paso. No es muy molesto, pero obliga a descargar el peso de los pies de cuando en cuando.

Tras el inciso, sigamos con la ruta. Llega un momento que nos topamos con el puente de la Tía Canaca. hay que subir una pequeña cuestecita para seguir después recto en el ascenso y posterior bajada de nuevo al lugar desde el que partimos.

Podemos parar a ver un antiguo molino de agua en ruinas y un embalse que hay formado en el lugar. Desde aquí nos queda un repecho en forma de subida con bastante pendiente. Serán unos 2 kilómetros de subida que se van intercalando con algunas zonas de llano.

De aquí al final de la ruta. Acabados esos kilómetros tenemos ya una zona muy asequible. Bajaremos hacia el asfalto por el que llegamos al canal de Iturralde. En unos 2500 metros volveremos a la carretera en la que se aparcó el coche. Consulta la ruta en Wikiloc aquí.

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