Etapa 7 del Camino del Sur: Valencia del Ventoso - Zafra | Huelva se suma a la Vía de la Plata
Esta variante jacobea llega a su fin con una etapa transitoria que deja atrás las dehesas para internarse en los campos de cultivos pacenses mientras se se une al camino que llega desde Sevilla.
Etapa anterior: Cañaveral de León-Valencia del Ventoso
Próxima etapa: Zafra-Villafranca de los Barros
Guía completa de la Vía de la Plata: de Sevilla a Santiago de Compostela
Y por fin llegamos a la etapa final de este Camino del Sur, que hace de antesala a la Vía de la Plata. En Zafra, los caminos de Huelva, incluido el Camino de El Rocío a Santiago, se unen al que llega desde Sevilla para remontar la geografía española rumbo a Galicia. Faltan aún casi 25 kilómetros por un recorrido que, por suaves desniveles, termina de dejar atrás la dehesa que nos ha acompañado durante tantos días.
Iniciamos la marcha en el albergue de peregrinos de Valencia de Ventoso, justo al lado de la Casa-Palacio del Comendador. El recorrido a través del pueblo nos lleva por las calles San Blas, Luis Chamizo, Plaza de España, calle San Isidoro y calle Calzada. En cuanto dejemos las casas atrás, comenzamos a pisar una amplia pista de tierra que avanza con un imperceptible ascenso entre parcelas dedicadas a cultivos.
En el kilómetro 2 de la etapa, damos con una bifurcación con un monolito que marca el final del término de Augusta Emerita (lo que actualmente es Mérida) en tiempos romanos. Este territorio abarcaba unos amplios terrenos, pues faltan aún más de 110 kilómetros para llegar a la capital extremeña, cuatro jornadas a pie. Aquí tomamos el camino que va a la izquierda. A unos 500 metros, ante una nueva división de senderos, vamos por la ramificación de la derecha.
Pasada la Casa de los Llanos, volvemos a entrar en la dehesa, en suave bajada. De nuevo, el típico paisaje con el sendero flanqueado por muretes de piedra o vallas. En el kilómetro 4,5 de la etapa, damos con un amplio cruce. La Colada del Sendero pasa perpendicularmente, pero nosotros avanzamos de frente. El sendero se estrecha notablemente a los pocos metros mientras busca el Río Bodión, el más importante de esta comarca extremeña.
El paso por el río está claro: hay unas piedras colocadas para evitar mojarnos. El problema llega en la otra orilla. Nada más pasar, debemos doblar a la derecha y atravesar otra zona que puede tener mucha maleza. Es posible que perdamos el camino, aunque realente no hay pérdida, pues iremos entre un vallado y el Bodión. Avanzamos como podamos unos metros hasta ver una cancela a la izquierda: es la salida de este espinoso tramo. Pero aquí no acaban las dificultades. Al pasar la puerta, tendremos que ir campo a través en dirección al edificio del Cortijo de Doña Gloria. La situación del campo variará según la época del año: puede estar arado, sembrado... o muy encharcado. En cualquier caso, cuidado porque el suelo será muy irregular. Es posible que demos con las marcas de las ruedas de un tractor. Si es así, nos facilitará el progreso.
Caminamos entre una alberca y el lateral de la casa en ruinas para posteriormente subir por el cerro que hay a la izquierda. Es posible que haya vacas sueltas por la zona. Hay que mantener la distancia con ellas. Sobre el montículo, además de tener una buena panorámica del entorno, vemos otra cancela. La atravesamos y recuperamos un carril de tierra perfectamente definido. Ya hemos pasado la zona que puede resultar más problemática.
En llano, proseguimos por el paisaje con el que estamos tan familiarizados: carril limitado por vallas con ganado observándonos desde la extensa dehesa. Pasado el kilómetro 7,5, damos con un cruce. A la izquierda está la Casa de los Horcajos. Debemos tomar el camino principal que sale en ángulo recto por la derecha, rumbo a las vías del tren. No atravesamos el trazado ferroviario: unos metros antes damos un giro cerrado a la izquierda.
El perfil pronuncia su bajada conforme desciende al Rivera de Atarja. Tendremos, una vez más, una hilera de piedras algo irregulares para cruzar el río. Acto seguido comienza una cuesta en ascenso de un kilómetro aproximadamente. Arriba hay varios edificios dispersos en el lateral izquierdo con un molino de viento. Justo aquí nos despedimos de las dehesas. Ahora nos aguardan campos de cultivos hasta llegar al final.
Tenemos delante la localidad de Medina de las Torres, único pueblo intermedio de la etapa y una parada ideal para descansar un poco. Accedemos a la población por la calle Mártires y seguimos por la calle Cristo. Junto al mercado de abastos, doblamos a la izquierda por la calle Valencia para llegar a la bonita Plaza de la Constitución, que acoge el Ayuntamiento y la Iglesia de Nuestra Señora del Camino. El templo es originario del siglo XVI y cuenta con un interesante retablo mayor en su interior, además de un Santiago Matamoros en el atrio sobre la puerta que da a la plaza. El camino sigue al norte por la calle Herrador y la avenida de la Puebla de Sancho Pérez. Finalmente, conecta con la carretera BA-160. Conforme vayamos saliendo del municipio, observaremos un colorido mobiliario urbano decorando los laterales de la carretera. Seguimos por el acerado hasta que acabe al pasar el cementerio. Ya hemos completado 15 kilómetros.
Nos aguardan ahora 2 kilómetros por el arcén de una larga recta de la carretera. Tras este pesado tramo, abandonamos el asfalto por un carril de tierra que sale a la izquierda entre cultivos. Pronto comenzaremos a caminar entre huertas y parcelas dispersas. Como curiosidad, comenzaremos a ver los característicos cubos que marcan la ruta en la Vía de la Plata por Extremadura: en su cara superior tienen un grabado del Arco de Cáparra, símbolo de esta ruta en la región; en el lateral, tienen un amarillo que indica el Camino de Santiago transitable y otro azulado que muestra por dónde pasaba la calzada romana original. Como veremos en próximas etapas, muchas veces no llevan ambos colores.
En el kilómetro 19 de la etapa, debemos ir por la izquierda en la bifurcación que nos encontraremos, rumbo a Palomar Navas. Pasado un grupo de casas, llegamos a un cruce. Hay que seguir de frente, por la trocha que avanza por la hierba. En sólo 300 metros damos con otra encrucijada. Continuamos de frente, sin desviarnos, aunque ahora sí vamos por un carril definido. Sin más, pasamos bajo la vía del tren, mientras el recorrido se va a proximando poco a poco a la carretera EX-101. Se intuye que ya estamos acercándonos a una ciudad.
No tendremos una visual clara de Zafra hasta dejar a la derecha el Cabezo Montilla. Ya solo nos queda vadear el Rivera de Zafra, que también cuenta con bloques para cruzar si está el nivel de agua alto. Una cuesta nos deja ya en los límites de la meta. La calle Belén nos deja ya en el acerado que va junto a la N-630, que describe una amplia curva hasta la plaza de toros, punto donde el Camino del Sur se une a la Vía de la Plata para seguir hacia el norte de España.
Zafra es una ciudad muy interesante y animada que cuenta con dos albergues de peregrinos y todos los servicios posibles. Se puede disfrutar de un buen patrimonio histórico: tenemos que visitar el Alcázar-Palacio de los Duques de Feria, las Plazas Grande y Chica o la Colegiata de la Candelaria. Por supuesto, hay también una amplia oferta gastronómica con productos de la zona.
Como ya hemos indicado, aquí concluye este Camino del Sur, que nos ha hecho recorrer la geografía de Huelva y parte del sur de Badajoz. Atrás queda una enorme variedad de paisajes que han pasado desde extensos pinares a zonas mineras o dehesas y sierras. Sin duda, ha sido una interesante y recomendable aventura, sólo apta para aquellos que busquen la soledad. Aún queda mucho hasta Santiago de Compostela: más de 800 kilómetros. La próxima etapa es Zafra-Villafranca de los Barros. Se puede consultar la guía completa de la Vía de la Plata aquí.
Alojamientos
Zafra: Cuenta con el albergue de Peregrinos Vincent Van Gogh y el Albergue del Convento de San Francisco. Hay una amplia oferta de hoteles y hostales.
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