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Etapa 4 del Camino del Sur: Minas de Riotinto - Aracena | Un trayecto peligroso y duro en un paisaje inolvidable

Esta pasarela de metal nos permitirá cruzar el Arroyo de Valdehombre. / Emilio J. De los Santos

Ficha

Ruta lineal

Distancia: 32,8 km

Dificultad: Difícil (mucha precaución con el tráfico)

Inicio: Minas de Riotinto

Final: Aracena

Poblaciones que atraviesa: La Dehesa y Campofrío

Ascenso total: 666 m

Descenso total: 448 m

Naturaleza: 4/5

Descarga del track: Enlace a Wikiloc

Estamos ante la que puede ser la etapa reina de este Camino del Sur. No es la más larga, pero sí es la más dura psicológicamente para el peregrino por sus largos tramos por carretera. Pese a ello, es también la más destacada por la belleza de un interesante paisaje que no para de sorprender: la Mina de Cerro Colorado, la Corta Atalaya, la Presa de Gossán, el Embalse de Campofrío, la Vega del Odiel o la espectacular meta en Aracena son algunos lugares que descubriremos.

La locomotora nº 201 apodada La Gilda, a la entrada de Minas de Riotinto / Emilio J. De los Santos

La etapa suma 32 kilómetros y, como se ha dicho, tiene mucho asfalto... quizás demasiado. Lo peor es que en sus primeros kilómetros la circulación de coches y camiones es demasiado intensa. Tendremos que extremar la precaución y evitar distraernos con los pintorescos parajes que visitaremos, pues el abundante tráfico nos acechará en todo momento y un error puede ser fatal. Aquí priman las normas básicas para ir por carretera: siempre en el lado izquierdo; ir bien señalizados y hacernos ver en todo momento; y nunca perder de vista la carretera. Si las condiciones meteorológicas son adversas, conviene evitar esta ruta.

El primer tramo de la etapa discurre por una peligrosa carretera junto a la Corta de Cerro Colorado. / Emilio J. De los Santos

La peligrosidad en este primer tramo es tal que los Amigos del Camino del Sur han elaborado un trayecto alternativo mucho más tranquilo y perfectamente señalizado que conduce desde Minas de Riotinto hasta Nerva, rodeando por el este la Mina de Cerro Colorado para evitar la concurrida carretera que baja desde el yacimiento. Así busca el nacimiento del Río Tinto y, tras pasar junto a la Peña del Hierro, se encamina a Campofrío, donde ya conecta con el trazado original del Camino del Sur. Esta alternativa implica un rodeo importante e incrementa demasiado el kilometraje como para completarlo en un día. Por tanto, obliga a pernoctar en Campofrío, donde por suerte hay un albergue. Como somos muy puristas, en esta guía no vamos a realizar esta segunda opción: tomaremos el camino que se trazó en un primer momento.

Vistas de las Minas de Cerro Colorado desde el mirador. / Emilio J. De los Santos

Inicamos la etapa buscando el cuartel de la Guardia Civil de Minas de Riotinto, que se encuentra justo delante del Barrio de Bellavista, en la orilla de la carretera A-461. Cruzamos la calzada y nos colocamos en su lado izquierdo. Por aquí caminamos y, pasada la estación de bomberos, alcanzamos la rotonda con la Locomotora Nº 201. Conocida popularmente como La Gilda, fue una de las maquinas propulsoras que se utilizaron para mover el material desde las minas hasta el puerto de Huelva. Recorría 83 kilómetros y prestó servicio durante treinta años desde 1876. Actualmente se encuentra en esta glorieta, dando la bienvenida a quienes llegan al municipio.

Necrópolis romana junto a La Dehesa / Emilio J. De los Santos

Tomamos la izquierda de la rotonda rumbo a la carretera A-461 y pronto perdemos la acera. Apenas hay arcén en este tramo y en gran parte del mismo hay un quitamiedos en el lateral que nos obliga a exponernos demasiado en la calzada. El tráfico por aquí, tras la puesta en funcionamiento de la mina por parte de Atalaya Mining, se ha incrementado muchísimo y tendremos que soportar el paso constante de los enormes camiones que bajan por aquí. No queda más remedio que soportar esto durante 2 kilómetros que se harán eternos.

Entrando en el poblado minero de La Dehesa. / Emilio J. De los Santos

A medio camino, tenemos un descanso: el Mirador de Cerro Colorado. Desde aquí, apartados de la circulación, podremos ver hacia el este la extensa mina operativa actualmente. Cerro Colorado es una de las mayores minas a cielo abierto de Europa. Siendo su principal reserva el cobre, comenzó a explotarse en los años 1960, cuando la cuenca minera pasó a manos de capital español en 1954. Aunque en 2001 se paró su actividad al no ser rentable, reabrió en 2015 y sigue a día de hoy.

Vistas de los embalses desde un pinar en el lateral de la carretera. / Emilio J. De los Santos

Si miramos al oeste desde el mirador, podremos distinguir la Corta Atalaya, en desuso e inundada por agua. Fue uno de los principales yacimientos de la británica Rio Tinto Company Limited y estuvo considerada en su época la mayor mina a cielo abierto del mundo. Estuvo en funcionamiento desde 1907 hasta 1992, aunque desde 1954 estuvo a manos españolas. Actualmente sólo tiene uso turístico.

La carretera corta en dos la Presa de Gossán. / Emilio J. De los Santos

Una vez visto todo esto, retomamos la marcha volviendo a la temida carretera. Vamos describiendo una amplia curva a la derecha a la vez que pasamos ante las instalaciones principales de Atalaya Riotinto Minera, donde se almacena y procesa el material extraído en estos terrenos. Veremos mucha maquinaria por aquí.

Los pináculos del Embalse de Gossán. / Emilio J. De los Santos

A pocos metros de las instalaciones industriales, un vallado impide que podamos acceder a una necrópolis romana, aunque algo podremos ver. Acto seguido, las flechas nos sacan de la carretera por una calle a la izquierda para entrar en la población de La Dehesa. Cuando los británicos controlaban estas minas, crearon en la zona varios poblados para sus obreros: La Dehesa es uno de ellos y de los pocos que no fueron desmantelados. Nuestra visita será fugaz, pero agradecida con tal de quitarnos unos pasos del molesto tráfico. Seguimos la calle Honorio Maura hasta regresar, al fondo del todo, a la A-461.

Vistas de las minas desde la subida a Campofrío. / Emilio J. De los Santos

En unos 400 metros, salimos otra vez del asfalto por una pista de tierra flanqueada por muchos pinos. Otro respiro. Desde aquí tendremos una vista tranquila de varios embalses de extraños colores. Serán nuestros próximos objetivos.

Muro del Embalse de Campofrío / Emilio J. De los Santos

La circulación parece dar una tregua. Baja su intensidad notablemente desde las instalaciones de Atalaya Mining. Al menos, ahora veremos menos camiones. Dejamos atrás una subestación eléctrica mientras perdemos unos metros de altura en una suave bajada flanqueada por algunos pinares repoblados. Así llegamos a la Presa de Gossán.

Aquí nos separamos de la carretera para terminar de subir a Campofrío por pistas de tierra. / Emilio J. De los Santos

Conocido también como Cobre-Gossán, se trata de un embalse de recogida de residuos de la actividad minera y de depósito intermedio de recuperación de aguas. Se construyó en la década de 1960. La carretera por la que vamos lo divide en dos partes: la occidental, llamada Embalse del Cobre; y la oriental, denominada Embalse del Agua. Hay una clara diferencia de coloración del agua en cada uno de ellos, siendo rojiza a nuestra izquierda y azulada a la derecha. La presa presenta altos niveles de contaminación de hierro, azufre, cobre o zinc. Muy llamativas son las extrañas formas que veremos aflorar de las aguas coloradas: son los peculiares pináculos, restos de vegetación afectada por los residuos aquí acumulados.

Llegada a Campofrío. / Emilio J. De los Santos

La carretera comienza a describir una amplia curva a la derecha, a la vez que inicia un ascenso cada vez más claro. Conforme subimos, siguiendo el Arroyo del Dique, los pinos vuelven a imponerse. En el kilómetro 8,5 de la etapa, aproximadamente, una curva a la izquierda deja una zona de descanso a su derecha. Desde aquí tendremos unas bonitas vistas del Embalse de Campofrío, con la pared de su represa justo ante nosotros. Es otra infraestructura hecha por los británicos de la Rio Tinto Company a finales del siglo XIX.

Iglesia de San Miguel Arcángel, en la Plaza de la Constitución de Campofrío. / Emilio J. De los Santos

Proseguimos otro trecho por el lateral de esta A-461. A 1,5 kilómetros del mirador sobre la presa, las flechas nos sacan del asfalto al fin. Iniciamos una cuesta más pronunciada entre una zona de bosque mixto. De vez en cuando nos da una visual de la carretera a un nivel inferior. Subimos unos 100 metros en algo más de un kilómetro de distancia.

El camino que sale de Campofrío es muy tranquilo y bonito. / Emilio J. De los Santos

Al dar con una nave agrícola, comenzamos a bajar a Campofrío, que ya distinguiremos perfectamente entre los árboles. Esta localidad cuenta con un hogar del pensionista donde podemos desayunar si queremos, aunque se encuentra fuera del trazado del Camino. Asimismo, cuenta con un albergue municipal, pero teniendo en cuenta que llevamos sólo unos 11 kilómetros, no interesa parar. No obstante, los peregrinos que hayan decidido ir por Nerva tendrán aquí su punto de pernocta casi obligatorio.

Dehesa a la salida de Campofrío. / Emilio J. De los Santos

El recorrido rodea la Urbanización Campoalto para llegar a la Plaza de España. Desde aquí enfilamos la calle Blas Infante y doblamos a la derecha para tomar la calle Juan Ramón Jiménez hasta la agradable Plaza de la Constitución. Sus bancos rodeados de naranjos son ideales para un descanso. Aquí se sitúa la Iglesia de San Miguel Arcángel, de estilo neoclásico del siglo XVII.

Algunos tramos de la senda que sale de Campofrío son algo estrechos. / Emilio J. De los Santos

Salimos por el norte de la localidad, por la Vereda de Puerto Moral. Consiste en un estrecho sendero limitado por vallas y muretes que nos mete de lleno en una preciosa dehesa. El trayecto no presenta mayores problemas salvo por un par de puntalizaciones: al principio, hay que mantenerse en el camino principal y evitar los ramales que salen por la derecha, que nos devolverían a Campofrío; tras un kilómetro, tendremos que pasar el Arroyo de Valdehombre por una destartalada pasarela de metal y, a poca distancia, debemos tomar el camino a la derecha en una bifurcación. De esta forma volvemos al asfalto. Ahora toca ir por la carretera A-479, que prácticamente nos acompañará hasta Aracena.

Puente sobre el Río Odiel. Nosotros iremos por la carretera. / Emilio J. De los Santos

Conectamos con la carretera justo en el Puerto de la Cruz, a 455 metros de altitud, aunque apenas nos habremos dado cuenta de la subida. Sea como sea, desde aquí iremos descendiendo poco a poco hasta encontrarnos con el Río Odiel, que marca la frontera geográfica entre la Sierra de Aracena y la Cuenca Minera. La A-479 deja a la izquierda un antiguo puente e inicia una subida. Nosotros dejamos el asfalto por el carril de tierra que sale por la derecha.

A los pocos metros de iniciar el ascenso tras el Odiel, tendremos que salir de la carretera por un sendero a la derecha. / Emilio J. De los Santos

En este tramo, alejados de la carretera, tendremos una vista estupenda de la Vega del Odiel y la Era de las Palomas, con un paisaje muy típico de la sierra onubense y un verdor que se pierde en el horizonte. El trazado, muy zigzagueante y en ligero ascenso, sigue la falda de un cerro hasta llegar a la verja de acceso al Cortijo de las Majadillas. Salimos por ella para volver a la A-479.

Vistas de la Vega del Odiel en primavera. / Emilio J. De los Santos

Ahora viene la parte más monótona de esta etapa. Los 10 kilómetros restantes hasta la meta van sobre el arcén de la carretera. Serán más de dos horas soportando el tráfico (que no es escaso precisamente) y el intenso sol. No hay ni una sombra en toda esta parte. La distancia se nos hará muy dura, sin duda. Es una pena que viendo el espectacular paisaje que nos acompañará en todo momento no haya una alternativa por sendero.

Cancela del Cortijo de las Majadilla: volvemos a la carretera. / Emilio J. De los Santos

Poco a poco vamos subiendo en altitud, pero salvo en el tramo antes de entrar en Aracena, no notaremos demasiada presión en nuestras cansadas piernas. Quizá el tramo más atractivo de este largo vagar por el arcén sea cuando la carretera atraviesa la Sierra de los Morales, pues el trazado corta los cerros para cruzarlos y deja ver las peculiares placas de roca que componen el terreno en esta zona.

El final de la etapa son 10 kilómetros por una carretera con perfil ascendente. / Emilio J. De los Santos

A unos tres kilómetros del final comenzaremos a distinguir el Castillo de Aracena, coronando esta bonita localidad serrana. Es por aquí cuando quizá se perciba más la inclinación del perfil. La entrada en el municipio es por el sur, por la calle Tenerías y la avenida de Huelva.

Aracena con su castillo dominando el terreno.

Aracena es la principal localidad de la sierra onubense y se nota por la enorme presencia de turistas. Tendremos muchas cosas que ver, como su imponente castillo del siglo XIII dominando las casas de la población y ofreciendo una panorámica única del entorno. Si se sube, hay que aprovechar y ver la Iglesia de Nuestra Señora del Mayor Dolor, templo más antiguo y emblemático del municipio, declarado Bien de Interés Cultural. Tampoco nos podemos olvidar de su famosa Gruta de las Maravillas, que ofrece un conjunto cárstico de gran belleza con sus impactantes estalactitas y estalagmitas, así como sus lagos interiores. Hay mucho que ver por sus calles, como sus numerosas fuentes o edificios civiles (la Casa Consistorial y el Casino de Arias Montano fueron proyectados por Aníbal González), sin olvidar la espectacular gastronomía de esta zona de la provincia de Huelva.

Gruta de las Maravillas de Aracena, una visita obligada.

Como se dijo al principio, puede que esta etapa no sea la más larga, pero sí es la más dura psicológicamente por las largas kilometradas por carreteras con muchísimo tráfico que nos exigen estar siempre alerta. Se agradece que el paisaje en todo momento sea una maravilla y que no pare de cambiar desde la cuenca minera hasta la sierra. Pese a su dureza, sin duda nos dejará un buen recuerdo por lo interesante que son los lugares que hemos descubierto.

Alojamientos

Campofrío: Hay un albergue municipal. Hay que llamar al Ayuntamiento (959 589 159) para avisar.

Aracena: Pensión Casa Manolo (959 128 014), la hospederia Reina de Los Angeles, que ofrece descuento al peregrino (959 128 367).

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