Etapa 4 del Camino de El Rocío a Santiago: Berrocal - La Granada de Riotinto | Un trocito de Marte en Huelva
Posiblemente sea el trayecto más pintoresco de todo este recorrido, con el río Tinto y el alterado paisaje de la Cuenca Minera onubense como principales protagonistas.
Etapa 1 del Camino de El Rocío a Santiago: El Rocío-Bollullos Par del Condado | Un primer paso desde las Marismas de Doñana
Etapa 2 del Camino de El Rocío a Santiago: Bollullos Par del Condado-Aldea de Tujena | Transición hacia la soledad
Etapa 3 del Camino de El Rocío a Santiago: Aldea de Tujena-Berrocal | Por la Pata del Caballo

El río Tinto será la clave de la cuarta etapa del Camino de El Rocío a Santiago. El recorrido irá muy cerca de sus rojizas aguas, remontándolo desde Berrocal hasta su nacimiento junto a la Peña del Hierro. Estamos ante otro trayecto largo, de unos 34 kilómetros, que atraviesa un entorno muy alterado por la mano humana. Vamos a visitar muchas instalaciones de la antigua Minera Riotinto-Nerva. Hasta La Granada, es una excursión muy distraída, con un paisaje tan interesante como variado. En ocasiones, avanzaremos por un entorno con unas tonalidades rojizas y anaranjadas tan peculiares que nos parecerá estar paseando por Marte.
Iniciamos esta larga marcha en la Plaza de Andalucía de Berrocal, donde está la Parroquia de San Juan Bautista. Seguimos la fachada del Ayuntamiento para enfilar la calle del Pozo, que nos saca rápidamente de la población. Ignoramos el carril que va a la derecha: caminamos hacia abajo hasta perder el asfalto. A la izquierda, tenemos una pequeña explanada que hace de mirador privilegiado sobre el paraje llamado Los Riscos Altos. El río Tinto discurre un centenar de metros abajo, entre las verdes y empinadas laderas de las montañas que lo delimitan. Nuestro próximo objetivo es bajar a su nivel, descendiendo un centenar de metros en apenas un kilómetro.
La cuesta de bajada es una antigua calzada romana cuyo empedrado suelo se inclina notablemente tras un codo hacia la derecha. Zigzagueando, perdemos altitud mientras apreciamos unas curiosas pinturas hechas en las rocas con forma de ojos y otros motivos. Se ve que alguien le ha querido dar un punto místico a este lugar. La bajada acaba en el kilómetro 1,5 de la etapa.
Rodeados de matorral, el sendero se endereza mientras nos acercamos al curso del Tinto. Las características aguas rojizas de este río, como no podía ser de otra manera, son las que le dan el nombre. Su elevada acidez por el contacto con la tierra mineralizada y el alto contenido de metales pesados convierte su ribera en un hábitat único. Se va a convertir en nuestro compañero durante gran parte de esta etapa.
Cuando nos aproximemos a la orilla, tendremos que ir sobre el muro de una antigua represa y, posteriormente, avanzar unos metros con una pared de tierra a la derecha. Es posible que nos obligue a avanzar de forma lateral. Mucho cuidado porque un tropiezo nos puede hacer caer unos metros. La trocha vuelve a elevarse ligeramente por una suave pendiente antes de desembocar en un ancho carril que se cruza perpendicularmente y sube un repecho. En la esquina está la Cruz de la Aurorita sobre un pedestal blanco. Afrontamos la cuesta y, justo arriba, veremos que hay un sendero que baja bruscamente en busca del Puente del Cachán. Gracias a él pasamos a la orilla opuesta.
Conectamos con la Vía Verde de Río Tinto. El antiguo trazado ferroviario que pasaba por aquí se ha reacondicionado para el senderismo y el ciclismo. Se ha convertido en un carril ancho balizado. En resumen, comodidad para andar gracias a su tierra compactada (aunque nos dure poco) y buenas vistas para disfrutar de este espectacular paraje. Los contrastes de color son muy llamativos: el verde intenso de los pinos en las laderas de las colinas que delimitan el río, las rojas aguas del Tinto o los tonos amarillentos de la tierra en sus márgenes. Nos pararemos mucho a hacer fotos.
Entre tramos abiertos y otros estrechos por las características trincheras, la senda rodea el Cabezo del Ciervo a nuestra derecha para que una curva a la izquierda nos deje ante la antigua Estación de los Frailes, con sus andenes y casa de palancas. Veremos mucho equipamiento del trazado ferroviario que pasaba por aquí y comunicaba las minas que tenemos algo más adelante con el famoso cargadero de mineral del Muelle del Tinto en Huelva capital. Esta infraestructura fue una inversión británica y se inauguró en 1875. Si bien ya en el siglo XX la explotación acabó pasando a manos de España y después cayó en desuso hasta aprovecharse recientemente para el turismo. Si bien, la vía verde que hemos usado para llegar aquí es muy corta: de apenas unos seis kilómetros. Acaba justo en la estación en la que nos encontramos.
Las flechas del Camino nos hacen pasar por detrás de los edificios para, acto seguido, cruzar la vía del tren. La comodidad del terreno cambia a partir de ahora, ya que iremos por una vía de servicio que tiene un terreno más áspero, con algunas zonas de piedras sueltas. Nos mantendremos siempre entre las vías y el desnivel que baja al río. Hay que tener en cuenta que el trazado ferroviario no se encuentra abandonado, pues se usa actualmente para el Tren Minero, que es una atracción turística que recorre este paraje. De todas formas, no tiene demasiado tráfico.
El recorrido irá cubriendo distancia mientras sigue los meandros del río. Primero rodearemos la Cumbre del Chorrillo, que se situará a nuestra izquierda, y después avanzaremos por el paraje de Las Majadillas, donde veremos que el Rivera del Jarrama desemboca en el Tinto tras una presa. A poca distancia, tenemos la Estación de Jaramar.
El perfil asciende suavemente para atravesar la Sierra de la Grana. Poco a poco accedemos a una zona conocida como Las Terrazas, donde apreciaremos que las laderas de las colinas están escalonadas. La acción humana es más notable a cada paso que damos. Al fondo, distinguimos la Casa de Palancas Sur. Esta instalación sólo nos servirá de referencia visual, pues justo antes de alcanzarla debemos abandonar el lateral del río para subir a una pequeña meseta. Tras un portón abierto, enfilamos por la carretera HV-5015.
Entramos en la Estación de Zarandas-Naya, una de las principales infraestructuras del tren de las Minas de Río Tinto. Esta instalación alberga una amplia playa de vías donde antiguamente se colocaban los vagones con mineral para su clasificación y distribución. Veremos perfectamente la sucesión de líneas férreas a la vez que un edificio anexo que es el taller. Aún quedan muchos convoyes abandonados sobre el trazado.
El trayecto se interna unos metros entre los pinos mientras da un amplio giro a la derecha. Pronto la vegetación queda atrás y nos deja admirar La Naya, un despoblado minero que actualmente forma parte del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Las vistas son imponentes, con la montaña mordisqueada por la acción humana, así como las instalaciones usadas antiguamente. La Naya fue un antiguo poblado que se fundó a finales del siglo XIX por la actividad minera británica en la zona. Estuvo habitado hasta 1970. Sus casas están derruidas, pero aún se puede distinguir parte de su trazado urbano o incluso el perfil de algunas de las viviendas.
También por esta zona, la carretera nos hace pasar ante las instalaciones Marte en la Tierra, que recrea un asentamiento de una expedición al planeta rojo. El terreno aquí tiene un aspecto tan peculiar por el alto nivel de óxido que da la sensación de estar en la superficie marciana. De hecho, la propia NASA hizo pruebas de equipo en estos terrenos dada su similitud.
Nuestro recorrido va rodeando la amplia depresión que hay al frente, buscando la falda del Cerro del Madroñal. Asciende unos 180 metros para colocarse encima de las ruinas de la antigua fundición de cobre. Asimismo, podremos ver a la izquierda, bajando la pendiente de la colina, los tragantes de la instalación. Pasada otra cancela, conectamos con una carretera más ancha que va rodeando la árida colina hasta la Estación del Ferrocarril Minero.
Tenemos que cruzar el río Tinto por el puente que tenemos justo delante. Caminamos a media altura de la falda del cerro, mientras vemos debajo cómo desemboca el Arroyo de Enmedio en el Tinto. Como curiosidad, justo en la cima del cerro que estamos rodeando hay unas ruinas romanas, lo cual demuestra que estas tierras ya eran explotadas en la antigüedad. Sin más, nuestro camino nos conduce a Nerva. Alcanzamos el municipio tras pasar un túnel que atraviesa a la carretera A-476.
Nerva es uno de los principales municipios de la Cuenca Minera de Huelva. En esta localidad, tendremos todos los servicios necesarios. En su Ayuntamiento nos plantarán el sello en la cartilla si queremos. Hasta este punto hemos recorrido 18 kilómetros de la etapa.
Damos con el Colegio Maestro Rojas al salir del túnel. Por la Plaza Reina Victoria conectamos con la avenida de Andalucía y la recorremos hacia la derecha hasta un giro a la izquierda por la avenida de Reú. Esto es el centro del municipio, que destaca especialmente por la torre del Consistorio. Apreciaremos que varios edificios tienen trazos ingleses, muestra nuevamente de su influencia en esta comarca. Salimos de Nerva avanzando por la mencionada avenida. A medio camino, tenemos un extraño edificio: la Fuente de Reú. Construida a principios del siglo XX, era el punto de donde sacaban el agua los nervenses. El agua provenía de un manantial situado a 6 kilómetros. Tras ver esta infraestructura, tomamos la calle Argentina y doblamos la segunda a la derecha, por la calle Azcárraga. Cruzamos en diagonal la Plaza de San Juan Bautista para iniciar un carril de tierra y salir del pueblo.
Iniciamos la segunda parte de esta larga etapa siguiendo el Barranco del Romeral, que es el arroyo que nos acompaña por la izquierda. Este tramo progresa por la zona conocida como Los Huertecillos. Es un paraje con cierto encanto que combina praderas y pequeñas arboledas. Es posible que haya rebaños de cabras sueltos por el lugar. Pasaremos muchos arroyuelos, en los que destacará su rojizo color.
Pronto, el sendero se meterá entre pinos, en una zona más escarpada. Es posible perder la trocha. Tendremos que fijarnos en las estacas clavadas estratégicamente e ir hacia ellas como buenamente podamos. Tras el kilómetro 20 pasaremos dos cortafuegos separados por 500 metros. Tras ellos, los árboles quedan atrás y se impondrá el matorral como jaras o romero. Al fondo, vemos ya la Sierra del Padre Caro, que hace de muralla entre nuestra posición y el final de la etapa. Dejado atrás el pinar, la vereda se hace algo más sinuosa con cortas curvas y quiebros cada pocos metros. Así avanzaremos hasta colocarnos sobre la antigua línea férrea de la Peña del Hierro-El Ronquillo-San Juan de Aznalfarache. A los pocos pasos, damos con la carretera HU-6105, que se cruza por un paso superior al que tendremos que acceder por la rampa de la izquierda.
Este punto es interesante. Su continuamos bajo la carretera, a los pocos metros, por la derecha, una abrupta bajada desciende al Barranco de Agua Dulce, donde nace el río Tinto. Sus rojas aguas manan de unas rocas situadas a los pies de la Peña del Hierro, otro antiguo yacimiento minero. Si interesa todo esto, recomendamos realizar esta ruta, que visita los puntos clave de esta zona con mucho más detenimiento.
Si vemos alguna flecha amarilla o vieira indicando al frente en vez de desviarse a la carretera por la izquierda, son las marcas de un tramo alternativo del Camino del Sur, ruta que viene desde Huelva capital. Hace poco, sus organizadores decidieron evitar el peligroso tramo de carretera de Cerro Colorado y trazaron una opción más segura: desde Minas de Riotinto se desvía a Nerva y busca Campofrío por la Peña del Hierro.
Lo que nos interesa aquí es el Camino de El Rocío a Santiago y este busca la carretera que pasa sobre el antiguo trazado ferroviario. La HU-6105 es una pista forestal que sirve de conexión entre Nerva y La Granada de Riotinto. Toca ahora subir la Sierra del Padre Caro por este serpenteante carril asfaltado. Surcamos un paisaje que se está recuperando de otro incendio, por lo que la vegetación es baja y no tendremos sombra que nos dé cobijo si el sol aprieta. Las cuestas iniciales pueden parecer algo fuertes, pero en general apenas se suben unos 190 metros en unos 4 kilómetros. Eso sí, las vistas de la Cuenca Minera, con Nerva a nuestra espalda, son espectaculares.
El Cerro de los Manantiales es el punto más elevado de la etapa, a 590 metros de altitud sobre el nivel del mar. Al coronarlo, recibiremos una auténtica bocanada de aire fresco, pues en la otra vertiente de la sierra, la vegetación no sufrió los estragos del fuego y se conserva perfectamente. El cambio de paisaje es radical: con pinos en las zonas más elevadas y dehesa en las inferiores. El carril pierde el asfalto y desciende con decisión 250 metros en unos cuatro kilómetros de marcha. Abajo nos espera un puente que cruza el Rivera de las Majadillas. Hasta este punto hemos completado 30 kilómetros de la etapa.
El sendero vuelve a encadenar algunas cuestas mientras se adentra en la Sierra de la Gata. Superamos el Arroyo de las Hoyas y accedemos al paraje de Valhondo. Debemos ignorar siempre todos los ramales secundarios que salen de la pista principal. Caminando sobre la ladera de varios cerros, rodeados de una bonita dehesa, atravesamos el Arroyo de las Dehesillas para poco después conectar con la carretera que da acceso a La Granada de Riotinto, final de esta bonita y larga etapa.
La Granada de Riotinto es el último pueblo de la Cuenca Minera que visitaremos, haciendo ya frontera con la comarca de la Sierra de Aracena. A este pequeño municipio de 244 habitantes se le llama informalmente La Alfilla, en referencia a una de las aldeas que lo fundaron. Su nombre actual se lo debe a la Virgen de la Granada, patrona con sede en la iglesia parroquial del centro de la localidad. El peregrino disfrutará en esta población de la hospitalidad de sus habitantes y de todos los servicios necesarios.
Como se ha indicado, casi hemos dejado atrás otra comarca onubense. Aún nos aguardan las espectaculares dehesas y vistas de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Alojamientos
Nerva
- Alojamiento municipal: Hay que avisar previamente al Ayuntamiento (959 580 150)
La Granada de Riotinto
- Alojamiento municipal: Hay que avisar previamente al Ayuntamiento (959 587 008)
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