Etapa 1 del Camino de El Rocío a Santiago: El Rocío-Bollullos Par del Condado | Un primer paso desde las Marismas de Doñana
La devoción a la Blanca Paloma marca muchos kilómetros de la primera jornada de esta ruta.
El tramo entre la aldea y Almonte destaca por sus arenales y pinares, mientras que el recorrido hasta Bollullos Par del Condado avanza entre viñedos y campos de girasoles.
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Comenzamos a describir un Camino de Santiago bastante especial, promovido con el objetivo de unir los dos principales puntos de peregrinación de España: el Santuario de Nuestra Señora del Rocío, en Huelva, con la Catedral de Santiago de Compostela, en la capital de Galicia. La idea de sus impulsores es marcarlo de forma bidireccional para permitir el recorrido hacia ambos lugares. La tarea no es fácil y de momento sólo existen las marcas de doble sentido hasta Cañaveral de León, en el límite con Badajoz.
Las ocho etapas del Camino de El Rocío a Santiago avanzan por la provincia de Huelva casi en paralelo al Camino del Sur, que nace en la capital onubense. Ambos ramales se unen en el Embalse de Aracena y, ya juntos, recorren los últimos kilómetros hasta Zafra, en Badajoz. Aquí desembocan en la Vía de la Plata, que continúan hacia el norte hasta tierras gallegas.
La ruta rociera pasa por una variedad de paisajes de gran interés en sus más de 200 kilómetros. Desde las Marismas de Doñana hasta la comarca pacense de Zafra-Río Bodión se recorren entornos de enorme riqueza natural: los pinares de Almonte, la Pata del Caballo, la Cuenca Minera, el entorno del río Odiel o la Sierra de Aracena. Al interés medioambiental se le suma el patrimonial, como la propia Ermita del Rocío y su aldea en general, con un potente fervor religioso. No podemos pasar por alto la gastronomía de los mesones de Bollullos Par del Condado, con su vino con denominación de origen; el pintoresco pueblo de Berrocal, como balcón privilegiado sobre un río Tinto junto al que recorreremos muchos kilómetros; las animadas calles del centro de Nerva; o el maravilloso enclave de Puerto Moral, ubicado en plena dehesa, donde la actividad humana convive con la naturaleza.
Eso sí, el recorrido presenta tramos bastante aislados, con poblaciones muy distantes sin prácticamente ningún municipio en medio. Se le suma además que algunas paradas, como por ejemplo Aldea de Tujena, no cuentan con servicios y nos obligarán a planificar bien por si hay que llevar la comida en la mochila o suplemento de agua.
Eso sí, el trato que recibirá el peregrino por parte de los habitantes será tremendamente cálido, ayudando en lo que haga falta. Especial agradecimiento a los organizadores de esta ruta por la gran asistencia dada y a los ayuntamientos de las localidades, pues en muchas de ellas reciben al senderismo con un abrazo: ofreciendo información y cobijo desinteresadamente.
Arrancando desde Doñana
Este Camino no puede tener otro inicio que el Santuario de Nuestra Señora del Rocío. La aldea es un punto de partida espectacular por lo pintoresca que es: sus calles de arena, sus típicas casas y sobre todo por sus vistas a las Marismas de Doñana. El templo donde reside la Blanca Paloma es una parada obligatoria antes de arrancar esta larga excursión. En el punto de información junto a la entrada de la ermita, nos pondrán el sello del Camino y de la Hermandad de Almonte. Interesa dedicar un tiempo a visitar la Virgen, ver el espectacular retablo de la iglesia, admirar el constante ir y venir de devotos que acuden a rezar o, simplemente, dar una vuelta por la población.
La primera etapa del Camino de El Rocío a Santiago es de 27 kilómetros. Es una tirada larga para ser la jornada inicial. Aunque orográficamente no es complicada, la primera mitad avanza por arenales y esto nos cargará notablemente las piernas. Al ir cargados con mochila, nos hundiremos bastante. Por lo demás, es un trayecto bonito con algunos puntos muy interesantes.
Partimos de la puerta de la Ermita del Rocío, justo bajo la enorme concha de su entrada. Mirándola de frente, nos dirigimos hacia la izquierda. En la esquina del templo tenemos la primera señal de este Camino. Tiene dos flechas: la amarilla para la ida hacia Santiago de Compostela y la verde para el retorno.
Enfilamos la calle La Romería, que avanza junto a la fachada de la Casa Hermandad de Huelva. Al fondo, tenemos la Plaza de Doñana. Caminamos hacia la izquierda, buscando la Casa Hermandad de Gines, en la esquina opuesta. Tomamos la calle que arranca junto a la Hermandad de Granada y, a los pocos pasos, viramos levemente hacia la derecha para empezar a recorrer la larga calle de arena que nos sacará de la aldea en línea recta. La población no es nada pequeña, pues desde la ermita hasta la salida por la calle Santa Olalla hay 1,3 kilómetros de distancia.
La primera mitad de la ruta sigue el Camino de los Llanos, recorrido que usan los almonteños para trasladar a la Virgen del Rocío de la aldea a Almonte y viceversa. Sus 15 kilómetros tienen una carga emotiva importante para los devotos y eso se demuestra con los altares y estaciones penitenciales que iremos viendo a lo largo el trazado. A la Virgen del Rocío la llevan a Almonte el 19 de agosto de cada siete años, después del Rocío Chico. Permanece allí nueve meses antes de ser trasladada de nuevo a la aldea para la popular romería.
Al dejar las casas del poblado atrás, pasamos un punto limpio y entramos en un terreno llamado el Baldío de El Rocío. Afrontamos un tramo que surca arenales durante 8 kilómetros entre fincas e invernaderos. En esta zona se cultiva la fresa y nos veremos rodeados de un auténtico mar de plásticos. La pista por la que iremos será muy ancha, pero la arena del suelo es tan fina que cada pisada se hará dura. Como consejo, para evitar enterrarnos demasiado, conviene ir por los laterales del camino o por las zonas con hierba.
En el kilómetro 4,5 de la etapa, cruzamos perpendicularmente un carril asfaltado. Seguimos con más invernaderos alrededor. Tras 500 metros, debemos doblar a la derecha en ángulo recto y, unos pasos después, tomamos un ramal en diagonal para continuar yendo al norte. Damos con otra calle asfaltada en perpendicular. Ahora doblamos a la derecha y seguimos el vallado de la finca de la izquierda hasta encajonarnos entre esta alambrada y la de la parcela de la derecha. Al fondo, nos despedimos de los invernaderos... al menos, durante un trecho.
El escenario cambia para darnos un respiro tras tanto plástico. Atravesaremos un terreno con mucho matorral. El recorrido se acerca a la carretera A-483, aunque nunca llegaremos a conectar con ella. Al poco de pasar un altar dedicado a la Virgen del Rocío, alcanzamos otra intersección con un nuevo carril asfaltado. Las marcas del Camino nos hacen dar un ligero quiebro para colocarnos en una vereda recta que avanza entre la vegetación que separa la carretera y el vallado de última finca con invernaderos.
Por fin, dejamos atrás los campos freseros. Caminamos aún en línea recta, viendo siempre con claridad la A-483 a la izquierda. Aunque iremos por un camino flanqueado por pinos, el paisaje se despeja notablemente a la derecha. El descampado acabará dando paso a una pista de motocross.
El tramo más bonito de esta etapa viene a continuación. El arenoso camino se irá internando poco a poco en un denso pinar. Nos aislaremos en una zona rodeada de pinos mientras el sendero progresa entre ellos. Algunas veces se ensancha muchísimo, pero siempre debemos tomar como referencia las marcas blancas de los troncos. Estas pinturas delimitan el recorrido mientras una pendiente muy suave nos conduce a la zona más elevada de este paraje. Aquí, el suelo se endurece ya por fin y veremos varios caminos cruzarse. Dejamos atrás los arenales: han sido más de 12 kilómetros caminando por ellos. Nuestras piernas estarán cansadas del esfuerzo.
El sendero inicia un descenso imperceptible, mientras deja atrás el pinar. Pronto se acaba perdiendo gran parte de la vegetación a nuestro alrededor. El carril nos conduce al puente que cruza el Arroyo de Santa María. La polvorienta vereda nos hace pasar junto a fincas y nave agrícolas antes dejarnos ante carretera A-474. Al atravesarla, entramos en la primera localidad de este Camino de El Rocío a Santiago: Almonte. Un lugar ideal para hacer un descanso y reponer fuerzas. No pernoctaremos aquí porque sólo llevamos 15 kilómetros.
Sin desviarnos, vamos subiendo la larga calle Camino de los Llanos. Pasa a llamarse calle Mármoles cuando estemos junto al Parque Ferial del Chaparral. Ante Monumento a la Saca de las Yeguas, cruzamos una glorieta para introducimos en el centro del pueblo. Atravesamos la Plaza de Andalucía para seguir la calle Venida de la Virgen hasta la Plaza Virgen del Rocío, donde se ubican el Ayuntamiento y la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Pasear por el centro de este municipio es empaparse de su historia. Está muy bien expuesta con textos pintados en azulejos por sus calles: profundizaremos en la romería de El Rocío o la vinculación de la localidad con Doñana.
Salimos de Almonte por las calles Conde Cañete y Antonio Machado. Pasamos ante el Museo del Vino para continuar por la Avenida de Juventud. Siguiendo el muro del polideportivo municipal, acabamos llegando a la Avenida de Cumbre Hermosa. Al cruzarla y ya estamos fuera de Almonte. Iniciamos el recorrido hacia Bollullos Par del Condado. Quedan un par de horas de etapa.
En todo esta parte, cambiamos definitivamente los pinos y arenales por campos de cultivo de girasol y sobre todo de viñedos. Hay que tener en cuenta que esta comarca, El Condado de Huelva, tiene una denominación de origen propia de vinos. Iremos siempre en paralelo a la carretera (o más bien autovía) A-483. Los primeros compases nos llevan por la Huerta de la Cañada. Vadeamos primero el arroyo del mismo nombre y, un poco más adelante, el de Ana Martín. El sendero avanza a la derecha de la carretera y del Arroyo Rioseco, que pasa a llamarse Arroyo de la Cárcaba al unirse al de la Pascuala. Estos cursos de agua suelen ser de escaso caudal y los vados no darán problema alguno. Cuando nos acerquemos más a sus riberas, es posible que su vegetación nos conceda algo de sombra.
Continuamos sin muchas complicaciones por los terrenos de Las Malatas y Molinillo. A 6 kilómetros de Almonte y a unos 2,5 de Bollullos Par del Condado, cruzamos el Arroyo de Marchenilla y dejamos a la derecha la Estación de Depuración de Aguas Residuales del municipio bollullero. Unos pasos después, hay una bifurcación en la que debemos ir por la derecha.
El Camino se interna en La Cerrada ya con vistas claras de nuestra meta final. Poco a poco vamos entrando en las primeras edificaciones de la localidad. La calle Domínguez García nos da la bienvenida. En la primera bifurcación, vamos a la derecha por Pedro Miguel Pérez de Ayala y así concluimos, un poco más arriba, en Plaza del Sagrado Corazón de Jesús, ante la Parroquia de Santiago Apóstol, patrón el municipio.
Concluimos esta primera etapa aquí, en una animada localidad que destaca especialmente por su gastronomía. Obligatorio probar sus vinos y comer en alguno de sus famosos mesones. También merece la pena visitar su conjunto bodeguero con varios edificios monumentales.
La primera etapa del Camino del Rocío a Santiago consta de dos tramos muy diferentes entre sí en cuanto a paisajes: de los arenales y pinares entre la aldea y Almonte, pasa a las tierras agrícolas del interior del Condado. Por supuesto, el protagonismo lo tiene, más allá del Santuario de Nuestra Señora del Rocío, el Camino de los Llanos, pues seguimos un trazado histórico tan cargado de devoción, que prácticamente se siente a cada paso que demos, se sea o no religioso.
Alojamientos
El Rocío
- Alojamiento municipal (previo aviso a la Concejalía - 959 451 503)
- Amplia oferta hotelera
Almonte
- El Ayuntamiento ofrece alojamiento municipal
Bollullos Par del Condado
- El Ayuntamiento ofrece acogida
- Casa Vallejo (casa señorial) 680197660
- Hostal El Lirio
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