Camino de Belén: una ruta familiar muy navideña en Puerto Moral
Un sendero circular precioso que recorre un paisaje típico de la Sierra de Aracena, marcado por las dehesas y los cerros bajos.
Paso a paso por el Camino de Belén en Puerto Moral: todas las fotos
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Siempre es un placer recorrer la Sierra de Aracena, pero cuando se acerca la Navidad parece ganar aún más atractivo. La ruta que vamos a describir es una circular razonablemente sencilla, ideal para hacerla en familia. Lo más curioso de ella es que han sabido darle un simpático toque navideño mientras recorre las preciosas dehesas de los alrededores de Puerto Moral. El Camino de Belén, como se llama, tiene una distancia oficial de 10,46 kilómetros y está marcado con las señales del PR A-423 (rayas blancas y amarillas). Tiene su inicio y final en el mismo núcleo urbano de la localidad panzurraca. ¿Y por qué es tan especial en fechas navideñas? Pues porque cada kilómetro está señalizado con un azulejo con la letra de un villancico. ¡El reto está en encontrar los diez! Además, si se realiza en las fechas apropiadas, podremos disfrutar del fantástico belén viviente que organizan los vecinos, todo un clásico en la zona.
Precisamente, la ruta comienza en el merendero donde se monta el mencionado nacimiento. Está en la entrada misma de este encantador pueblo. En dirección suroeste, distinguiremos una trocha que va progresando junto al arroyo del Barranco de la Madrona. Junto a un depósito de agua, un banco peregrino nos indica con una enorme flecha amarilla por dónde ir. Efectivamente, el Camino de El Rocío a Santiago pasa por aquí. El sendero irá recorriendo una ribera muy acondicionada para pasar, con pasarelas, barandillas y puentes de madera. Por aquí, podremos ver un par de molinos de rodezno conservados en un estado espectacular. Usaban la fuerza del agua del arroyo para moler el grano.
Siguiendo por el sendero, que va en paralelo a la carretera que llega a la localidad, damos con un cruce a menos de un kilómetro. Debemos ir a mano derecha, por el lateral de la HU-8129 rumbo a Corteconcepción. Suele haber muy poco tráfico por aquí y si se acerca un vehículo, lo advertiremos perfectamente con suficiente antelación. En los primeros metros, veremos el primer azulejo con el villancico Hacia Belén va una burra, rin, rin.
El perfil por aquí es ascendente, aunque muy progresivo. A pocos metros de la marca del primer kilómetro, la carretera se bifurca. Seguimos de frente. El Camino de El Rocío a Santiago se separa aquí por la derecha, así que ignoraremos las típicas flechas amarillas que veamos.
El paisaje es de extrema belleza, con amplias zonas de dehesa y ganado vacuno pastando por los alrededores. Conforme vamos subiendo, es posible que lleguemos a distinguir el Embalse de Aracena al noreste. La carretera traza una curva a la izquierda. Estamos en las proximidades del azulejo que marca el segundo kilómetro. En este caso lleva la letra del villancico Dime niño de quién eres.
Cuando alcancemos la zona más elevada, veremos una cancela a la izquierda. Pasamos por ella para despedirnos del asfalto. A continuación, enfilamos una amplia pista que recorre un paisaje que cambia drásticamente: ahora iremos por una amplia zona de pastos con una vista preciosa de las montañas próximas. Prácticamente en línea recta, sin pérdida, llevamos siempre a la izquierda un vallado. Atravesamos una segunda cancela para alcanzar el kilómetro 3 de la ruta, con un azulejo dedicado al villancico Ya viene la vieja.
Superamos otra cancela mientras avanzamos entre el Cerro de las Cabezas (656 m) y el Risco de Valdejudío (668 m). Debemos cruzar una carretera local y entrar por la puerta del vallado del otro lado. Ahora el camino cambia, se estrecha y se vuelve algo más irregular. Alcanzamos el kilómetro 4. El azulejo que lo indica lleva la letra de Campana sobre campana.
El sendero va rodeando el Cerro del Parralejo (761 m), situado a nuestra izquierda. En el lado opuesto, distinguiremos un par de cortijos. El carril describe una curva cerrada a la derecha hacia sus edificios, pero nuestra ruta no tira por ahí: hay que seguir la trocha que sale en suave ascenso flanqueada por muretes. Poco a poco nos encaminamos a una cuesta algo escalonada que se estrecha entre unas paredes de piedra, como si fuera una trinchera. Alcanzamos así la cumbre de esta etapa: 661 metros de altura sobre el nivel del mar. Por aquí está el cartel del quinto kilómetro, con el bonito villancico El Tamborilero.
Con los sones de Raphael en la cabeza, empezamos a bajar a la vez que nos adentramos en otra preciosa dehesa. Al principio, descendemos por un terreno con piedras que nos obligará a vigilar la pisada. Después se suaviza. Cruzamos perpendicularmente un carril asfaltado que busca, a través de un paso canadiense, la entrada de una finca a la izquierda. Seguimos de frente de momento, entre el pedregoso cauce del arroyo del Barranco de la Umbría y un irregular muro de baja altura. Finalmente, encontramos una amplia pista de tierra. Ahora sí tenemos que girar en ángulo recto a la izquierda. Por aquí está el sexto azulejo, con el villancico Los Peces en el río.
Primero en subida y después en bajada, algo pronunciadas ambas, el carril alterna tramos de tierra con zonas hormigonadas. Siempre iremos encajonados entre muros bajos de piedra. Por esta zona veremos muchos cerdos ibéricos, muy característicos de estas sierras. Concluida la bajada, el sendero empieza a describir un amplio giro hacia la izquierda. Por aquí tendremos la marca del séptimo kilómetro con varias estrofas del villancico Ay del chiquirritín.
Ya iremos en llano hasta el final. Desembocamos en otra ancha pista de tierra rojiza acotada esta vez por vallados. Es posible que pasen coches por aquí. Andamos en dirección noreste por el denominado Camino del Parralejo mientras nos vemos rodeados varios olivares. En esta larga recta tendremos los azulejos del kilómetro 8 (Mi burrito sabanero) y 9 (En el portal de Belén).
A poca distancia de la bonita Casa de la Huerta de los Naranjos, la pista conecta con la carretera HU-8130, que llega desde Valdezufre. La seguimos hacia la derecha unos metros hasta dar con el cruce del principio de la ruta. Nos colocamos en el lado opuesto para buscar el sendero que sigue el Barranco de la Madrona hasta Puerto Moral. Aún falta un último azulejo por hallar: tiene el villancico Ya vienen los Reyes Magos. Lo veremos ya regresando, pegado a un pozo.
La ruta cuenta con paisaje muy agradable y, en general, es bastante sencilla de seguir. Asimismo, si se llega en la fecha apropiada, que suele ser en el puente de diciembre, se puede disfrutar también del belén viviente que se instala en el merendero a la entrada del pueblo. Si interesa, conviene consultar antes la web del Ayuntamiento de Puerto Moral para ver los pases que tienen.
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