Etapa 2 de la Vía Serrana del Camino de Santiago: San Martín del Tesorillo-Jimena de la Frontera
El recorrido se adentra en el Campo de Gibraltar por una zona más tranquila mientras se aproxima al lado oriental del Parque Natural de los Alcornocales.
Etapa 1 de la Vía Serrana: La Línea de la Concepción-San Martín del Tesorillo
Ficha
Ruta Lineal
Distancia: 18,3 km.
Dificultad: Moderada
Inicio: San Martín del Tesorillo
Final: Jimena de la Frontera
Poblaciones que atraviesa: Los Ángeles
Ascenso total: 373 m
Descenso total: 374 m
Naturaleza: 4/5
Descarga del track: Vínculo a Wikiloc
Tras una primera jornada bastante larga, la segunda etapa entre San Martín del Tesorillo y Jimena de la Frontera es algo más llevadera. El trazado se interna en una zona menos poblada y se aproxima al lado oriental del Parque Natural de los Alcornocales. El camino comenzará a afrontar algún ascenso, anticipo de lo que está por llegar.
San Martín del Tesorillo es pequeño y la salida, fácil. Desde la Iglesia de San Martín de Tours, atravesamos la Plaza de la Constitución para enfilar la calle la Fábrica, que comparte trazado con la carretera CA-8200. En las últimas casas de la localidad, viramos levemente a la izquierda. A 300 metros, dejamos el arcén por la derecha en una bifurcación con una casa alargada que parece abandonada a un lado. Una flecha nos marca el desvío. Ahora vamos a ir por un cómodo carril de grava.
Se trata de un camino para desplazar el ganado. El trayecto irá en una línea recta casi perfecta durante un kilómetro mientras atraviesa una extensa llanura llena de cultivos de árboles frutales. Llegamos al arroyo Malas Pasadas y, en las encrucijadas que nos encontraremos en sus proximidades, doblamos a la izquierda en el segundo carril. A 400 metros, cruzamos la CA-8200.
Vamos rumbo a los cerros que hay justo delante. El camino serpentea un poco mientras sigue a distancia el curso del Malas Pasadas. Un giro en ángulo recto a la izquierda, con una granja en la esquina, nos permite superar el arroyo Casas Caídas. Por el denominado Camino de la Cólera, empezamos ya a subir al Parque Eólico del Tesorillo.
Afrontaremos un ascenso de unos 160 metros en dos kilómetros. Puede impresionar desde abajo, pero no es tan duro, en parte, gracias a que camino que seguiremos es bastante cómodo. Los campos de cultivos quedan atrás dando paso a tierras de pasto para ganado con alguna arboleda aislada.
Iremos subiendo con suavidad hasta pasar unos edificios. Entonces los repechos se endurecen. La pista da un giro en ángulo recto a la derecha y deja a la izquierda el Cortijo Blanco antes de lanzarse al encuentro de los enormes aerogeneradores. Impresiona verlos de cerca y oír el zumbido constante de sus aspas.
El recorrido va siguiendo la dorsal del cerro. Alcanza los 201 metros de altitud, cota máxima de la jornada. La panorámica que ofrece es interesante. A la izquierda, a lo lejos, vemos la enorme masa verde del Parque Natural de los Alcornocales. A la derecha, tenemos la amplia llanura que hemos recorrido y casi en el horizonte distinguiremos la costa. Seguimos las laderas del Cerro Gordo y la Loma de Sambana (ambos a nuestra izquierda) a la vez que nos encontramos con los cortijos de la Cólera, de la Cabaña de la Almendra y la Hinojera.
La bajada es brusca, de las que cargan las piernas. Perderemos toda la altura ganada en un kilómetro y medio. Abajo nos aguarda una vaqueriza junto a la carretera CA-8200, la misma por la que salimos de San Martín del Tesorillo. Tomamos su arcén yendo hacia la izquierda.
La carretera sigue el Cordel del Almendro durante cinco largos kilómetros. Al menos, iremos en llano y por una vía con escaso tráfico escaso. Eso sí, las vistas de las montañas próximas sí son bastante agradables. En esta llanura, podremos distinguir a nuestra derecha el río Guadiaro, que será nuestro fiel acompañante en las próximas jornadas.
Primero, nos encontraremos con el núcleo del Cortijo de Sambana. Lo veremos de lejos desde una curva. Tras una recta, alcanzamos al Venta de la Fuente en un cruce. Podemos parar a descansar y comer algo si nos la encontramos abierta. Desde aquí, faltan 5 kilómetros para terminar la etapa.
Tras la venta, la carretera atraviesa otro núcleo de casas. El último edificio es la Finca La Gloria, en el inicio de una curva a la derecha. Nuestro trazado nos saca al fin del asfalto por la Cañada Real de Manilva, justo en el exterior de la mencionada curva.
El camino vuelve a ascender y lo hace por un sendero complicado: entre arbustos por un suelo muy erosionado por el paso del ganado. El terreno tiene pinta de ser un auténtico barrizal en época de lluvias. Si lo encontramos demasiado enfangado, lo mismo conviene ir por la carretera: hasta el próximo cruce junto al Cortijo de Almayones, donde se dobla a la izquierda por la CA-9200. Esta opción es más larga.
Preferimos ir campo través. A media subida, parece que el recorrido se desvía a la izquierda, pero hay que seguir de frente, aunque la vegetación que tengamos delante sea muy densa. Si tienes un chaleco de mangas largas, póntelo para evitar arañazos en los brazos. Sabremos que estamos arriba del todo cuando veamos la incorporación de otro carril por la izquierda. En bajada, el sendero mejora notablemente. Primero avanza por campo, pero pronto se encajona entre las vallas de unas parcelas, ya muy cerca de la población.
Accedemos a Los Ángeles, una barriada que se llamaba antes Estación de Jimena de la Frontera. Aquí nos vamos a encontrar por primera vez con la línea Algeciras-Bobadilla, principal trazado ferroviario que comunica la ciudad portuaria del Estrecho con la provincia de Málaga. De vía única y sin electrificar, veremos convoyes de mercancías o pasajeros transitarla esporádicamente. Las localidades próximas al trazado suelen tener una pedanía a pie de vía con su estación correspondiente: es el caso de Los Ángeles.
En la barriada, acabamos conectando con la CA-9200 o calle Manilva dentro de la localidad. Pasamos las vías del tren por el paso a nivel con barreras y viramos levemente a la izquierda por la A-405. Pasados unos metros, nos colocamos a la izquierda en un bonito carril peatonal con fuentes, jardines y bancos. Así llegamos a Jimena.
Un pueblo de postal donde los haya. Jimena de la Frontera es precioso. Sus empinadas calles con las casas pintadas de blanco y adornadas con macetas cargadas de flores de vivos colores son un placer recorrerlas. El castillo, coronando el municipio, es de visita obligada. De origen árabe, su aspecto actual es el resultado de la modificación realizada por los cristianos en el siglo XV. Desde sus torres se obtiene una panorámica privilegiada de Los Alcornocales y, si el día está claro, hasta podremos ver a lo lejos el Peñón de Gibraltar.
Jimena es una localidad pequeña, pero muy turística. Hay que planificar la parada en ella, pues es posible que sus alojamientos estén completos o sean caros. De todas formas, si no encontramos sitio, siempre podemos intentarlo en Los Ángeles, que tiene bastante oferta.
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