Ruta de las cuatro aldeas, en El Madroño

Un recorrido a través de la Sierra Blanca por varias pedanías que conforman un interesante subsistema silvo-pastoril

Fotos de la ruta

Un lavadero del siglo XIX / Emilio J. De Los Santos

Ficha

Ruta circular.

Distancia: 11,3 Km

Dificultad: Moderada

Inicio: Juan Gallego

Final: Juan Gallego

Poblaciones que atraviesa: Villagordo, El Álamo (opciona) y Juan Antón

Una ruta de dificultad moderada y bastante variada con gran presencia de vegetación en casi todo su trazado. La excursión recorre el término municipal de El Madroño, visitando las aldeas de El Álamo, Juan Gallego, Villagordo y Juan Antón.

Se trata de una circular de unos 11,3 kilómetros balizados con las marcas del PR-A 393 que recorre sobre todo dehesas, aunque también pasa por bosques de eucaliptos, pino y monte bajo. El recorrido, que atraviesa la Sierra Blanca, recupera un antiguo camino que comunicaba un subsistema de población silvo-pastoril de gran interés desarrollado en esta zona.

El sendero desciende por un camino pedregoso / Emilio J. de los Santos

Partimos desde la pedanía de Juan Gallego, desde un parque junto a una pequeña ermita. Cruzamos la SE-555 y bajamos por un sendero en ligera pendiente. A poca distancia vemos a la izquierda la fuente de La Juntanilla, de 1958, y acto seguido se cruza el arroyo de San José. Tras un pequeño repecho se verá una carretera que cruza: es la misma SE-555 de antes. Subimos a ella por una escalera. Recorremos varios metros por su arcén. Ojo aquí porque puede que veamos varios mojones con la indicación al contrario de nuestra dirección: serán para nuestro retorno.

El cruce a Villagordo. Volveremos aquí cuando completemos la circular. / Emilio J. de los Santos

En la primera curva de la carretera, hay un poste que nos indica que el recorrido sale por la derecha. Toca seguir avanzando por un terreno algo más irregular de tierra entre vallados y cancelas que nos irán delimitando el sendero. Damos con otra carretera, la C-421. Repetimos la misma operación: varios metros por el arcén hasta encontrar un mojón que nos saque del asfalto por la derecha. El camino comienza a describir una amplia curva. Llegado un momento, alcanzamos una señal vertical con las distancias a Villagordo, Juan Antón y El Castillo de las Guardas. Está bien recordar este punto ya que nuestro recorrido nos devolverá aquí más adelante.

Tomamos la dirección hacia Villagordo, la segunda aldea del día. El trazado va junto a un arroyo por un firme de hormigón. Nos aproximamos al poblado por el norte. Callejeando, lo bordeamos hasta la carretera SE-548.

El sendero se hace algo más abrupto, pasando a un lado y otro de un arroyo. Hay que fijarse en los postes del PR. / Emilio J. de los Santos

Pasados unos 400 metros, retomamos el camino viejo, dejando el asfalto por la derecha (otra vez). A continuación, iniciamos el tramo más solitario y hermoso de esta ruta: la Calleja de la Sierra. Comenzamos a rodear un cerro con gran presencia de vegetación y el denominado Barranco de Lucía. Al principio el sendero va entre muretes, después es más amplio, siempre junto a un arroyo que se cruza en varias ocasiones. El terreno tiene bastante desnivel lateral por esta zona.

Tras unos 3 kilómetros aproximadamente, damos el arroyo de Juan García, el principal de la zona. Marca la bifurcación para ir a visitar El Álamo (1,6 kilómetros ida y vuelta) o proseguir a derecha hacia Juan Antón. El Álamo tiene como principal atractivo la enorme Encina de los Perros, considerado un Monumento Natural.

No llegamos a entrar en Juan Antón, lo dejaremos a un lado. Sí veremos alguna granja. / Emilio J. de los Santos

El camino hacía Juan Antón es una amplia pista de tierra que atraviesa un monte bajo con árboles dispersos con algo de pendiente hacia arriba. Es el tramo en el que más nos puede castigar el sol si hace calor.

A los dos kilómetros desde la bifurcación de El Álamo, nos aproximamos al cuarto poblado. Lo veremos a nuestra izquierda. El sendero no llega a entrar en él. Al aproximarnos, acabamos girando a la derecha, en descenso por un camino de hormigón hacia una zona llamada La Vega.

La vegetación vuelve a ser más densa por esta zona. / Emilio J. de los Santos

Atentos aquí porque pronto nos saldremos hacia la izquierda. Pasamos varias cancelas y entramos en un bosque de eucaliptos bastante denso, aunque por desgracia hay una zona quemada. Los postes del PR nos irán guiando sin problemas, pero es posible que haya algún tronco caído en el suelo que nos obligue a dar algún rodeo.

Un lavadero del siglo XIX / Emilio J. de los Santos

Afrontamos la parte final. Tras un tramo flanqueado por muros de piedra, encontramos un interesante lavadero del siglo XIX. Al poco de pasarlo, veremos la señal que nos indicaba la dirección a Villagordo, Juan Antón y El Castillo de las Guardas. Ahora vamos por el ramal de la izquierda y deshacemos el camino que nos trajo hasta aquí al principio de la excursión, rumbo a la aldea de Juan Gallego. No habrá problema con las indicaciones porque están colocadas tanto para los que van como para los que vuelven.

En resumen, esta Ruta de las Cuatro Aldeas es muy variada y distraída. Su señalización es correcta, pero hay que tener en cuenta que la mayor complicación puede estar en sus abundantes vados. En invierno o primavera, el senderista puede encontrarse bastante agua y no todos los arroyos tienen piedras para cruzar. Ojo también con el sol en determinados puntos.

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