Camino de Santiago desde Sevilla | Etapa 19 de la Vía de la Plata: San Pedro de Rozados-Salamanca

En esta jornada alcanzamos la bellísima ciudad universitaria a orillas del Río Tormes. Una meta espectacular tras un trayecto poco llamativo.

La Vía de la Plata llega a Salamanca atravesando su Puente Romano sobre el Río Tormes.
La Vía de la Plata llega a Salamanca atravesando su Puente Romano sobre el Río Tormes. / Emilio J. De Los Santos

Ficha

Ruta lineal

Distancia: 23,5 Km

Dificultad: Fácil

Inicio: San Pedro de Rozados

Final: Salamanca

Poblaciones que atraviesa: Morille. Pasa cerca de Miranda de Azán.

Naturaleza: 1/5

Tras la intensidad y belleza de las últimas jornadas, la aproximación a Salamanca puede saber a poco. De hecho, es la típica etapa de acceso a una ciudad. Salvo un tramo de dehesa al principio y algún punto de relevancia histórica, el recorrido no tiene mucho de especial. Eso sí, la capital salmantina es una maravilla, con mucho que ver.

La etapa es razonable en cuanto a distancia y perfil. Son algo más de 23,5 kilómetros (menos de seis horas a un ritmo normal), ideal para tener ganas por la tarde para hacer turismo. Iremos perdiendo altura lentamente conforme vayamos acercándonos al valle del Río Tormes, a cuya orillas se extiende la capital charra.

En San Pedro de Rozados tomamos la Avenida de los Comuneros, que delimita el norte de la localidad, rumbo al este hasta volver a la carretera que padecimos durante tantos kilómetros en la jornada previa. Pero calma, realmente no la vamos a retomar, simplemente la cruzaremos perpendicularmente para continuar por un carril de tierra.

El peculiar Monumento a la Maestra nos lo encontraremos de frente al entrar en Morille.
El peculiar Monumento a la Maestra nos lo encontraremos de frente al entrar en Morille. / Emilio J. de los Santos

A los 4 kilómetros, llegamos a Morille, primera localidad intermedia de la jornada y punto por el que conecta la variante que iba por Pedrosillo de los Aires. El municipio tiene todos los servicios y el tránsito por sus viario es sencillo: entramos por la Calle Salas Pombo, que atraviesa todo el núcleo hasta el Monumento de la Maestra, junto al Ayuntamiento. Aquí tomamos la Calle Mayor por la izquierda hasta dejar atrás las casas y salir de nuevo a una pista de tierra.

La mayor parte del paisaje que nos aguarda es una extensa llanura. Veremos a lo lejos las poblaciones próximas.
La mayor parte del paisaje que nos aguarda es una extensa llanura. Veremos a lo lejos las poblaciones próximas. / Emilio J. de los Santos

Avanzamos por el carril sin desviarnos en los cruces hasta adentrarnos en una zona de dehesa, con algunos puntos más irregulares. Ésta será la zona más agradable del recorrido. Poco después llegamos a otra intersección con la granja de Ariseos a la derecha. A partir de aquí, el paisaje va perdiendo vegetación, internándose en una amplia llanura con poco atractivo. Tras un quiebro un poco más adelante, el Camino conecta con una pista en mejores condiciones a la altura de la granja de Aldeanueva. El recorrido se hace ahora más monótono. Cuidado porque por este tramo puede entrar algún camión, aunque por suerte es ancho.

Iremos por este ancho carril durante gran parte de la etapa. Es posible que pasen camiones o coches.
Iremos por este ancho carril durante gran parte de la etapa. Es posible que pasen camiones o coches. / Emilio J. de los Santos

El siguiente punto destacable es el desvío a Miranda de Azán. La localidad está a unos 200 metros fuera del sendero a la derecha. Tiene bares, por si es necesario hacer una parada para descansar. Poco después del cruce, superamos el Arroyo de la Fuente de la Porra. Nos quedan algo menos de 10 kilómetros hasta el final.

Pasados 3 kilómetros de Miranda de Azán, llegaremos a la intersección con el camino que lleva a Aldeatejada. En esta ocasión, está a nuestra izquierda y algo más lejos: 1,7 kilómetros. Dada la amplitud de la llanura, veremos perfectamente sus casas desde lejos. Aunque cuenta con servicios, no merece mucho la pena acercarse.

Esta cruz marca el punto más alto del Teso de las Zorreras. Al fondo, ya se distingue perfectamente Salamanca.
Esta cruz marca el punto más alto del Teso de las Zorreras. Al fondo, ya se distingue perfectamente Salamanca. / Emilio J. de los Santos

Desde este último cruce, comenzamos un leve ascenso hasta el Teso de la Zorrera. En su punto más elevado, marcado con una cruz amarilla, ya divisaremos Salamanca. Estamos ante un lugar de interés histórico. Un panel informativo nos relatará que esta zona fue el escenario de la Batalla de Arapiles, que ocurrió en 1812 entre los ejércitos británico, español y portugués contra las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia Española.

Un kilómetros después nos reencontramos con la A-66. Pasamos por debajo y poco después repetimos la operación con la SA-20. Ya estamos accediendo a la ciudad por el sur.

La imponente catedral de Salamanca.
La imponente catedral de Salamanca. / Emilio J. de los Santos

Lo primero que nos vamos a encontrar es una rotonda: la pasamos de frente y bajamos unas escaleras hasta llegar a un parque junto al Arroyo Zurguén. Al final, daremos con otra glorieta con una estación de servicio. Avanzamos a la derecha por la Carretera de Fregeneda hasta dar al fondo con el espectacular Puente Romano, que cruza el Río Tormes y nos mete en el casco histórico de Salamanca.

La fachada de la Universidad de Salamanca.
La fachada de la Universidad de Salamanca. / Emilio J. de los Santos

De la capital salmantina se pueden escribir muchísimo. Su patrimonio es inmenso. No se puede entender esta animada ciudad sin su universidad, la más antigua en activo de España. Asimismo, su casco histórico (ciudad vieja) es patrimonio de la humanidad. Es obligatorio recorrer sus calles con calma para admirar las fachadas y visitar los edificios universitarios, la Catedral, la Casa de las Conchas, la Plaza Mayor o el Convento de las Dueñas, entre otras muchas cosas.

stats