Camino de Santiago desde Sevilla | Etapa 12 de la Vía de la Plata: Alcuéscar-Cáceres
Camino de Santiago
La etapa más larga hasta ahora por esta ruta. Por suerte, el paisaje es agradable y la meta es preciosa.
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Vía de la Plata: salida desde Sevilla
Ficha
Ruta lineal
Distancia: 37,5 Km
Dificultad: Difícil (mucha precaución con el calor)
Inicio: Alcuéscar
Final: Cáceres
Poblaciones que atraviesa: Casas de San Antonio y Valdesalor. Pasa cerca de Aldea del Cano.
Naturaleza: 3/5
Si la etapa anterior ya era muy larga, la jornada desde Alcuéscar hasta Cáceres es eterna: 37,5 kilómetros... ¡y no es la peor de la Vía de la Plata! Pese a la locura, no es un recorrido feo. Es bastante variado y casi siempre va por zonas agradables. El perfil es otra cosa, ya que acumula más subidas y bajadas, con un ascenso modesto al final que puede ser la puntilla para el cansado peregrino.
La etapa se puede dividir haciendo noche en Valdesalor, dejándola en unos más asequibles 26 kilómetros. No obstante, merece la pena el esfuerzo y alcanzar Cáceres para disfrutar su hermoso patrimonio, sobre todo si no se conoce.
La salida de Alcuéscar es muy fácil porque el albergue está a las afueras. Simplemente hay que andar unos metros junto a la carretera EX-382 y girar a la izquierda en el cruce de la Avenida de la Constitución (la calle que baja del pueblo). El carril que tomamos empieza asfaltado y tras pasar el pabellón cubierto pasa a ser de tierra, en muy buen estado. Nos aguardan 8 kilómetros de soledad por este sendero que atraviesa un extenso olivar que poco a poco da paso a una dehesa.
Casas de Don Antonio es el primer pueblo que vamos a encontrar, aunque no llegaremos a entrar dentro. Nos aproximamos junto al Río Ayuela hasta cruzarlo por un bonito puente. Ante las primeras casas viramos a la izquierda en la carretera CC-147, dejando el municipio al lado. Conectamos con la N-630, aunque realmente no iremos por su arcén, sino por un carril en paralelo por la derecha. Por esta zona podremos ver un par de miliarios romanos, pero quizá lo más llamativo sea el pequeño Puente de Santiago de Bencáliz sobre el Arroyo de la Zafra, también de origen romano.
A los pocos metros, pasamos al otro lado de la nacional y un camino de tierra nos irá separando de la misma. Veremos Aldea del Cano a nuestra derecha a unos 500 metros. Si necesitamos desayunar o comprar algo, podemos desviarnos al municipio por un par de senderos muy buen definidos o por una carretera que se cruzan perpendicularmente.
Llevamos ya 16 kilómetros de la etapa. Nos vamos aproximando a la A-66, que travesaremos por un túnel. Así llegamos a los Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes, otra zona protegida de Extremadura llena de bucólicas dehesas y con mucho atractivo para los aficionados a la ornitología, en tanto que es una Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA). El ondulante sendero nos acaba dejando en un aeródromo que parece abandonado. Cortamos por su pista.
A partir de aquí desciende el sendero durante 3 kilómetros hasta el valle del río Salor, nuestro próximo objetivo. Alcanzaremos la cota más baja del recorrido de hoy cuando veamos el bonito Puente Viejo o Puente Mocha, de origen romano aunque reconstruido varias veces desde la Edad Media. Al pasarlo, nos dejará a la entrada de Valdesalor.
Valdesalor es un pueblo relativamente nuevo: se fundó en 1963 y depende administrativamente de Cáceres. Pese a ello, tiene todos los servicios, incluido un albergue que veremos a su entrada. Hasta aquí, hemos recorrido unos 26 kilómetros de la etapa, por lo que se puede plantear como una posible parada para hacer noche y avanzar al día siguiente hasta Casar de Cáceres (22,5 kilómetros), sobre todo si ya se conoce la capital de la provincia. Si no es el caso, desde aquí animamos a avanzar hasta Cáceres y descansar, si es necesario, un día allí para disfrutar de su abundante patrimonio.
Queda el último tirón hasta el final: unos 11,5 kilómetros en constante subida. Las calles Francisco Pizarro y Cristóbal Colón nos sacan del pueblo hasta dar con la N-630. La cruzamos y vamos en paralelo por un carril de tierra. Tras una estación de servicio, nos empezamos a desviar a la derecha hasta superar por un puente la A-66 y volver a colocarnos en paralelo a la nacional. Justo a los dos kilómetros de pasar sobre la autovía, el sendero de tierra desemboca en un camino asfaltado que se acaba incorporando a la carretera. Ahora nos colocamos a su lado izquierdo.
Toca subir el desnivel más pronunciado hasta el Puerto de las Camellas. La señalización del Camino nos llevará por un sendero bastante quebrado, fuera del asfalto (aunque se puede seguir por el arcén). En cuanto coronemos el cerro, volveremos a cruzar la N-630, ya con Cáceres al fondo. Seguimos de frente por un descampado durante unos 3 kilómetros hasta acceder a la ciudad por la carretera de Mérida-Badajoz.
El recorrido hasta el centro es el siguiente: Avenida de los Miliarios; derecha por calle Cueva del Conejar; derecha por Avenida de Dulcinea; izquierda por Avenida de Cervantes; de frente por Antonio Hurtado; en la Plaza de América, a la derecha por la Avenida de España. Se accede a la Plaza Mayor por las calles San Antón, San Pedro, Plaza de San Juan y Gran Vía.
Cáceres es otra joya. También declarada Patrimonio de la Humanidad, es un placer perderse por su ciudad monumental. Desde su animada Plaza Mayor se pueden admirar las torres de Bujaco, los Púlpitos y de la Hierba, así como su Ayuntamiento. Sus calles adoquinadas guardan muchas casas y palacios fortificados de estilo gótico y renacentista: el Palacio de las Veletas (su aljibe merece una visita), la Torre de Las Cigüeñas, la Casa de los Caballos, el Palacio de Diego de Ovando, la concatedral de Santa María, la Iglesia de San Francisco Javier y un largo etcétera. La ciudad merece una visita nocturna para disfrutar de estos edificios iluminados.
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