Etapa 11 de la Vía Serrana del Camino de Santiago: El Coronil-Utrera
Un recorrido sencillo y casi sin cuestas que va siempre entre los cultivos de la inmensa campiña sevillana.
Los grandes atractivos del día son los castillos de la Banda Morisca: podremos visitar el Castillo de Los Molares y el Castillo de Utrera.
Etapa anterior: Coripe-El Coronil
Inicio de la Vía Serrana desde La Línea de la Concepción
Ficha
Ruta Lineal
Distancia: 20,4 km
Dificultad: Fácil (aunque muchísima precaución si hace calor)
Inicio: El Coronil
Final: Utrera
Poblaciones que atraviesa: Los Molares
Ascenso total: 131 m
Descenso total: 211 m
Naturaleza: 2/5
Descarga del Track:Vínculo a Wikiloc
La undécima etapa de la Vía Serrana tiene pocas complicaciones. Con poco más de 20 kilómetros, cuenta con una población intermedia y es prácticamente llana. El paisaje se hace más monótono, pero nos encantará la tranquilidad y el silencio casi absolutos del primer tercio del trazado.
Partimos de la Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación de El Coronil. Por la calle Iglesia, alcanzamos la Plaza de la Constitución, donde está el Ayuntamiento, y la dejamos atrás por la calle Higuera. En el próximo cruce, continuamos por la calle Molinos Afuera. Doblamos a la izquierda al alcanzar la calle Cristo de la Vera Cruz, que unos metros más adelante se convierte en la carretera SE-431. Ya distinguimos el final de la localidad. A unos pasos, nace a la izquierda un carril muy ancho de tierra blanquecina. Es el Camino de Los Molares a El Coronil. Por aquí avanzamos.
En los próximos 12 kilómetros, que es la distancia hasta Los Molares, vamos a ir siempre entre campos de cultivo. Nos aguardan unos solitarios terrenos muy llanos que tendrán un color u otro según la época del año. A final de invierno y principios de primavera es muy bonito, con casi todo verde y hasta lleno de flores. Por supuesto, sería una locura afrontar este trayecto en verano bajo un sol de justicia, pues no hay ni una sombra. Quien se arriesgue a aventurarse tendría que salir muy temprano para evitar una insolación.
El recorrido da muy pocos giros y carece de demasiadas referencias destacadas. A los cuatro kilómetros aproximadamente de El Coronil, nos encontramos con el Cortijo Guardainfantilla. Primero pasamos un arroyo y seguimos la línea de edificios por el lateral tras virar levemente a la derecha.
A los 7,5 kilómetros del inicio de la marcha, salimos de los terrenos de Guardainfanta, abandonando el Camino de Los Molares a El Coronil. Se nos cruza otra pista ancha: el Camino de Utrera a Morón de la Frontera. Lo seguimos yendo hacia la izquierda.
Un kilómetro y medio después, superado el Arroyo del Sarro, llegamos al Cortijo de los Pardales. Está en ruinas, con un edificio principal algo mejor conservado. Lo podemos rodear los ambos lados para continuar por los terrenos de La Hermosilla.
A un kilómetro de las ruinas, damos con otra bifurcación. Tomamos la derecha para encaminarnos a la Fuente de la Higuera, que la veremos a unos pocos metros de nuestro camino. Data del siglo XVI. Los Molares ya está a la vista.
Nuestra ruta se desvía un poco la derecha para cruzar perpendicularmente la carretera SE-4201. Al otro lado de la calzada, el sendero estará flanqueado por una hilera de árboles. A unos metros, llegamos a otro cruce: doblamos a la izquierda 90 grados, por el Camino de Arenal.
Entramos en Los Molares, única localidad intermedia de esta etapa. Se trata de una localidad con mucha historia: sus orígenes se remontan al Neolítico, como atestigua el Dolmen de la Caña Real. Ya en la Edad Media se convirtió en una importante plaza gracias su importante feria de la seda. Muestra de esta relevancia es su bien conservado castillo, ubicado en el centro de la localidad. Es muy recomendable dedicar un tiempo a visitar esta magnífica fortaleza perteneciente a la Banda Morisca y recorrer al completo su interesante museo. Se pueden ver los horarios en este enlace.
Desde aquí queda bastante poco para el final de esta etapa. Nos faltan algo más de cinco kilómetros hasta Utrera, casi todo lo que resta es por un carril asfaltado con algo de tráfico. Puro trámite.
Atravesamos Los Molares por las calles Baltasar Alcázar, Avenida de Andalucía y Calle Real, que pasa junto al castillo de la localidad. Seguimos por la calle Duque de Alcalá y rodeamos la fachada de la Iglesia Parroquial de Santa Marta, del siglo XV. Proseguimos hasta la Plaza de Góngora y tras subir unos escalones, enfilamos las calles Juan Rincón y Ladrillar. Así alcanzamos una glorieta con la que ya nos despedimos del municipio.
En la rotonda, vamos por la izquierda, por el Camino de Utrera. Avanzamos por este carril asfaltado sin desviarnos unos cuatro kilómetros. Pasamos varios núcleos de casas, como El Ranal, y algunas fincas aisladas, como el Cortijo de Puyón. Poco más hay en este tramo: el paisaje no es muy llamativo y se va haciendo más urbano a cada paso, muestra de que nos acercamos a una localidad grande.
Acabamos conectando con la Vereda de Utrera en un punto donde hay varias granjas de aves. El olor nos lo dejará claro. Alcanzamos de esta manera la localidad utrerana, que nos da la bienvenida con una rotonda. Vamos recto por la calle Molares y, en la segunda glorieta, continuamos de frente por la calle Álvarez Hazañas. Así llegamos al centro del municipio y ponemos fin a la etapa.
Hay mucho que disfrutar en Utrera, desde su gastronomía a su interesante patrimonio histórico. Es obligatorio visitar la Iglesia de Santiago el Mayor, hermoso templo gótico que comenzó a constuirse en el siglo XV; admirar la característica torre de la Iglesia de Santa María de la Mesa; y, por supuesto, subir al castillo, perteneciente también a la Banda Morisca, que domina toda la ciudad.
En Utrera, la Vía Serrana su une a la Vía Augusta, que llega de Cádiz. Los peregrinos de ambas variantes tienen ya Sevilla a sólo una jornada... bastante larga, eso sí.
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