Etapa 10 de la Vía Arán-Pirineos del Camino de Santiago: Roda de Isábena-Capella-Graus

La etapa más larga de toda esta variante. La falta de hospedaje en Capella obliga a avanzar, siempre junto al río Isábena, hasta Graus.

Sobre el puente de Capella. Al otro lado hay un merendero.
Sobre el puente románico de Capella / Emilio J. De Los Santos

Ficha

Ruta lineal

Distancia: 29,4 km.

Dificultad: Difícil

Inicio: Roda de Isábena

Final: Graus

Poblaciones que atraviesa: El Soler y Capella. Despoblado de Portaespana

Ascenso total: 333 m

Descenso total: 587 m

Naturaleza: 3/5

Estamos ante la etapa más larga de la Vía Arán-Pirineos. Oficialmente, el recorrido tendría que acabar en Capella, pero la falta de hospedaje en esta localidad obliga a avanzar hasta Graus, donde hay todos los servicios. En total, son 29,4 kilómetros.

Afortunadamente, el perfil es mucho más suave que en jornadas previas. Se anda en descenso en su mayor parte. Esto no quita que nos aguarde algún repecho de importancia, como el ascenso hasta Portaespana.

El bonito puente románico de Roda de Isábena.
El bonito puente románico de Roda de Isábena. / Emilio J. de los Santos

Los primeros pasos nos sacan de Roda de Isábena por el perímetro exterior de su muralla por una pista peatonal. Dando el rodeo, el sendero comienza a bajar poco a poco hasta la Ermita de San Estet y finalmente hasta carretera A-1605. Seguimos unos metros su arcén hacia la izquierda buscando la señalización que desciende al precioso puente románico sobre el río Isábena. Lo cruzamos (y, si hace falta, nos embobamos admirándolo).

Justo al pasarlo, el GR-17 dobla a la derecha para colocarse en la margen izquierda del río. Vamos a seguir durante 5 kilómetros la Cañada Real de la Portella siempre entre la orilla y el pie de la sierra que delimita el valle. Nos topamos con el Puente de La Colomina y, por él, pasamos al otro lado del cauce.

La vegetación ya es muy diferente.
La vegetación ya es muy diferente. / Emilio J. de los Santos

Volvemos a pisar asfalto. En este caso, el de una sinuosa carretera local que serpentea en leve ascenso. A poco más de un kilómetro, junto a una ruinosa finca llamada Casa La Manzana, pisamos de nuevo tierra a la vez que nos aproximamos otra vez a la orilla del Isábena.

Nos aguarda un tramo muy llano donde percibiremos un cambio del paisaje, con una vegetación más escasa. Será por poco tiempo, ya que pronto volvemos a subir un cerro que nos interna en una zona más boscosa. Cuidado en esta parte porque el camino deja de estar definido y tendremos que ir buscando con la vista la próxima marca en troncos o rocas para proseguir la marcha. Superado un repecho, el GR 17 se separa del GR 18.1. Aquí, nuestra senda vuelve a ser más clara.

Tramo boscoso antes del El Soler.
Tramo boscoso antes del El Soler. / Emilio J. de los Santos

Al cruzar un cortafuegos, seguimos el Barranco Sierra, otro paraje con más predominancia de matorral. Así llegamos a El Soler, una pequeña aldea de apena una veintena de habitantes. No hay servicios ni complicaciones para atravesarla, de hecho, sólo tiene una calle.

Salimos del pequeño pueblo por una carretera local y andamos por ella dos kilómetros. Tomamos el primer puente que veamos a la izquierda (el peatonal). Acto seguido, cruzamos otra vez la carretera A-1605 para adentrarnos en un camino de herradura que atraviesa unos campos de cultivo.

Pasaremos cerca de la Ermita de la Transfiguración o de San Salvador de Miralpeix. Es un templo muy sencillo de estilo románico, pero para verlo tendremos que salir del recorrido, al otro lado del campo que hay a nuestra izquierda.

El puente románico de Capella.
El puente románico de Capella. / Emilio J. de los Santos

Aproximadamente a un kilómetro y medio, veremos otro bonito puente románico. En esta ocasión tiene ocho ojos. Ya estamos en Capella. En la orilla opuesta, tenemos un merendero muy agradable donde descansar y rellenar la cantimplora. Si seguimos la carretera que va en paralelo al río daremos con un bar. Esta localidad es el final de etapa canónico, pero no hay alojamientos aquí. Sufrimos los efectos de la España vaciada. Tendremos que avanzar otras dos horas.

Hasta el puente de Capella hemos andando 21,4 kilómetros. Los ocho restantes vuelven a ser bastante rompepiernas con una mayor sucesión de subidas y bajadas que, aunque cortas, nos pasarán factura por la larga distancia que ya llevamos.

Durante 6,5 kilómetros, vamos a compartir trazado con el GR 1, denominado Sendero Histórico en tanto que recorre plazas que fueron de importancia en la Edad Media en Castilla y León, Cataluña y Aragón. De hecho, nuestro próximo objetivo va a ser un despoblado llamado Portaespana, un lugar del que ya había referencias en el siglo XI y que se situaba en una zona fronteriza entre cristianos y musulmanes (el nombre del pueblo proviene de Portaspan o Porta de Hispania, es decir, Puerta de España).

Pero antes tenemos que llegar y el recorrido no es precisamente fácil, ya que al dejar Capella atrás, el sendero se estrecha y accederá en una zona más abrupta, con quiebros y subidas cortas e intensas. Tras una arboleda, la trocha vuelve a ensancharse para tomar el ascenso hasta la peña donde están las ruinas del despoblado. Para acceder a sus casas tendremos que sortear un tramo de piedras derruidas.

Ruinas de Portaespana.
Ruinas de Portaespana. / Emilio J. de los Santos

Portaespana es un lugar donde se respira misterio. Se quedó despoblado en la década de 1960. Podremos ver la Iglesia Parroquial de Santa Margarita, de estilo románico aunque con algunas modificaciones del siglo XVI y XVII. Se conserva en un estado ruinoso. Lo mismo pasa con las cinco casas que se mantienen en pie, que cuentan con detalles arquitectónicos muy típicos de la zona.

Descenso hacia Graus por un bonito bosque.
Descenso hacia Graus por un bonito bosque. / Emilio J. de los Santos

El camino describe una S dentro del despoblado y pronto inicia un serpenteante descenso hasta Graus. El pinar nos resguardará del sol durante casi todo este tramo. Es un sendero agradable y de vez en cuando algún claro nos permitirá ver a lo lejos nuestra ansiada meta.

Pasarela sobre el Isábena, cerca de Graus.
Pasarela sobre el Isábena, cerca de Graus. / Emilio J. de los Santos

Cuando alcancemos el fondo del valle, nos reencontramos con el río Isábena. Será la última vez que atravesemos este río, ya que dentro de la población confluye con el río Ésera. Lo superamos por una curiosa pasarela y después subimos una cuesta hasta la carretera para cruzarla. A continuación, caminamos entre varias fincas antes de conectar por enésima vez a la A-1605. Siguiéndola accedemos a la población al fin.

La monumental Plaza Mayor de Graus.
La monumental Plaza Mayor de Graus. / Emilio J. de los Santos

Graus es una localidad mayor que las últimas que hemos ido conociendo estas jornadas. Merece la pena pasear por su centro histórico, visitar su preciosa Plaza Mayor o subir a la Basílica de la Virgen de la Peña o, si aún tenemos fuerzas, al mirador del Santo Cristo de Graus, desde el que se domina a bastante altura todo municipio y su entorno.

Primer tramo de la etapa: Roda de Isábena-Capella
Primer tramo de la etapa: Roda de Isábena-Capella
Prolongación desde Capella hasta Graus.
Prolongación desde Capella hasta Graus.

Alojamientos

Graus:

  • Hotel Lleida (974 54 09 25)
  • Pensión Peperillo (639 46 72 53)
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