Camino de Santiago desde Sevilla | Etapa 27 de la Vía de la Plata (Camino Sanabrés): Mombuey-Puebla de Sanabria

El Camino Sanabrés comienza a ganar belleza. En esta etapa de 31 kilómetros, el paisaje ya cambia considerablemente, se hace más húmedo y agradable a la vez que comienza a notarse un perfil algo más escarpado. Nos aguardan muchas subidas y bajadas, aunque cortas y sin excesivas dificultades. La soledad del recorrido, con tramos de bosques cada vez más densos, se verá interrumpida por varias aldeas con encanto. El final lo tenemos en Puebla de Sanabria, considerado uno de los pueblos más bonitos de España.

El recorrido arranca en la calle de la Iglesia de Mombuey y, tras dibujar un arco por el centro del municipio, se coloca en el lateral de la N-525. A los 2,5 kilómetros, se desvía hacia la izquierda para pasar bajo la Autovía de las Rías Bajas y, poco después, superar la vía del AVE por un paso elevado. Acto seguido, se llega a la primera aldea de la jornada: Valdemerilla, a 4,5 kilómetros de Mombuey. Como se ha comentado en etapas anteriores, merece la pena acercarse a las iglesias y leer las inscripciones de piedra que tienen sobre el Camino de Santiago. Unas veces narran la vinculación de la población con la vía jacobea, otras cuentan algún episodio histórico de interés o simplemente dan ánimos al peregrino. Las calles Príncipe de Asturias y Cancillón de Valdemerilla atraviesan la localidad hasta internarnos en una zona con más arboleda.

Sin desvíos, cruza el Arroyo de la Fuente del Muro hasta entrar sin problemas en Cernadilla. Lo primero que veremos del pueblecito es la Ermita de Cristo, a la entrada. No hay pérdida ni mucho donde distraerse aquí. Salimos por la pista asfaltada en el flanco occidental de la población.

A unos 2 kilómetros aproximadamente, el Camino llega a San Salvador de Palazuelo. En este aldea, lo más interesante vuelve a ser su ermita (la de Santa Lucía). Poco más. La calle Entrepeñas nos devuelve al campo. La pista que tomamos, primero asfaltada y después de tierra, será algo más irregular. De hecho, las rampas más pronunciadas están en este tramo. Tras cruzar una carretera local, alcanzamos Entrepeñas. Otra localidad muy pequeña, con medio centenar de vecinos. De nuevo, los edificios más destacados son los religiosos. No obstante, es un gusto ir por la quietud de sus calles, interrumpida quizás por algún gato que se nos cruce. Enfilamos el camino Asturianos Ents hasta dejar atrás las casas. Otro sendero de tierra sale a la derecha: es nuestra ruta. A poca distancia volvemos a cruzar la A-52 y las vías de alta velocidad.

El siguiente objetivo es Asturianos, localidad que recibe el nombre por el origen de los repobladores que se asentaron en la zona durante la Reconquista. Nos reencontramos con la nacional justo en la mitad del pueblo. Asturianos es algo mayor que los municipios previos y tiene todos los servicios, lo que lo convierte en una posible parada para descansar. El recorrido por su callejero da un rodeo innecesario. Lo mejor es seguir el arcén de la N-525 hacia la izquierda en cuanto nos topemos con la carretera. Tomamos la primera salida a la derecha y dejamos el asfalto por el exterior de la primera curva para tomar una pista forestal de tierra que atraviesa otra arboleda (lamentablemente, con algún tramo quemado).

Palacios de Sanabria, a unos 3,5 kilómetros de Asturianos, es la próxima parada. El sendero de tierra nos deja en una carretera local, por la que cortamos buscando la iglesia del pueblo. El municipio tiene sus casas muy dispersas y tiene todos sus servicios al pie de la nacional, a nuestra izquierda. Al pasar la parroquia, atravesamos otra carretera local y nos adentramos en otro camino que discurre por un bosque bastante denso. En este tramo se alcanza la altura máxima de la etapa: 1.006 metros.

Nos aguarda a continuación Remesal, una localidad con bastante encanto que fue escenario de un hecho histórico de importancia en 1506. Un monumento nos indicará que en este apartado lugar ocurrió una decisiva reunión entre Felipe el Hermoso y su suegro, Fernando el Católico, para dirimir el gobierno de la Corona de Castilla y León. Por entonces, la heredera era la princesa Juana, esposa de Felipe e hija del propio Fernando, pero declarada enajenada mental. Lo que hablaron en este encuentro dio lugar a la Concordia de Villafáfila, con la que el rey de Aragón se retiraba y renunciaba a cualquier derecho sobre el reino castellanoleonés, mientras que su yerno se hacía cargo del mismo por el derecho de su mujer. No obstante, el acuerdo fue muy efímero, ya que al poco murió el marido de Juana la Loca y Fernando acabó ejerciendo de regente desde 1507 hasta su muerte en 1516.

Hasta este histórico lugar llevamos 22 kilómetros recorridos. Nos quedan aún 9 por andar y puede que nos hagan muy pesados. La calle Brea Remesal nos sacará de la aldea. Un sinuoso sendero nos internará en un pequeño bosque surcado por un amplio cortafuegos. Lo remontamos un poco hasta que nos saque por la arboleda de la izquierda. A continuación, subimos por un terraplén que domina la autovía A-52. Un paso elevado nos lleva al lado izquierdo y otra pista nos deja en Otero de Sanabria.

Iremos por la calle que va en paralelo a la nacional. Al fondo del pueblo, damos con otra carretera comarcal. Ahora, por un paisaje sin árboles, podremos admirar las verdes montañas de la Sierra de la Cubre e incluso podremos intuir dónde está Puebla de Sanabria. Tomamos el arcén hasta pasar bajo la Autovía de la Rías Bajas. Con un quiebro, dejamos atrás el Arroyo del Manzanal y caminamos de frente hasta Triufé, último pueblo intermedio del día.

En las primeras casas, giramos en la calle Medio y vamos siguiendo el borde de esta localidad hasta desembocar en la calle Llanica, más ancha. Por el arcén, cruzamos otra vez la autovía hasta conectar de nuevo con nuestra amiga la carretera nacional. En la gran rotonda, vamos por la izquierda para entrar en las primeas casas de Puebla de Sanabria.

El final de etapa puede resultar algo cansino, pero por suerte la meta nos alegrará el resto del día. El municipio sanabrés, cabeza de su comarca, tiene una villa con un rico patrimonio declarado Bien de Interés Cultural. A orillas del río Tera y sobre un montículo, su casco histórico es una auténtica maravilla. De hecho, está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España.

Es obligatorio pasear por sus plazas y calles céntricas, ver la iglesia de Santa María del Azogue, la ermita de San Cayetano y visitar el Castillo de los Condes de Benavente. Desde sus torres, se puede disfrutar una panorámica espectacular del entorno.

El Camino Sanabrés comienza a subir. A partir de esta etapa, el terreno es claramente más montañoso. En la próxima jornada comenzaremos en las sierras próximas. Nos aguarda el primer puerto de importancia de esta variante: el Padornelo.