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Camino de Santiago | Vía Arán-Pirineos, etapa 14: Barbastro-Berbegal

Llegamos al final de esta variante jacobea para acabar conectando con el Camino Catalán

Antes de llegar a Berbegal tenemos que rodear un cerro.

Ficha

Ruta lineal

Distancia: 20,4 km.

Dificultad: Fácil

Inicio: Barbastro

Final: Berbegal

Poblaciones que atraviesa: No hay poblaciones intermedias

Ascenso total: 430 m

Descenso total: 240 m

Naturaleza: 2/5

Llegamos al final de esta bonita Vía Arán-Pirineos. La última etapa del GR-17 no le hace justicia al resto del bello camino que hemos recorrido en las 13 jornadas previas. El paisaje cambia a peor y se nos hará pesado por ser mucho más monótono. El final es en Berbegal, una pequeña localidad que sirve de punto de conexión con el Camino Catalán, que llega desde Montserrat.

Tenemos por delante 20,4 kilómetros por un perfil sencillo, sólo alterado por el promontorio de El Pueyo. El paraje será muy árido, con amplias extensiones de cultivo de cereal y poca sombra. Cuidado si hace calor, porque no hay localidades intermedias ni fuentes a medio recorrido.

Pasamos una bifurcación: dejamos este poste coronado por una pequeña cruz a la izquierda.

Salimos de Berbegal desde la Plaza del Palacio, junto a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. La rodeamos para seguir la Avenida de Navarra has la calle Virgen del Plano. A nuestra derecha empezamos a ver ya campo. En la Cruz de Santa Bárbara, viramos a la izquierda, por la calle del Medio. Acto seguido, enfilamos el camino de tierra que desciende a la izquierda.

El camino va en leve ascenso en dirección oeste. A unos 400 metros, veremos una bifurcación con un pilar rematado por una pequeña cruz. Avanzamos a su derecha. La pista nos hace pasar entre dos grandes balsas de agua y, posteriormente, cruza el canal de Selgua.

Esta es la Ermita de San José. Detrás está el Monasterio de El Pueyo.

El camino penetra en una tierra con árboles diseminados. A los 5 kilómetros de marcha ya veremos al fondo, sobre un promontorio, el Monasterio de El Pueyo. Sus orígenes se remontan al siglo XII. La tradición dice que se apareció la Virgen en este lugar. Podemos visitarlo si queremos. Antes pasamos ante la minúscula Ermita de San José. En plena subida, la señalización nos saca por un merendero a la derecha. Si queremos visitar el mencionado monasterio, hay que seguir la carretera que asciende.

Nos desviamos de la carretera por esta especie de aparcamiento o zona de descanso.

Por tierra, vamos bajando y siguiendo la ladera de El Pueyo. En una encrucijada, giramos a la izquierda casi en ángulo recto y, un centenar de metros más adelante, nos incorporamos rumbo sur a otro carril. Notaremos que la tierra del suelo pasa del amarillo a un gris blanquecino.

Con esta nueva orientación, podremos ver la amplia llanura que nos toca atravesar. Ni una sombra... impresiona el cambio tan radical tras tantos bosques en las etapas previas. En descenso, cruzamos la carretera N-240 en perpendicular y, por un viaducto, superamos la autovía A-22.

Cruzamos la Nacional 240 y poco después usamos el viaducto para pasar la autovía.

El sendero está bien marcado. Vamos a caminar por la Cañada Real de Berbegal a Castillazuelo. El color de este paraje cambiará según la época: del verde del invierno y primavera al marrón u ocre del verano y del otoño.

El paisaje ya no tiene nada que ver con lo que vimos en las etapas previas.

A los 10 kilómetros de marcha aproximadamente, llegamos a un cruce en forma de T. Viramos a la izquierda en 90º. Tras una balsa de agua, tomamos la curva a la derecha. Comenzamos a transitar por un pintoresco paisaje estepario de yesos. Iremos viendo partes de tierra y piedra blanca. Así pasamos de la partida de Viarz y al de Montearrugo a través del Barrando del Clamor. Faltan unos 7 kilómetros hasta la meta.

Pasaremos muchos cruces de caminos.

En otro cruce, doblamos a la derecha y, un poco más adelante, a la izquierda para buscar un puentecito que supera el Val del Pozo. Poco a poco iremos entrando en zona de cultivo de regadío. Al llegar a unas acequias y canalizaciones, nos incorporamos unos metros a un carril que llega en perpendicular. Lo abandonamos en la primera salida a la izquierda.

Alcanzamos así el Arroyo del Alceteu. Lo pasamos por otro puente. El camino de tierra atraviesa una vieja carretera y se coloca durante varios kilómetros junto al Arroyo de Toba. Lo llevaremos a la derecha en todo momento. Terminamos por toparnos con el Canal de Terreu. El puente es nuestra vía para atravesarlo.

En este cartel acaba el GR-17 y nuestra Vía Arán-Pirineos.

Ya vemos al fondo, sobre una peña, Berbegal. Empezamos a subir. Antes cruzamos la carretera A-1216. El recorrido rodea la falda del cerro hasta conectar con un carril asfaltado que ya nos mete en la localidad por la calle del Parque. Por aquí ya encontraremos las primeras flechas hacia Santiago. No habíamos visto ninguna hasta ahora. De esta forma, acabamos nuestra aventura en este pequeño municipio, que tiene albergue de peregrinos.

En Berbegal vemos al fin las tradicionales flechas del Camino de Santiago.

La Vía Arán-Pirineos conecta con la etapa 10 del Camino Catalán, que parte desde Montserrat. La próxima etapa sería Berbegal-Pueyo de Fañanás. Pero esto ya es otra historia. Dejamos la ruta aquí.

Mucho hemos vivido desde el sur de Francia: bosques, hermosos valles, altísimas montañas, aislados pueblos... Pasar la cordillera pirenaica ha sido duro, pero también ha merecido la pena conocer tanta historia y variedad de parajes. Desde estas líneas animamos a que los peregrinos se interesen y recorran esta espectacular variante jacobea.

Perfil de la etapa 14 entre Barbastro y Berbegal.

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