Camino de Santiago desde Sevilla | Etapa 34 de la Vía de la Plata (Sanabrés): Cea-A Laxe

Visitamos una de las joyas del Camino Sanabrés: el Monasterio de Oseira, cuya iglesia está considerada la obra maestra del estilo cisterciense en la Península Ibérica.

El mayor atractivo de esta etapa es el Monasterio de Oseira.
El mayor atractivo de esta etapa es el Monasterio de Oseira. / Emilio J. De Los Santos

Ficha

Ruta lineal

Distancia: 38,2 Km

Dificultad: Difícil

Inicio: Cea

Final: A Laxe

Poblaciones que atraviesa: Silvaboa, Pielas, A Ventela, Vilarello, Carballediña, O Outeiro, A Gouxa, Bidueiros, San Martiño, Dozón, Puxallos, Pontenoufe, A Xesta, Botos, Baxán, A Bouza y Donsión

Naturaleza: 4/5

Afrontamos otra etapa con una distancia muy larga. Afortunadamente, entre Cea y A Laxe hay varias posibilidades intermedias donde parar si la cosa se nos hace insoportable. Lo que planteamos en esta guía implica caminar una etapa y media por un desvío que alarga el recorrido unos cuatro kilómetros. En total serán 38 km. El esfuerzo merecerá la pena, sobre todo porque nos aguarda una de las joyas de este Camino Sanabrés: el Monasterio de Oseira.

Disfrutaremos de un paisaje típicamente gallego, muy solitario y montañoso pero a la vez tremendamente hermoso. En plena Dorsal Gallega, habrá algunos ascensos. No son excesivamente duros, pero la longitud de la etapa nos puede pasar factura a la hora de afrontarlos.

Para ir a Oseira hay que darle la vuelta al perímetro del campo de fútbol municipal de Cea.
Para ir a Oseira hay que darle la vuelta al perímetro del campo de fútbol municipal de Cea.

Lo primero que hay que hacer en esta jornada es atravesar Cea. Desde el albergue, tomamos la Rúa Fondo do Lugar hasta la Plaza Mayor. Tras la Torre del Reloj, hay un cruce de carreteras. Si vamos a la izquierda, siguiendo la OU-406, enfilamos la variante corta, que va a Dozón por Cotelas, Arenteiro y Carballeda. Si en el cruce vamos de frente, visitamos Oseira.

La ruta corta conecta antes con el eje de carreteras y pierde bastante atractivo. El otro itinerario, es cuatro kilómetros más largo, pero avanza por un territorio casi sin población para llegar a un monasterio que es otro de los hitos de esta variante sanabresa. Elegimos aquí la opción hacia Oseira.

En la intersección tras la Torre del Reloj de Cea, enfilamos de frente la Rúa Lodeiro. Por ella, llegamos al campo de fútbol municipal y rodeamos su perímetro. Un cartel nos informará por última vez de la opción fácil de ir a Dozón. Agradecemos el recordatorio, pero lo ignoramos. Tras una curva, tomamos la pista de tierra que arranca al pasar un obrador de pan.

Salida de la zona boscosa tras Cea.
Salida de la zona boscosa tras Cea.

El próximo tramo recorre durante unos cuatro kilómetros en suave ascenso un precioso robledal. El carril que seguimos es ancho y está en muy buen estado. Es imposible perdernos. Eso sí, la oscuridad y densidad de la arboleda nos impresionará. Acabaremos saliendo a una carretera local de un único carril. Vamos a la izquierda, ya fuera del bosque, hasta la aldea de Silvaboa. El paisaje cambia de forma radical, con mayor abundancia de matorral y zonas pedregosas: estamos atravesando una zona elevada del Macizo Galaico. Andamos otros dos kilómetros hasta Pielas. Este pueblecito es algo mayor y cuenta con un bar... aunque no suele abrir muy temprano.

En Pielas, nos reencontramos con la carretera OU-406 (la misma que vimos en Cea). Es de doble carril, pero no tiene demasiado tráfico. Por su arcén, pasamos A Ventela y poco después nos deja en el pueblo de Oseira. Habremos ido distinguiendo su bello conjunto patrimonial conforme nos hemos acercado.

Llegada a Oseira.
Llegada a Oseira.

El Monasterio de Santa María la Real de Oseira es un tesoro y merece la pena parar y visitarlo. Su origen data del siglo XII cuando varios monjes franceses de la Orden del Císter se asentaron aquí. Conforme se desarrolló, llegó a tener una gran importancia económica y social en la comarca. Así fue hasta que la Desamortización de Mendizábal acabó con la vida monástica y todo cayó en ruina durante casi un siglo. A mediados del siglo XX, con el impulso del Obispado de Ourense, volvieron a instalarse los religiosos y se inició la restauración del conjunto. Todo el conjunto es una maravilla, pero destaca especialmente su iglesia abacial, considerada la obra maestra de la arquitectura cisterciense en la Península Ibérica.

Interior del Monasterio de Oseira.
Interior del Monasterio de Oseira. / Emilio J. de los Santos

Oseira cuenta con varios bares y, además, los monjes dan cobijo a los peregrinos. Es una posible e interesante parada, sobre todo si decidimos alargar la etapa que empieza Ourense y no hacer escala en Cea. Eso sí, es recomendable ponerse en contacto con el monasterio para saber si admiten la pernocta y qué horarios tienen establecidos.

Al salir del Monasterio de Oseira, el Camino dobla por una calle con bares. El recorrido sigue la cuesta de cemento al fondo.
Al salir del Monasterio de Oseira, el Camino dobla por una calle con bares. El recorrido sigue la cuesta de cemento al fondo.

Reiniciamos la marcha. Saliendo por la puerta principal del monasterio, giramos a la izquierda por una calle con bares (abren a mediodía). Al fondo tomamos la pista de cemento que va en ascenso. Así se llega a un bonito mirador sobre el pueblo. Enfilamos un sendero de tierra que continúa en una subida más pronunciada. Esta parte cuenta con algunos repechos fuertes por piedras, así que paciencia. Cuando estemos arriba del todo, veremos una carretera (OU-452). Caminamos por ella hasta Vilarello. Hay dos kilómetros entre Oseira y este último pueblo.

Nos mantenemos en el asfalto hasta que la señalización nos saque tras un kilómetro por la derecha. Pisando tierra, nos internamos en otro bonito robledal o carballeda, como dicen los gallegos. De hecho, el próximo pueblo que nos aguarda se llama Carballediña. Tiene pocas distracciones. De nuevo por asfalto, pasamos por O Outeiro y, dentro de la aldea, giramos a la derecha por otra pista en ascenso. La parroquia de A Gouxa será la encargada de darnos la bienvenida a la provincia de Pontevedra.

A continuación, vienen Bidueiros y San Martiño, donde nos reencontramos con la N-525, dejando así atrás la parte más solitaria de la etapa. Por su arcén, alcanzamos Dozón, donde nos unimos a los peregrinos que llegan de la variante más corta. Esta localidad es mayor y tiene todos los servicios, aunque para encontrar albergue hay que desviarse un poco hasta O Castro, que es una pedanía anexa. Hasta aquí llevamos unos 18,5 kilómetros andados. A partir de ahora el desnivel acumulado será negativo en términos generales, pero el perfil tendrá muchas cuestas cortas en subida y bajada, es decir, lo que los peregrinos denominan "rompepiernas".

Parte trasera de la Iglesia de San Salvador de la O de Dozón.
Parte trasera de la Iglesia de San Salvador de la O de Dozón.

Tras pasar cerca de la Iglesia de San Salvador de la O y de su típico cementerio gallego, salimos de Dozón por una especie de vía de servicio que va paralela a la Nacional. De todas formas, en unos metros nos reincorporamos de nuevo en el arcén de la carretera. En los próximos 5 km aproximadamente iremos alternando el asfalto con pistas de tierra que se separan poco del trazado de la general. Estaremos así hasta coronar un alto con un restaurante (Parrillada Alonso). A pocos metros de aquí, las flechas al fin nos retiran de la N-525 y nos internamos por una zona boscosa que nos conduce a la aldea de Puxallos.

Un bonito mensaje en una casa de Puxallos
Un bonito mensaje en una casa de Puxallos / Emilio J. de los Santos

De nuevo en sendero de tierra, acabamos superando por un paso elevado la autovía AP-53 para, justo después, atravesar el río Asneiro. La localidad que le sigue es Pontenoufe. Tampoco tiene mucho interés. Vamos a visitar varias parroquias más de este estilo. La siguiente es A Xesta y poco después, tras superar la vía del AVE por un puente, llega Botos. En este último pueblo cruzamos la carretera PO-534. Las marcas nos sacan del asfalto junto a un restaurante por una trocha que puede estar muy cubierta de hierba. Tras un desnivel, volvemos a una pista bien definida que nos hace pasear por Baxán y A Bouza. Entre estos dos núcleos, pasamos de nuevo el trazado ferroviario de alta velocidad (esta vez por un paso inferior).

Iremos visitando varios conjuntos de casas dispersas que salpican el verde paisaje. Así entramos en Donsión. Una vez alcanzado este punto ya estaremos a menos de 2 km del final. Antes de la meta, recorremos otro bonito y denso bosque, en el que superamos el arroyo Rego de Cabirtas. Tras la arboleda, acompañamos en paralelo la autovía y la N-525 hasta que las marcas nos hagan cruzar la carretera. Al otro lado, tenemos ya A Laxe.

Justo ante de A Laxe pasamos otro bello bosque.
Justo ante de A Laxe pasamos otro bello bosque. / Emilio J. de los Santos

En esta pedanía conectan el Camino Sanabrés y el Camino de Invierno, que parte de Ponferrada y atraviesa la Ribeira Sacra. La posibilidad de más peregrinos por la zona motiva que haya aquí un albergue de la Xunta bastante amplio. La única pega es que si queremos ir a los bares tendremos que avanzar varios metros por el arcén de la carretera hasta Bendoiro.

Superada esta larga etapa, ya sólo nos quedan dos jornadas hasta Santiago, una de ellas muy corta.

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