Camino de Santiago | Vía Arán-Pirineos, etapa 3: Saint Béat (Lez)-Les
El recorrido no se apartará en sus 16,7 kilómetros del río Garona, avanzando por su hermoso valle. En esta jornada, se entra en España por el Puente del Rey, un lugar muy interesante y con mucha historia.
Las fotos del recorrido
Etapa 2: Saint Pé d'Ardet-Saint Béat (Lez)
Etapa 1: Saint Bertrand de Comminges-Saint Pé d'Ardet
Ficha
Ruta lineal
Distancia: 16,7 Km
Dificultad: Moderada
Inicio: Saint Béat (Lez)
Final: Les
Poblaciones que atraviesa: Argut-Dessous, Fos, Pontaut (afueras)
Ascenso total: 580 m
Descenso total: 450 m
Naturaleza: 4/5
La tercera etapa de la Vía Arán-Pirineos nos va a llevar por el valle del Garona todo el tiempo. Remontando el curso del río, alcanzaremos la frontera con España. La caminata será algo más corta que las dos jornadas anteriores (16,7 kilómetros) y, pese a una subida en el primer tercio, es algo más llana. Con todo, es muy distraída y bastante variada.
Tomamos como punto de partida la iglesia del centro de Lez. Recorremos la Rue de l'Ecole hasta el parque que hay a las afueras. Allí veremos un túnel peatonal que pasa bajo la carretera, vamos por ahí. Al otro lado, avanzamos por el arcén de otra carretera hacia la izquierda. Serán sólo unos metros, ya que en paralelo a ésta va un carril que nos permite evitar por el exterior una amplia rotonda. Un poco más adelante, nos colocamos de nuevo sobre el asfalto de la D44E.
Pasado un kilómetro, comenzaremos a subir por esta vía local de un solo carril. Justo cuando nos acerquemos al río, veremos una bifurcación. Tomamos la variante de la izquierda, la que sube más empinada. Así accedemos a una zona con más árboles. Precaución en las curvas porque la calzada es estrecha y los coches que pasan nos pueden dar un susto. En unos dos kilómetros aproximadamente, subiremos 200 metros de alto. Arriba nos aguarda el pintoresco pueblo de Argut-Dessous.
La población parece estar colgada de la ladera de la montaña y ofrece unas vistas inmejorables del valle a sus pies. Accedemos a las casas por la carretera, pero hay que estar pendientes, ya que tenemos que desviarnos a la derecha en busca del ayuntamiento (tiene un cartel verde que dice Marie). Justo al lado del consistorio hay una estatua blanca, aquí enfilamos la calle estrecha que va por la derecha, en ascenso. Comenzamos a dejar atrás la aldea. El asfalto se acaba tras un centenar de metros. A la izquierda, parte un camino de grava y, de frente, va otro por hierba con piedras a los lados. Pues bien, seguimos recto, aunque parezca lo menos lógico.
Este sendero se llama Pouzade y va rodeando la montaña de Peyre Hite. La elevación mayor en esta jornada la alcanzamos en esta zona, a 720 metros. Pronto iniciamos el descenso por un camino algo pedregoso y sin árboles. El recorrido da un quiebro a la derecha para continuar por un puente de piedra que cruza el arroyo de Rimbat. A partir de aquí, la vegetación vuelve a ser abundante.
La inclinación del perfil irá suavizándose poco a poco hasta internarse en un tramo donde veremos árboles talados y varias granjas. Poco después, nos incorporamos a un carril asfaltado junto a un aparcamiento. Ya estamos en las afueras de Fos, última localidad francesa que visitaremos y la más grande de este día. Hasta este punto llevamos 6 kilómetros de la etapa.
El origen de este municipio es el castillo de Castéras, del siglo XI-XII, que servía para controlar el valle junto a las vecinas fortalezas de Saint Béat y Sériail de Melles. Aún se conservan las ruinas de este edificio, aunque el trazado de nuestro recorrido nos impedirá verlas. Fos tiene muy pocos servicios y el tránsito por su interior es algo confuso (obsérvese la imagen que explica por dónde pasa el camino entre sus casas). Nuestro objetivo es el puente sobre el Garona.
Cambiamos a la margen izquierda. Justo al pasar el mencionado puente, doblamos a la izquierda por la calle Plaine d'Artigue Mousquan. Se trata de un carril que va muy próximo a la orilla. Caminamos por aquí unos 800 metros hasta tomar un desvío por la derecha que acaba pasando bajo la carretera N125.
Los 4 kilómetros que faltan hasta la frontera con España transcurren por una vía ciclopeatonal bastante cómoda, especialmente en los primeros tramos. El trazado va describiendo una amplia curva a la derecha mientras rodea la falda de la montaña Col Carrech, siempre viendo u oyendo el rumor del río Garona. Observaremos también que al otro lado del curso del agua va la carretera nacional.
Recorridos casi 9,5 kilómetros de la etapa, nos topamos con la Presa de Plan de Arrem, un lugar espectacular que recibe el nombre de un tratado que se firmó en 1513 entre Fernando II el Católico y el rey francés Luis XII para garantizar la supervivencia de las comunidades de los valles pirenaicos a ambos lados de la frontera. Establecieron que, con independencia de los conflictos que pudiera haber entre los dos reinos, se mantuvieran los acuerdos pastorales, comerciales y la libre circulación para garantizar la subsistencia económica local. Precisamente, durante la Guerra Civil española, fue invocado este mismo acuerdo para legitimar la acogida de refugiados republicanos españoles.
Tras estos apuntes, seguimos con la ruta. Nos acercamos a la presa hasta subir al mismo muro de contención. Caminamos junto a unas casetas y unas vallas para después colocarnos sobre un carril de tierra compactada con una barandilla de madera. De esta manera, bordeamos el pantano. Es un lugar precioso: el agua cristalina, el reflejo de los montes de los alrededores, el verdor de la abundante vegetación... Conforme vayamos avanzando por aquí, el valle se va estrechando. Estamos a un kilómetros y medio del paso fronterizo, aproximadamente.
Transcurrida cierta distancia, el sendero dejará de ser tan cómodo e irá ganando altura. La carretera nacional, el río y nuestro camino se concentran en un paso muy estrecho. Lo iremos viendo todo desde arriba. Superamos el arroyo Terme por unas tablas y empezaremos a ver unos bloques de hormigón blancos que marcan la frontera con España. A escasos metros, tenemos ya el Puente del Rey o Pont du Roi, considerado la frontera histórica. Lo divisaremos desde lo alto de un terraplén.
Estamos en un lugar con mucha historia. Al final de la Guerra Civil, muchos refugiados españoles usaron este puente para huir a Francia. En cambio, durante la Segunda Guerra Mundial, el flujo fue al contrario: se convirtió en lugar de paso de muchos judíos que huían de la persecución Nazi. El punto aduanero instalado en las proximidades (veremos la caseta un poco más adelante) permitió durante un tiempo la entrada a España a aquellos que tuvieran la documentación en regla. Duró poco, ya que a partir de 1940 esto se acabó por las presiones del gobierno de Hitler. La situación obligó a mucha gente a recurrir a los puertos de montaña de los alrededores, mucho más peligrosos. Años después, a finales de octubre de 1944, el Puente del Rey también fue testigo de la entrada y retirada de los Maquis que intentaron la fallida Invasión del Valle de Arán.
Los coches ya no pasan por el Puente del Rey. Utilizan uno nuevo. Al cambiar de país, la Route Nationale 125 pasa a llamarse Carretera Nacional 230. Va ser nuestra compañera varias jornadas. De momento, nos colocamos en su arcén tras bajar del terraplén por el que veníamos.
Llegamos a un punto negro en cuanto a señalización. La guía oficial recomienda pasar al otro lado del Garona justo aquí, pero no hay manera. El Puente del Rey no nos vale porque la pared de piedra en la orilla opuesta es infranqueable. La pequeña central eléctrica que hay cerca cuenta con una pasarela, pero un cartel prohíbe el acceso a la gente ajena a la instalación. Tampoco hay forma de vadear, pues el caudal del agua es bastante abundante en la zona. No queda otra que seguir por el arcén de la carretera varios kilómetros hasta Pontaut. Mucha precaución porque hay mucho tráfico aquí.
Desde la incorporación a la Nacional hasta el puente de Pontaut hay 1,5 kilómetros. El desvío a la izquierda está claro. Cruzamos el río y avanzamos por la carretera de Caneján hasta dar con la Capilla de la Virgen de las Nieves, junto a un merendero. A esta encrucijada llega por la izquierda el GR-211 (circular del Valle de Arán). Lo vamos a seguir a partir de ahora. Las marcas nos hacen subir por la estrecha carretera hasta colocarnos a los pies de una planta de procesado de mineral (son unos edificios bastante destartalados que se ven desde lejos).
Cuando la carretera comience a ascender con más fuerza con curvas muy cerradas, tomamos la trocha que sale por la derecha, junto a unas casas. Nos internamos en un denso bosque por una senda de tierra. En ocasiones, nos acercamos mucho a la orilla del Garona. En ciertos puntos, hasta iremos por unas escaleras y pasarelas de madera sobre el agua misma. Esta parte, en general, es sencilla, aunque hay un repecho bastante empinado antes de llegar al Puente de la Lana que nos exigirá cierto esfuerzo para subir por una pendiente muy pedregosa y donde habrá que intuir el trazado con las marcas pintadas en las piedras.
Como acabamos de indicar, el objetivo es el Puente de la Lana... aunque realmente no lo pisaremos: en vez de ir por él, doblamos a la izquierda por la carretera antigua de Les, sobre asfalto nuevamente. Así salimos a una amplia pradera donde ya veremos a lo lejos nuestro objetivo. Hay dos maneras de aproximarse al final de la etapa: siguiendo recto en todo momento o, en el primer cruce que veamos, doblar a la izquierda y dar un pequeño rodeo por el camino de Sadau. Esta segunda opción es más larga, aunque más bonita al enseñarnos el bosque que hay a los pies de los montes próximos. Accede a Les por el lateral.
Nuestra primera parada en el Valle de Arán es una localidad con mucho encanto. Les ya era famosa en tiempos de los romanos por sus termas. De hecho, aún las conserva: hay un edificio a la entrada que las alberga, incluso hay fuentes próximas que echan agua caliente. Por otro lado, en los montes al este, se alza el Castillo de Les, del que sólo se conserva la torre del homenaje. Tampoco podemos olvidarnos de la Iglesia de San Juan Bautista, en la que destaca su campanario románico.
Les cuenta con todos los servicios. La zona con más ambiente se sitúa en el entorno de la plaza del ayuntamiento, donde los coloridos adornos florales de las macetas, las agradables vistas de las verdes montañas y el puente sobre el Garona nos cautivarán.
Nuestro recorrido comienza a recorrer a partir de ahora una zona muy volcada con el turismo rural y el deporte de montaña. Los vecinos del Valle de Arán serán hospitalarios, pero pueden extrañarse al ver peregrinos dirigiéndose a Santiago por estos senderos... aunque esperemos que esto cambie con el tiempo.
Alojamientos
Les
Casa Es Neres (973 64 83 89)
Hotel Talabart (973 64 80 11 – 620 20 54 13)
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