Tres rutas de senderismo en la provincia de Sevilla con paisajes muy otoñales
Para los amantes de la naturaleza el otoño es una de las mejores estaciones del año para adentrarse en ella. El frescor de las mñanas sin que llegue a ser unn frío gélido, el olor a humedad, las diferentes tonalidades de colores de los árboles y el paisaje de hojas caídas son los ingredientes perfectos para pasar un buen día en el campo. Sevilla no cuenta con muchas zonas montañosas, la única que hay se encuentra en la comarca de la Sierra Norte, sin embargo sí tiene algunos espacios que durante esta época del año guardan una gran belleza.
Ruta de los Molinos, de Alcalá de Guadaíra
Se trata de una ruta muy sencilla, perfecta para ir con niños, en la que no hay mucha pendiente. El recorrido es de 8 kilómetros y es circular, por lo que empieza y acaba en el municipio. De hecho, toda la ruta discurre en las inmediaciones del término municipal de Alcalá.
Esta ruta ofrece mucha libertad para recorrer los distintos caminos que presenta. El protagonista es el río Guadaíra por lo que se puede hacer siguiendo el sendero que este dibuja. A lo largo de su recorrido se podrá disfrutar de un bonito paisaje otoñal cargado de molinos de harina y de diferentes puentes, como el del Dragón o el Romano.
Ruta de los Castañares, de Constantina
No hay árbol más singular durante el otoño que el castaño. La caída de sus frutos, recubiertos de una piel con pinchos a la que se conoce como erizo, crea un manto amarillento en el suelo de gran belleza. Sin embargo, en la zona de Sevilla no hay mucha abundancia de estos árboles. Son, por el contrario, excepcionales piezas del paisaje de algunas zonas de sierra, en las que abundan otras plantas mejor preparadas para la aridez.
El sensero de los Castañares es, tal y como recogen desde el portal web de la Junta de Andalucía, una propuesta para adentrarnos en uno de estos bosques, y de conocer la naturaleza que guarda en su interior. Formando parte de la misma ruta se puede conocer, además, la localidad de Constantina y visitar de cerca su conjunto monumental.
Partiendo de Constantina, este sendero recorre sus inmediaciones comenzando con un suave ascenso hasta un frondoso castañar que, en verano ofrece su sombra, y en otoño un espectáculo de colores amarillos y marrones. De retorno hacia el pueblo se alcanza la carretera que lleva al castillo de Constantina. En esta imponente fortaleza de la época almorávide es fácil observar aves rapaces al mismo tiempo que se contempla una vista de uno de este bonito pueblo.
El Corredor del Guadiamar, de Aznalcázar
El Guadiamar es el último gran afluente del Guadalquivir antes de su desembocadura. Nace cerca del municipio del Castillo de las Guardas, en Sierra Morena y desde allí baja, recorriendo más de 60 kilómetros, hasta la comarca del Aljarafe. El sendero que dibuja este río conforma un camino que se puede recorrer a pie, en bicicleta o a caballo. En su tramo medio, el río pasea por la campiña del Aljarafe, por pueblos como Gerena y Huévar, donde aún se conservan termas romanas o iglesias medievales. Pero es más abajo, en las inmediaciones del municipio de Aznalcázar, cuando el bosque galería cobra mayor importancia, lo que lo convierte en un paisaje perfecto para visitar en otoño.
En esta localidad además se ubica el centro de visitantes Guadiamar. Ya en su tramo bajo, las cercanas marismas y cultivos de arroz favorecen la existencia de una gran diversidad de aves que puede apreciarse en las Reservas Naturales Concertadas de Dehesa de Abajo o La Cañada de los Pájaros. En sus últimos kilómetros, el río se encauza en Entremuros, zona también restaurada y muy variada en flora y fauna.
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