Esta es la ruta de la tapa que puedes hacer si vienes a pasar un día a Sevilla
En estos bares con solera probarás las tapas más típicas de la gastronomía de la ciudad.
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Sevilla está llena de bares y cafeterías y, además, cuenta con uno de los cascos antiguos más grandes de Europa, lo que significa que está repleta de monumentos y lugares que no te puedes perder si vas a pasar un día en la ciudad. Si te gustaría pasear por la ciudad sin tener la sensación de que te has dejado cosas que hacer en ella, aquí te proponemos una ruta de lugares a los que puedes ir y en los que podrás recorrer los monumentos más conocidos y entrar en los bares más frecuentados por los sevillanos para probar los platos más típicos de esta tierra:
Primera parada: las Setas de la Encarnación, Bar Er Tito y su tostada de carne mechá
En Sevilla hay multitud de lugares con café de especialidad y tostadas muy variadas con opciones veganas, pero si quieres tomar un desayuno auténtico de Andalucía el Bar Er Tito, ubicado junto a las Setas de la Encarnación, es una buena opción donde puedes probar una tostada con tomate, aceite y jamón o la más especial de todas, la de carne mechada, acompañándola con un café con leche servido en vaso de cristal.
Para bajar el desayuno se pueden visitar las Setas de la Encarnación, en cuya planta alta hay un mirador desde el que se puede ver gran parte de la ciudad. Esta estructura de madera se inauguró en el año 2005 y fue obra del arquitecto Jurgen Mayer.
Seguna parada: calle Tetuán, Bar Blanco Cerrillo y sus boquerones en adobo
Paseando por la zona de la Campana, un poco más abajo de la zona de las Setas, y adentrándose en la calle Tetuán, una de las calles comerciales más famosas de la ciudad, es posible que nos llegue un fuerte olor a adobo. Éste emana del bar Blanco Cerrillo, ubicado en la calle José de Velilla y que cuenta con una humilde terraza y con una barra en su interior que siempre está a rebosar de clientes que toman algo de pie. En este lugar se puede empezar a abrir boca de cara al almuerzo con una tapa de cazón en adobo que no deja indiferente a nadie.
Tercera parada: Plaza Nueva, Casa Moreno y sus montaditos
Junto al Ayuntamiento y la Plaza Nueva se encuentra el bar Casa Moreno, una tienda repleta de latas de conservas, embutidos y multitud de papeles pegados en sus paredes con dedicatorias de todo tipo que van dejando sus clientes. Se trata de uno de los bares con más solera de Sevilla y aquí se puede tomar desde un buen vino hasta algún montadito. Está en la calle Gamazo, 7.
Cuarta parada: Catedral de Sevilla, Las Columnas de Santa Cruz y su pringá
Continuando por la Avenida de la Constitución se llega a la Catedral de Sevilla y tomando la calle Alemanes se puede disfrutar de una buena vista de la Giralda, a la que hay que bordear para, en primer lugar, adentrarse en la escondida Plaza de Santa Marta antes de llegar a la cuarta parada del día: el bar Las Columnas, ubicado en la calle Mateos Gago. Si consigues coger una mesa en este lugar, cosa que a veces parece misión imposible, no dudes en pedir su montadito de pringá y su vino dulce. Junto a las Columnas también se encuentra otro de los bares típicos de la ciudad: la taberna Álvaro Peregil La Goleta, en la que son famosos sus chicharrones y su ensaladilla de gambas.
Quinta parada: el Salvador, La Colchona y los mantecaos
Tras haber visitado el Barrio de Santa Cruz con sus callejones y sus plazas presididas por fuentes llenas de encanto, si no se dispone de demasiado tiempo para poder cruzar el río hacia el barrio de Triana, una buena opción es desviarse un poco hacia la Plaza de España y volver hacia la plaza del Salvador.
En este lugar hay varios sitios en los que se pueden comprar dulces típicos de Sevilla. Uno de ellos es el Obrador de la Colchona, la pastelería de los polvorones y mantecados por antonomasia que viene directamente de Estepa, en la provincia de Sevilla. Si, por el contrario, se prefiere tomar un café mientras se disfruta de un buen dulce, en lugar de comprarlo para llevar, una buena opción es la Confitería la Campana. Entre los dulces propios de Sevilla destacan las torrijas (sobre todo en Cuaresma), los pestiños, las milhojas o los tocinos de cielo (estos últimos originales de Jerez).
Sexta y última parada: El rinconcillo y sus espinacas con garbanzos
Muy cerca del punto de partida se encuentra el bar más antiguo de Sevilla... ¡y de España! Se llama El Rinconcillo y data del siglo XVII. En este sitio, además de sus múltiples vinos, se cocinan algunos de los platos más típicos de nuestra gastronomía. Entre ellos destacan dos: las espinacas con garbanzos (son veganas) y las pavías de bacalao. Acabar la ruta en este bar ubicado en la calle Gerona que por la tarde abre a las 20:00 horas y no cierra hasta medianoche es, sin duda, una buena opción para concluir un día en la capital andaluza.
Y si aun queda tiempo... un helado junto al río
Las orillas del río Guadalquivir están preparadas para dar largos paseos junto a su cauce o incluso para pararse a contemplar el puente de Isabel II (conocido popularmente como Puente de Triana) y la Torre del Oro, especialmente desde la puesta de sol y hasta que cae la noche. Sevilla está repleta de heladerías artesanales y de opciones de sabores de lo más variadas. Si aun queda algo de tiempo para pasar en la ciudad, esta es la mejor forma de despedirse de esta ciudad.
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