La ventana
Luis Carlos Peris
Reventa y colas para la traca final
La oferta gastronómica que tiene Sevilla es sin igual, hay para todos los gustos y presupuestos desde las tapas más sencillas hasta las más elaboradas. En la diversidad está el gusto. La carta de montaditos en los bares sevillano suele ser amplia debido a la clientela que atrae. Esta versión reducida de los clásicos bocadillos son una seña de identidad de la cocina hispalense y algunos de estos montaditos son emblemas en sí mismos.
Los montaditos están estrechamente ligados a Sevilla aunque en el resto de provincias andaluzas se sirvan estos bocados no en todos los sitios tiene el mismo arraigo en la carta de los bares. Muchos sevillanos que viven fuera echan de menos poder disfrutar de este manjar más allá de las fronteras de la capital andaluza.
El piripi es uno de los montaditos que más fama tiene en la ciudad de Sevilla. Es una combinación de pan blanco, lomo, bacon, queso, rodaja de tomate natural y alioli. Es una auténtica delicia que reconstituye a todo aquel que lo prueba y desde luego siempre vuelva a por más.
Los amantes del solomillo al whisky encuentran en el mantecaíto la combinación perfecta para deleitar al paladar con la totalidad de esta tapa convertida en montadito. El original lleva solomillo con patatas fritas y todo ello regado con la salsa al whisky. La salsa impregna el pan y lo eleva hasta convertirlo en un manjar de dioses.
Aquí la melva es la especialidad de la casa y el montaditos de melva con aceite un religión. Las conservas son las protagonistas de este local donde también tienen gran fama los montaditos de caballa, anchoas o carne mechada.
Aquí una de las estrellas de la carta es el montadito de secreto ibérico con jamón y con un huevo de codorniz. Una delicia que chorrea y hace de este bocado uno de los más jugosos y deliciosos de este local sevillano.
La especialidad de la casa es el montadito de chorizo picante extremeño y cabrales. Solo los más valientes y que no tengan miedo a los sabores fuertes pueden atreverse con esta delicia. No obstante, aquellos que prefieran ser más conservadores tienen opciones más clásicas pero igual de ricas: montadito de jamón, pavo con mousse de palto o panceta rellena de chorizo con queso.
Los curiosos deben hacer una parada en este local para probar uno de los montaditos más singulares que hay en Sevilla: pan, anchoas y leche condensada. Una combinación que aparentemente no tiene sentido pero el paladar lo cataloga de manera diferente. Otras de las especialidades en la ampliada y variada carta de los montaditos es el de roquefort y picante.
En pleno barrio de Santa Cruz y muy cerca de la Giralda se encuentra este templo de la cocina sevillana. Los montaditos son parte de la esencia de este local que tiene una amplia carta en la que destacan el de palometa y queso fresco, pringá, melva con tomate, pepito de lomo o morcilla serrana.
El montadito de carne mechá es uno de los más populares de este negocio sevillano. Aquí la carne mechada se pide hasta para desayunar, este bocado alimenta desde bien temprano a todos los que cruzan las puertas del local. El montadito está bañado en una salsa que hace que choree y que los comensales tenga que chuparse los dedos.
También te puede interesar
Lo último
1 Comentario