Ruta por las calles más frescas de Sevilla para pasear en verano

Las altas temperaturas de Sevilla en verano no dan demasiada tregua para hacer planes en la ciudad durante las horas centrales del día. No obstante hay quienes se aventuran a patear sus calles, especialmente si vienen de visita, para poder disfrutar de la esencia de algunos de sus barrios. Aunque parezca tarea imposible salir antes de que caiga el sol, hay algunos lugares de la ciudad que mantienen la temperatura algo más baja y que son de una gran belleza.

Callejón del Agua

El callejón del Agua es una de las calles más emblemáticas de la Judería de Sevilla. Se ubica junto a los muros de los Reales Alcázares y a lo largo del mismo se pueden ver diferentes edifcios con patios interiores repletos de flores. Debido a su diseño y a su ubicación, es una calle que suele estar sombreada y que se mantiene más fresca. El Callejón del Agua servía para llevar el agua desde los Caños de Carmona hasta los Reales Alcázares, de ahí su actual nombre.

Callejón de la Judería

Alrededor de este emblemático callejón sevillano se hallan otros muy cercanos y de gran encanto. Uno de los más mágicos es el callejón de la Judería, que conecta la calle Vida con el Patio de Banderas a través de un postigo en el que todo el mundo se para para hacer una foto. Su entramado y la estructura de esta calle la hacen, posiblemente, una de las más bonitas de toda Sevilla. Una fuente y la lápida dedicada al escritor español Luis Cernuda coronan este lugar, además del arco y el torreón que, en sus tiempos, formaban parte de la puerta que comunicaba el Real Alcázar con la Judería.

Calles Vida y Muerte

Paradójicamente estas dos calles, también de la Judería, son paralelas entre sí. Sin embargo es posible que al buscarla en los mapas sea imposible dar con la calle Muerte ya que en la actualidad tiene el nombre de Susona. Ambas vías están envueltas en historias que tienen parte de realidad y parte de leyenda.

La leyenda de la calle Vida cuenta que esta tramo, que conecta la calle Judería con el barrio de Santa Cruz, fue una de las puertas por las que, en el siglo XIV, algunas familias judías lograron escapar de una persecución que iniciaron los cristianos.

En contraposición, encontramos la calle de la Susona, popularmente conocida como calle de la Muerte. Esta debe su nombre a una conocida leyenda sobre una chica judía, cuyo amor por un caballero cristiano le llevó a delatar a su propio padre, Diego Susón, que pretendía asaltar a los judíos junto a otros hombres. Su chivatazo dio lugar a que ejecutaran a Diego Susón y a que repudiaran a su hija, la Susona. Actualmente, dos azulejos a la altura del número 10 de la calle recuerdan la leyenda.

Plaza de Santa Marta

Aunque esta plaza es conocida por muchos sevillanos y sevillanas, es tal vez uno de los lugares más escondidos del Casco Antiguo. Su ubicación, a la que se accede desde la calle Mateos Gago. Las pequeñas dimensiones de esta plaza, que se encuentra tapada por la sombra de los naranjos más altos de la ciudad, que han crecido buscando la luz, la convierten en un remanso de paz y frescor para pasear durante el verano.

Calle Verde

También en la Judería de Sevilla, pero en esta ocasión en el Barrio de San Bartolomé, se encuentra la calle Verde, que recibe este nombre precisamente porque está tapada por una maraña de plantas que caen desde arriba, en forma de enredadera. Puesto que son plantas de hoja caduca, no siempre se tiene la suerte de encontrársela en su mejor momento. Aun así es agradable pasear por este callejón en el que además hay algunas casas del hotel Casas de la Judería cuyos patios son dignos de ver.

La Judería de Sevilla es una de las más grandes de Europa y, como tal, tiene numerosos rincones ocultos en los que la sombra, las fuentes que continuamente emanan agua y sus paredes encaladas generan una sensación de frescor que suponen un alivio cuando las temperaturas del verano sevillano son tan elevadas.