El pueblo de Sevilla en el que hay una ciudad oculta bajo la tierra

En este pueblo hay decenas de restos de otras épocas que han quedado enterrados bajo tierra

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Carmona, un paso más en la Unesco
Carmona. / M. G.

Sevilla capital y los pueblos que conforman su provincia cuentan con un extenso legado histórico con orígenes, incluso, en la Prehistoria, que han dotado a muchos de sus municipios de una gran riqueza cultural y arquitectónica.

Localides como Santiponce, con el yacimiento de Itálica, o Valencina de la Concepción, con el enclave arqueológico de los dólmenes de La Pastora y Matarrubilla son algunos de ellos.

Siguiendo esta tendencia, en la zona de la Campiña sevillana se encuentra uno de los pueblos con más historia de la provincia en el que, desde sus orígenes, las civilizaciones que lo han ido habitando se han ido sucediendo en el mismo espacio, cultura tras cultura.

Se trata de Carmona, en pueblo catalogado como Lucero de Europa cuyos orígenes se fechan hace 5000 años y bajo el que hay toda una ciudad en forma de restos como resultado de las civilizaciones que han ido poblando esta zona, desde sus inicios hasta la actualidad.

Breve historia de Carmona

La formación del primer núcleo que podría considerarse urbano en esta zona se sitúa entre los siglos IX y VIII aC, bajo el actual barrio de San Blas. De forma paralela la ciudad comenzaría a fortificarse para defenderse de invasiones, algo que perdurará funcionalmente hasta la Edad Moderna. De esta época destaca el primer bastión de la actual Puerta de Sevilla, uno de los monumentos más emblemáticos de este municipio.

Tras esto se suceden varios periodos históricos hasta que en el año 237 a. C, los cartagineses toman la Península Ibérica y hacen de Carmona uno de sus principales baluartes.

A finales del siglo I a.C., bajo el reinado de Augusto, Carmona se renueva y se diseña al estilo de una ciudad romana. En esta etapa se abren cuatro puertas, la de Sevilla y Córdoba, que se conservan en la actualidad, y las del Postigo y Morón. Tras esto pasarían por Carmona los visigodos y los musulmanes.

Bajo el dominio islámico se reforzaron las murallas y la fortaleza de la Puerta de Sevilla sufrió grandes transformaciones respecto a sus presecentes romanos. Se elevó la altura de la Torre del Homenaje y se construyeron dos nuevos arcos y elementos defensivos.

En 1247 Fernando III asola los alrededores de la ciudad y ésta decide entregarse a los cristianos. Durante el reinado de Pedro I se restaura el antiguo palacio musulmán del Alcázar Real y se construye el Alcázar de la Reina. Desde esta etapa y hasta la época contemporánea la ciudad de Carmona sigue sufriendo transformaciones urbanísticas, especialmente durante la Edad Moderna.

Los acontecimientos históricos del siglo XIX, con la desamortización de los bienes eclasiásticos, dan lugar a nuevas actuaciones de carácter público como la creación de la Plaza de Abastos o la ocupación de parte del convento de San José como cárcel,  que han perdurado hasta el día de hoy y que conforman el aspecto que Carmona tiene en la actualidad.

Algunos de sus restos arqueológicos

Fruto de esta historia en la que se han ido sucediendo varias civilizaciones, no es de extrañar que cuando tiene lugar una excavación en algunos de los barrios de este municipio, exista una alta probabilidad de dar con restos de épocas pasadas. De esta manera en el año 2019 se descubrió un mausoleo romano que estaba casi intacto durante las obras de una vivienda particular. En una de sus tumbas hallaron, además, un frasco de perfume que seguía teniendo ungüento en su interior.

Asimismo, en el año 2008, durante las obras de mejora de una de las calles del municipio, trabajadores del Ayuntamiento dieron con un mosaico que podría datar de los siglos II ó III después de Cristo. Y en 2012, durante las obras de otra vivienda del barrio de Santiago, los obreros encontraron otro mosaico en perfecto estado perteciente a una antigua domus romana del siglo I después de Cristo.

También como parte de algunos de los restos arqueológicos más importantes de esta ciudad destacan la necrópolis y el anfiteatro romano. La Necrópolis de Carmona está considerada como uno de los conjuntos funerarios romanos de mayor extensión y mejor conservada de la península, mientras que el Anfiteatro era el lugar en el que se celebraban los juegos gladiatorios y otros espectáculos propios de este tipo de edificio. 

Más allá del incalculable valor histórico de este pueblo, merece la pena adentrarse en las calles de Carmona y disfrutar de sus rincones, de sus iglesias, su gastronomía y de la hospitalidad de sus vecinos y vecinas, lo que la convierten en uno de los pueblos más mágicos y bonitos de la provincia de Sevilla.

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