El pueblo de origen romano que es una joya escondida del Aljarafe sevillano
Este municipio tiene vestigios de época romana y árabe y una importante presencia barroca
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Sevilla está llena de historia. Su pasado visigodo, romano, celta, musulmán y más recientemente cristiano, convierte a los más de 100 pueblos que conforman la provincia en un lugar con una gran riqueza histórica, cultural, arquitectónica e incluso gastronómica. Pueblos como Carmona, Écija, Marchena, Osuna o Santiponce se alzan entre las localidades con más legado de este tipo. Sin embargo, a algo más de media hora desde Sevilla capital y en pleno Aljarafe se encuentra un municipio que pasa desapercibido pero que respira mucho historia.
Se trata de Olivares, un municipio con algo menos de 10.000 habitantes que cuyos orígenes se remontan a la época romana, cuando un militar llamado Turculus conquistó los terrenos sobre los que hoy se asienta el pueblo y que durante muchos años constituyeron un poblado denominado Estercolines o Estercolinas.
Vestigios romanos
De esta época quedan algunos vestigios como el tell (un yacimiento arqueológico con forma de montículo de tierra), conocido como el Cerro de la Cabeza, donde se ubicaba la ciudad romana de Laelia. Esta fue construida al mismo tiempo que la famosa Itálica.La importancia de esta ciudad fue tal que se llegaron a acuñar hasta ocho tipos de moneda durante la época romana.
Cercano a este emplazamiento y a lo largo del término municipal también se conservan restos del acueducto romano. A escasa distancia de la villa existió durante siglos un pueblo llamado Heliche que se acabaría despoblando, y otra parroquia conocida como San Benito, que también desaparecería. De la época árabe queda en el término una torre al pie de la carretera Olivares-Gerena, denominada como la finca en la que se enclava, Torre de San Antonio, datada en el siglo XII.
Etapa cristiana
En el siglo XVI la familia más ilustre de la historia de Olivares, los Guzmanes, bajo el mandato de Pedro de Guzmán, comienza a enriquecer la villa con la construcción del Palacio Ducal y la Plaza de Armas, labor que continúa su hijo, Enrique de Guzmán, con el levantamiento de una capilla en honor a la Virgen de las Nieves, enriquecida con Reliquias traídas de Roma.
La villa comienza su máximo esplendor con Gaspar de Guzmán, Conde-duque de Olivares, valido del Rey Felipe IV y tercero en la dinastía de los Guzmanes, convirtiendo la capilla existente en colegiata y posteriormente en abadía en 1623 mediante bula del Papa Urbano VIII.
El Conde-Duque de Olivares fue acumulando adquisiciones territoriales a lo largo de todo el Aljarafe, como Salteras o Sanlúcar la Mayor, pero donde dejaría más presencia sería en este municipio.
Otros espacios expositivos que también se pueden visitar son la Casa-Museo de la Vera Cruz y la Casa-Museo de la Hermandad de la Soledad. Juan de Roelas, pintor del barroco de origen flamenco, también dejaría su legado en esta localidad en la que pasó sus últimos días. Allí realizaría grandes cuadros que ahora se encuentran en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, además de otros para la colegiata.
Además de lo que se puede encontrar en el municipio, los alrededores de Olivares también son zonas de gran interés, especialmente para los amantes de la naturaleza. Se puede disfrutar en sus inmediaciones de un paseo por el Corredor Verde del Guadiamar, visitar la zona de la Torre de San Antonio, en la que se celebra la Romería del Verdeo, llegar manantial y la fuente de El Caos o hasta el Abrevadero de La Coriana.
Olivares es un municipio cargado de historia y lugares de interés y aunque no sea tan conocido dentro de los circuitos turísticos que se hacen por la provincia de Sevilla, su gran riqueza patrimonial y su encanto merecen una visita.
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