Recorrido por las plazas más escondidas del Casco Antiguo de Sevilla
El Casco Antiguo tiene decenas de plazas, muchas de ellas completamente ocultas entre sus calles que pasan desapercibidas del paso de los turistas.
Dónde está el kilómetro 0 de Sevilla y por qué se ubica ahí
Mitos y leyendas sobre el origen de la tapa y cinco opciones típicas de la gastronomía sevillana
El Casco Antiguo de Sevilla es uno de los más grandes de Europa y se extiendes desde Los Remedios hasta la Macarena, de norte a sur, y desde Triana hasta Nervión de este a oeste, coincidiendo prácticamente con la zona que tiempo atrás estuvo amurallada.
Dentro del Casco Antiguo se encuentran la calle Feria, el barrio de San Julián o San Bartolomé pero también el barrio de Santa Cruz o la Catedral, por lo que existen decenas de espacios en esta zona que tienen un encanto singular, desde casas palacios hasta jardines en el interior de patios de vecinos. Muchos de estos sitios son las plazas ocultas que, sobre todo, se hallan en el barrio de Santa Cruz y que solo algunos conocen debido a lo escondidas que están.
Plaza de Santa Marta
La plaza de Santa Marta es una de las más mágicas y pequeñas que se encuentran en el centro de la ciudad. Llama la atención de este lugar el lugar en el que se encuentra, ya que está junto a la catedral pero pasa completamente desapercibida, así como lo altos que son sus naranjos, que han crecido notablemente para buscar la luz.
A esta plaza se accede a través de un callejón que se abre entre la estatua de Juan Pablo II ubicada en la plaza Virgen de los Reyes y la tienda de mantones de manila que hace esquina frente a la estatua. Adentrándose en esa callejuela y pasando un postigo, se encuentra la peculiar Plaza de Santa Marta.
Plaza de la Escuela de Cristo
Si hay una plaza oculta en Sevilla esa la de la Escuela de Cristo, ya que, aunque se busque, a veces no se llega a dar con ella. Para encontrarla hay que tomar la calle Ximénez de Enciso y continuar por ella en dirección a la calle Mesón del Moro. Antes de llegar al final hay una pequeña callejuela con una puerta al fondo que parece no tener salida. En realidad sí la tiene. A la izquierda de dicha puerta se abre paso la plaza de la Escuela de Cristo.
Este espacio tiene una cruz sobre columna, una fuente de dos caños, azulejos commemorativos y una pequeña imagen de San Cayetano. Se trata de un lugar despojado de turistas y de los ruídos de la ciudad en pleno centro de Sevilla.
Plaza del Cabildo
Aunque es un sitio mucho más conocido para los sevillanos, quienes visitan la ciudad no esperan encontrarse esta imponente plaza llena de frescos al atravesar las calles que llevan hacia ella. Se encuentra junto al arco del Postigo y se accede a ella mediante varias calles que tienen una cancela de hierro y que hacen pensar que vas a entrar en una zona comercial.
La plaza del Cabildo conecta con la calle Arfe y la Avenida de la Constitución y a día de hoy es sede fundamental del intercambio de sellos y monedas en Sevilla, desde que en los años 80 se trasladase desde la citada Plaza de Santa Marta un mercadillo filatélico dominical.
Plaza de Doña Elvira
En el siglo XVII estuvo en este solar un afamado corral de comedias. Y la leyenda popular sevillana dice que aquí estaba la casa de Don Gonzalo de Ulloa, padre de Doña Elvira, de quien recibe su nombre la plaza, del «Don Juan Tenorio» de Zorrilla.
A pesar de que se encuentra en el interior del barrio de Santa Cruz y se accede a ella a través de pequeñas callejuelas, se ha convertido en un lugar por el que pasan cientos de turistas diariamente. Tan es así que en ella se han instalado varios restaurantes con veladores alrededor de la misma. Esta plaza surgió en la reurbanización que se hizo del barrio entre 1911 y 1918, dirigida por el arquitecto municipal Juan Talavera y Heredia.
Plaza de Santa Cruz
La plaza de Santa Cruz se encuentra en el barrio que le ha dado nombre y, a pesar de ser muy turística, la frondosidad que presenta y el lugar en el que está la dotan de un encanto especial. En esta plaza convergen las calles Nicolás Antonio, Mezquita, la calle Santa Teresa y la plaza de Alfaro.
El espacio de la actual plaza estaba ocupado primitivamente por una mezquita, que tras la conquista de la ciudad por Fernando II en 1248 pasó a ser una de las sinagogas de la judería de la ciudad, barrio que se extendía por los actuales barrios de Santa Cruz, Santa María la Blanca y San Bartolomé.
Tras el asalto y destrucción de la judería, el cabildo de la ciudad la convirtió en 1391, en la primitiva iglesia de Santa Cruz, donde se ubicó una pequeña plazuela.
Al igual que en el caso de la plaza de Doña Elvira, el aspecto actual de la plaza se debe a la urbanización proyectada por Juan Talavera y Heredia en 1918 dentro de las numerosas reformas que vivió la ciudad con vistas a la Exposición Iberoamericana de 1929.
No hay comentarios