Platos típicos de Sevilla que hay que probar sí o sí según la Guía Repsol
Estas comidas son el resultado de la mezcla de culturas que ha habido históricamente en la ciudad
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La gastronomía sevillana goza de ser muy rica y variada y de contar con opciones que son el producto de la mezcla de culturas que han pasado por la ciudad a lo largo de los años. Así es como lo define la Guía Repsol, que ha querido destacar cuáles son esos platos propios de esta tierra que están para decir "ole", cuando se prueban. La guía ha remarcado un total de nueve opciones muy sevillanas que suele haber en los bares de la ciudad y que se encuentran, habitualmente, tanto en formato tapa como en plato.
Cazón aliñado
El cazón proviene de un tiburón de pequeño tamaño que se suele tomar con tomate guisado o con adobo, un tipo de aliño que le aporta mucho sabor. En la Guía Repsol explican que "le gustaba a Arquestrato de Gela –amante de la buena mesa y nativo de una colonia griega de Sicilia de mediados del siglo IV a. C.". El aliño del cazón se hace adobándolo con vinagre, comino, orégano, ajo y sal. Una vez marinado se envuelve en harina y se fríe en aceite de oliva. Se suele servir cortado en dados de pequeño tamaño o en tiras alargadas y se encuentra tanto en forma de ración como de tapa.
Pescaíto frito
Una de las comidas que más popularidad tienen en Sevilla es el pescaíto frito, que suele incluir varios tipos de pescado e incluso otras frituras como croquetas. El secreto de esta preparación está en cómo se fue, ya que debe quedar crujiente por fuera, tierno por dentro y con poco aceite, para que se haga muy pesado. En la Guía Repsol explican que "los griegos también gustaban mucho de todas las frituras en aceite de oliva y adoraban comer en la calle, incluso paseando". Esta tradición ha perdurado en el tiempo y una buena forma de ponerla en práctica es comprando un cartucho de pescaíto frito mientras se camina hacia alguna parte de la ciudad.
Gazpacho
Heredado de las costumbres romanas, según argumentan, se encuentra el gazpacho, un tipo de sopa fría que se hace con verduras, ajo, aceite, vinagre y agua. "La llegada de los productos americanos permitieron el milagro de convertir estos preparados estilo ajoblanco extremeño o malagueño en una de las sopas frías más famosas del mundo", recalcan. Esta comida de aprovechamiento propia del campo se suele tomar en los meses en los que el calor aprieta, cuando los tomates se pueden recoger de la mata, por lo que se convierte en un plato de temporada.
Bacalao con salsa de tomate
Uno de los guisos más conocidos en la ciudad, además del cazón tomate, es el bacalao con salsa de tomate. En Sevilla se prepara con tajadas de pescado fritas o guisadas que se cubren con salsa de tomate y se pueden acompañar de patatas fritas. A pesar de tratarse de una comida tradicional no siempre se encuentra entre las opciones de los bares de la ciudad.
Soldaditos de pavía
Los soldaditos de pavía o pavías de bacalao es como se llama al bacalao cuando se hace con un aliño de ajo y perejil, se recubren con una masa con harina y se fríen en la sartén. Se trata de una de las comidas más típicas de la gastronomía sevillana. En la Guía Repsol explican que "son soldaditos porque tienen esa hechura y se mantienen firmes, no porque estén fritos, y su presentación se debe respetar".
Huevos a la flamenca
Los huevos a la flamenca es un tipo de guiso propio de Sevilla cuya receta respeta la elaboración que se hacía antaño y que consiste en un refrito de verduras, con tomate guisado, tacos de jamón, guisantes, algún que otro trozo de patata y sobre el que se posa un huevo que se cocina en la cazuela. También puede incluir pedazos de chorizo. Se trata de una comida de aprovechamiento y el origen de su nombre está relacionado con el aspecto que tiene el plato.
Cocido sevillano
A diferencia del puchero, que tiene un aspecto más blanquecino, el cocido se elabora con carnes como el chorizo o la morcilla, por lo que su color es rojizo. En la Guía Repsol comentan que esta elaboración se finaliza con rodajas de carne rebozada en harina y fritas que se sirven junto al resto del guiso y que conforman lo que se conoce como pringá, pero esto no es así en todos los hogares de Sevilla. La pringá se toma con trozos de pan que, literalmente, se pringan con la carne para poderlos llevar a la boca.
Menudo gitano
Tal y como comentan en la citada guía, "el menudo gitano se hacía hasta hace décadas, y aún se hace en los barrios populares". Este se elabora con menudo de cerdo, ternera, un hueso de jamón, manos de terner y garbanzos. También lleva chorizo, morcilla y algunas verduras para aportar sabor al sofrito. Se le puede echar, al final de la elaboración, un poco de perejil y una rama de hierbabuena. El menudo gitano es muy poco común en los bares de Sevilla, por lo que dar con él se puede convertir en una tarea complicada.
Carne mechada
La carne mechada, o mechá, como se dice en la ciudad, se elabora a base de ternera y se suele servir tanto fría como caliente en tostadas y bocadillos, en algunas ocasiones con salsas caseras. En Sevilla es típico degustarla a la hora del desayuno.
Otras preparaciones
Además de estos platos típicos de la gastronomía sevillana, existen muchos otros que forman parte de la tradición de la ciudad y que también remarcan en la Guía Repsol. Algunos de ellos son las espinacas con garbanzos, que además son veganas, los caracoles y las cabrillas en salsa, que son productos de temporada, las papas aliñás, o entre las opciones más dulces los pestiños y las yemas de San Leandro, por mencionar solo algunos de los más populares.
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