Un paseo por las raíces
El proyecto sevillano Be Sepharad! surge del afán por la recuperación y la difusión de la herencia judeoespañola en Andalucía
A veces es necesario perderse para poder encontrarse, y eso es justo lo que el corazón de la capital hispalense ofrece. Entre estrechas y retorcidas calles cargadas de historia discurre la herencia judía. Desde el barrio de Santa Cruz hasta la Buhaira pasando por San Bartolomé, todavía se aprecian restos de esa cultura que, pese a pasar desapercibida, aún está muy latente en el día a día. Por eso, el proyecto Be Sepharad! aboga por la recuperación y la difusión del legado sefardí y el patrimonio judeoespañol en Sevilla y en Andalucía.
A través de actividades dentro del ocio y el turismo, de la educación y la formación a distintos niveles y también mediante la recuperación de entornos patrimoniales, la empresa da a conocer la historia de los sefardíes con el fin de que esos orígenes no caigan en el olvido. Como muestra gráfica y a modo de metáfora, Pepa Rull, fundadora de la iniciativa, hace una parada muy peculiar en sus rutas. Bordeando los Jardines de Murillo y entre restos de esta cultura, el paseo se detiene para contemplar un enorme ficus de cientos de años. Poniendo la atención en sus raíces, Pepa recuerda la importancia del pasado judío. Es decir, "aunque no se vean, están presentes".
Durante una hora y de forma opcional en época estival debido a las altas temperaturas, el usuario puede aprender curiosidades de la judería de Sevilla como parte de la velada sefardí. A lo largo de un recorrido que consta de once paradas, su fundadora explica con detenimiento datos llamativos como que el cementerio judío llega hasta la Buhaira, o que la iglesia de Santa María la Blanca está hecha en la estructura de una sinagoga que también fue mezquita o que en esta ciudad se creó el primer tribunal de la Santa Inquisición. Tampoco se debe olvidar, destaca, que Sevilla fue la cuna de la primera masacre contra esta cultura, el 6 de junio de 1391, donde los judíos que quedaron sólo tenían dos opciones: convertirse o morir.
Como segunda y última parte de la velada, la música sefardí acapara la atención en la terraza del hotel Murillo, donde tiene lugar un concierto en contexto ambientado para el momento y con la Giralda como testigo. En él se recuperan canciones que habían caído en el olvido. Las melodías son tocadas por dos músicos que evocan el mundo sefardí, mientras que los temas son interpretados por la propia Pepa Rull, quien afirma que el proyecto nace a raíz de un viaje que realizó a Israel. En ese trayecto, ella explica que se sintió como en casa a pesar de estar en un país diferente, entonces tuvo la necesidad de poner en marcha este proyecto para estrechar lazos y dar visibilidad "a una parte de nuestra historia".
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