Por qué el Alcázar de Sevilla se parece tanto a la Alhambra de Granada
Estas dos construcciones están hermanadas por el momento histórico en el que se construyeron algunos de sus edificios.
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Si has tenido la oportunidad de entrar en los Reales Alcázares de Sevilla, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, habrás comprobado que algunas de sus estancias e incluso sus jardines guardan una impresionante similitud con algunas zonas de la Alhambra de Granada, como el Patio de los Leones.
Se puede pensar que esto se debe a la influencia de la arquitectura del periodo de Al-Ándalus en la región, pero lo cierto es que la respuesta va un poco más allá de eso, concretamente porque uno de los monarcas asentados en Sevilla despertaría un gran interés por la arquitectura de la Alhambra.
El Alcázar de Sevilla y La Alhambra de Granada son dos monumentos que comparten numerosas características, tanto en sus orígenes y función como en su configuración arquitectónica y espacial. Concebidos como centros de poder, pero también como complejos residenciales de gran lujo, sus semejanzas se mantuvieron incluso cuando cambiaron de moradores en momentos históricos diferentes y con un contexto cultural y religioso distinto.
Los orígenes del Alcázar de Sevilla
Los Reales Alcázares de Sevilla, ubicados en pleno casco histórico de la ciudad y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se compone de diversos edificios que datan de diferentes épocas.
Así, la fortificación original se edificó sobre un antiguo asentamiento romano y más tarde visigodo. Posteriormente pasó a ser una basílica paleocristiana para tomar su aspecto actual tras la toma de la ciudad por los árabes en el año 713. Es, precisamente, en esta época histórica en la que se encuentra la respuesta sobre la similitud entre la construcción nazarí y la de Sevilla.
El porqué del parecido
En el Alcázar de Sevilla, uno de los palacios que rodea dos de los patios del conjunto no solo data de la misma época que la Alhambra de Granada sino que fue construido por los mismos artesanos del palacio nazarí. Y es que estos serían enviados por el rey nazarí Mohamed V para completar la obra en Sevilla.
Tras la Reconquista de la ciudad, en el año 1248, los Reales Alcázares pasaron a manos de los sucesivos monarcas, que curiosamente experimentaron una gran admiración por la arquitectura mudéjar. Alfonso X el Sabio hizo las primeras reformas creando tres grandes salones góticos y posteriormente Pedro I decidió construir el maravilloso Palacio Mudéjar.
Palacio del Rey don Pedro
También denominado Palacio del Rey don Pedro, el Palacio Mudéjar está formado por un conjunto de salas, corredores y patios privados del monarca distribuidos alrededor del Patio de las Doncellas, la zona protocolaria, y del Patio de las Muñecas, la privada del rey.
Fue construido entre 1356 y 1366 por alarifes mudéjares de Toledo, Granada y Sevilla y tras su obra sufrió numerosas remodelaciones con el paso de los años.
El nombre de mudéjar se debe a la fastuosa decoración de estilo andalusí que lucen gran parte de sus estructuras, azulejos, paredes, artesonados y policromados, mostrando incluso epigrafía árabe en diversos textos. En determinadas estancias posee también una planta superior.
Esto explicaría cómo las construcciones más sobresalientes de ambos conjuntos se realizaron de forma casi simultánea pero en un caso bajo dominio cristiano y en el otro bajo mandato musulmán, aunque con un espíritu y una tradición arquitectónica comunes, lo que da respuesta a por qué son tan similares.
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