¿Cuál es el origen de la velá de Santa Ana?

Sevilla/La Velá de Santiago y Santa Ana o la Velá de Triana, es la principal fiesta popular de Sevilla en verano. Este año se celebrará del 20 al 26 de julio de 2024. Esta velá es una celebración cuyo origen se remonta a siglos atrás y que se ha convertido en una fiesta tradicional para los sevillanos.

¿Cuál es el origen de la Velá de Santa Ana?

Nos remontamos a mediados de siglo XIII. En esa época, Sevilla volvió a ser cristiana y el rey Alfonso X sufrió una enfermedad en los ojos. Según cuenta la leyenda, fue curado gracias a la Virgen de Santa Ana. En agradecimiento, el rey ordenó que se construyera un templo en Triana en honor a Santa Ana, cuyas obras comenzaron en 1266.

A partir de aquí, en la víspera del día de la patrona de Triana, el 26 de julio, los vecinos del barrio y otras partes de Sevilla iban a la iglesia de Santa Ana para velar a la Virgen durante toda la noche. Estas vigilias nocturnas se fueron convirtiendo poco a poco en fiestas donde los sevillanos celebraban frente a las casas.

El abad Gordillo, en su obra "Religiosas estaciones que frecuenta la religiosidad sevillana", cuenta que una de las romerías con más peso en Sevilla era precisamente la de Santa Ana, ya que no solo atraía los habitantes de Triana, sino también a los de toda Sevilla.

La velá se llevaba a cabo en el templo, sus alrededores y, sobre todo, en el río Guadalquivir. Durante siglos, nuestro río fue el protagonista de las actividades de la velá. Según Ángel Vela, escritor y cronista del barrio de Triana, la parte festiva de la velá se dio con los jóvenes que acudían al río mientras sus padres visitaban a la Virgen. Los jóvenes organizaban fiestas en la orilla, se bañaban y disfrutaban.

La velá contaba hasta con su propio coro musical, que cantaba coplillas durante las fiestas. Estas coplas fueron distribuidas entre los vecinos, aunque los documentos históricos originales se conservan en la Biblioteca Británica.

El origen de la Velá moderna

La velá tal como la conocemos hoy en día tiene apenas un siglo de historia. Esto se debe en gran parte a Manuel Garrido Pérez, teniente de alcalde del Ayuntamiento a principios del siglo XX. Este hombre, cuyo nombre adornó la calle San Jacinto durante 20 años, introdujo la cucaña en la velá, una tradición que comenzó en 1910 y se ha mantenido desde entonces.

Si bien la Guerra Civil y la posguerra interrumpieron la celebración de la velá durante una década, tras esto la festividad de Santa Ana volvió a las calles. En 1980, se celebró el primer pregón de la velá, a cargo del que entonces era delegado de Cultura del Ayuntamiento, José Luis Ortiz Nuevo.