El origen de la regañá, el pan ancestral sevillano que llevó Magallanes en la I Vuelta al Mundo
Este alimento nació casualmente en el área de Sevilla hace más de mil años.
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La regañá es una especie de torta de pan que se hace a base de agua, harina y sal, aunque algunas recetas más recientes también incluyen aceite de oliva o ajonjolí en su elaboración. El sabor es similar al de los picos de pan o roscos, pero a diferencia de estos la regañá es una masa fina, con forma ovalada y de unos 20 ó 30 centímetros de diámetros aunque se haya comercializado en muchos lugares con forma rectangular pequeño tamaño.
Su origen
El origen de la regaña se sitúa hace miles de años en el área de Sevilla, más concretamente en Alcalá de Guadaíra, municipio donde tradicionalmente estaban los obradores de pan que repartían sus productos a la capital. De hecho a esta localidad se la llegó a conocer como “Alcalá de los Panaderos”.
Al parecer la regañá surgió de manera fortuita cuando se dieron cuenta de que si las sopas de cereal se sometían a un calor excesivo se solidificaban, obteniendo un alimento con bajo contenido en agua que se podía almacenar durante meses sin que se pusiera malo. Es por esto por lo que la regañá estará, tiempo después, íntimamente relacionada con el viaje de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano en la I Vuelta al Mundo.
Galletas de navegación
Las regañás y su elaboración guardan una relación directa con las antiguas galletas de navegación o de mar, de las cuales Sevilla era un centro de producción importante debido a su situación geográfica. Estas galletas eran preparaciones de pan duro prácticamente iguales que las posteriores regañás que se usaban como base de la alimentación en los barcos debido a varios motivos, entre ellos, que eran imperecederas. Si se aislaban adecuadamente de la humedad marina podían durar semanas.
Las regañás de pan son una herencia directa de estas galletas de mar que, durante la Era de los Descubrimientos acompañaron a marineros, exploradores y conquistadores en sus largas travesías marítimas.
El porqué de su nombre
A este tipo de pan duro se le puso el nombre de regañá por el sonido que provoca cuando se muerde. Algunos historiadores lo relacionan, incluso, con la expresión “a regañadientes”. Sin embargo hay otros estudios que explican su nombre haciendo referencia a otras preparaciones con pan similares que se elaboran en otros países y que se denominan igual, como es el caso de las “regañadas mexicanas”.
Las regañás y la I Vuelta al Mundo
Cuentan las cartas de navegación del viaje emprendido por Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano y que supuso la primera vuelta al globo terráqueo que los marineros basaban su alimentación en estas galletas, antecesoras de las regañás por varios motivos. Uno de ellos era porque se conservaban bien durante semanas.
El otro se debe a que, al mojarlas en agua, las galletas se reblandecían y era lo único que podían comer debido a que la mayoría de ellos tenían escorbuto, una enfermedad que se produce cuando falta vitamina C en el cuerpo o cuando se bebe agua salada y que hace que se inflamen las encías hasta el punto de no poder ingerir ningún alimento. El escorbuto acabó con la vida de varios marineros a bordo de las naves que fueron a la expedición.
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