Origen de los mercados de abastos más famosos y con más solera de Sevilla
En ellos hay tanto productos alimenticios como espacios donde sirven comida en formato tapa o ración.
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Sevilla, como muchas otras ciudades, cuenta con varios mercados de abastos repartidos por los diferentes barrios de la capital en los que se puede seguir comprando fruta, verdura, carne y pescado e incluso algunos artículos como chacinas y queso de la misma manera en la que se hacía antaño.
Aunque estos espacios se hayan modernizado y en muchas ocasiones hayan restaurado sus instalaciones e incluso lo que se ofrece en sus diferentes puestos (en algunos se puede comer) mantienen la esencia de los mercados de toda la vida, por lo que son lugares a los que siguen yendo los vecinos y vecinas y cuyos vendedores, por normal general, llevan años vendiendo tras las mismas vitrinas.
Origen de estos mercados
Los grandes mercados que se conocen en la actualidad son el resultado del desarrollo de los pequeños y humildes mercados medievales europeos. Estos fueron aumentando progresivamente por que a medida que las ciudades crecían, era necesario establecer mercados mayoristas para poder abastecer de alimentos a sectores más amplios de la población.
En Sevilla capital hay cinco de ellos que siguen funcionando a día de hoy y que tienen especial relevancia, por lo que si eres de los que disfruta acudiendo a este tipo de comercios, no dudes en hacer la ruta de los mercados de abastos de la hispalense:
Mercado de Triana
El mercado de Triana, situado muy cerca del puente de Triana, es uno de los más emblemáticos de la ciudad ya que combina lo mejor de los mercados tradicionales de abastos con atractivas propuestas gastronómicas. Su planta es cuadrangular y los puestos se organizan en cinco calles paralelas que atraviesan una central. Bajo el suelo del mercado duermen los cimientos del histórico castillo de San Jorge, que también fue una cárcel durante la Inquisición.
Mercado de calle Feria
Se trata del mercado más antiguo de Sevilla y, curiosamente, sigue manteniendo su espíritu. Se ubica desde 1719 junto a la iglesia del Omnium Santorum y al palacio de los Marqueses de la Algaba, actual Centro del Mudéjar. En él se vende pescado, carne, legumbres, chacinas, etc. así como otros elementos tales como flores o libros. También cuenta con un espacio donde sirven comida. Es uno de los más ambientados de la ciudad junto al de la Lonja del Barranco.
Mercado de la Encarnación
Este mercado está construido, en realidad, sobre un antiguo mercado que había en esta plaza antes de que se construyeran las Setas de la Encarnación.
En los 40 puestos del mercado de la Encarnación se puede adquirir pescado, verdura, carne, charcutería, quesos, encurtidos, fruta, etc.. También cuenta con varios puestos dedicados a la restauración por lo que está frecuentado tanto por vecinos y vecinas como por turistas. Es uno de los más amplios y llamativos de la capital.
Mercado del Arenal
El del Arenal es uno de los mercados más antiguos de la capital andaluza. Se sitúa en un edificio multifuncional de 1947, en la calle Pastor y Landero, muy cerca de la famosa plaza de toros de La Maestranza. Dicha construcción alberga, además del mercado, varias viviendas residenciales y dependencias municipales.
En esta plaza de abastos, cuyo proyecto inicial firmó el arquitecto Juan Talavera y Heredia hay diferentes puestos de productos alimenticios y también de comida ya cocinada. Se trata de un mercado más frecuentado por personas autóctonas, por lo que esto hace que conserve su esencia.
Mercado de la Lonja del Barranco
Situado junto al puente de Triana, en la calle Arjona, es el más moderno de todos y está pensado, especialmente, para comer, por lo que en él hay tanto sevillanos y sevillanas como personas que están de visita por la ciudad. En él se pueden encontrar tanto puestos con comida tradicional como lugares en los que sirven opciones más vanguardistas e internacionales.
La Lonja del Barranco se encuentra en un antiguo edificio de hierro construido en 1883 y que fue usado como lonja y mercado mayorista de pescado hasta 1970. El espacio está dividido en dos plantas en las que se sitúan unos 20 locales de restauración que ofertan más de 100 propuestas gastronómicas. Hay cervecerías, pulperías, empanaderías, croqueterías y coctelerías, entre otros negocios.
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