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El origen de los "calentitos" y por qué en Sevilla se llaman así

Un clásico en casa: churros caseros

No se conoce con exactitud cuál es el origen de los churros pero lo cierto es que este desayuno típico español no se conoce por este nombre en la ciudad hispalense y en algunos otros sitios de Andalucía, como algunas zona de Huelva. Tampoco se les llama porras, como en Madrid. En Sevilla los churros se llaman calentitos y el lugar en el que se elaboran son las calenterías.

Posibles orígenes

Hay algunas teorías que apuntan que los churros surgieron como una alternativa al pan fresco entre aquellos profesionales que tenían que pasar varias horas lejos de casa, como los pastores que estaban en la montaña. De hecho se ha llegado a decir que el nombre viene de los pastores de las ovejas churras, que es una raza propia de Castilla y León.

Otros historiadores defienden que el churro proviene de la cocina árabe y de los buñuelos. Este tipo de frituras elaboradas partir de masas con harina y agua eran muy comunes en toda la zona mediterránea, por lo que podrían haberse extendido por toda Europa.

Incluso hay otra corriente que sostiene que fue la civilización egipcia la que ya gozaba de este alimento, como se puede observar en algunas ilustraciones de la época en la que aparece un caldero con lo que parece un churro de rueda.

Sin embargo la teoría que podría resultar más plausible ubica el origen de esta comida en el sur de China. En esta zona se consumen una especie de palos fritos de pan, los youtiao, que podrían ser los precursores de los churros. A diferencia de éstos, la preparación china es salada aunque también se consuma para desayunar.

Llegada de los churros a Europa

Parece ser que fueron los marineros portugueses quienes, tras volver de sus viajes a Oriente, trajeron consigo esta comida modificando ligeramente la receta y cambiando su sabor salado por el dulce. Los churros no solo se extenderían a España sino también a Francia, Bélgica y países de América del Sur.

En España se comenzaron a hacer populares gracias a que se vendían en puestos ambulantes gracias a lo fácil que era elaborarlos y lo bien que se vendían.

Las primeras churrerías aparecieron en Zaragoza por el siglo XIX y rápidamente muchos establecimientos especializados en dulces fritos (anteriormente llamados buñolerías) comenzaron a ofrecer churros a sus clientes.

Combinación con chocolate caliente

Desde el descubrimiento del cacao, beber chocolate caliente fue algo que se hizo muy popular entre las familias pudientes. Es por esto por lo que fueron estas altas esferas quienes empezaron a combinarlos con esta bebida. El resto de personas que los tomaban lo acompañan de leche o, incluso, de aguardiente.

Porras, churros y calentitos

A pesar de que a veces se puedan confundir lo cierto es que hay pequeñas diferencias entre las porras, los churros de patata y los calentitos.

La masa de los churros solo lleva agua, harina y sal mientras que la de las porras también lleva bicarbonato y una mayor cantidad de agua.

Además, la masa de las porras suele dejarse reposar unos 10 minutos. La de los churros, en cambio, suele trabajarse en caliente y puede dejarse reposando una hora. Para mezclarla no se usa maquinaria sino que se hace a mano para posteriormente freírla, preferiblemente, en aceite de oliva, aunque en muchos establecimientos lo mezclan con girasol para rebajar costes.

En el caso de los churros de patata, aunque hubo un tiempo durante la Posguerra en que se hacían con patatas deshidratadas y molidas debido a la falta de harina, cuando de nuevo hubo se volvieron a hacer con ella, aunque conservaron el nombre que se les dio en este periodo.

Por qué “calentitos”

En Sevilla y en algunas zonas de Huelva lo que el resto de España conoce como churros recibe el nombre de calentitos. El establecimiento en el que se elaboran son, de hecho, las calenterías y en la ciudad hay decenas de ellas repartidas por todos los barrios.

El nombre puede deberse a la temperatura a la que éstos se degustan o a que, a diferencia de otras masas, la de los churros se hacen con agua hirviendo y se prepara el caliente. Aunque no hay una respuesta clara sobre por qué en esta zona de Andalucía se le da esta nomenclatura lo cierto es que hay algunos churreros que no consienten que alguien les pida “churros”.

En Sevilla, su nombre es el de calentitos y aunque tradicionalmente se tomaban para celebrar el Año Nuevo ahora se desayunan en cualquier época del año, especialmente en Feria y Semana Santa.

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