El misterio de los números de San Juan de la Palma que indican los cadáveres que había en su fosa
En esta plaza sevillana hay algunas losetas con números que indicaban la cantidad de cadáveres de una antigua fosa común que había debajo.
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La plaza de San Juan de la Palma, en Sevilla capital, también conocida como la plaza de los botellines porque es un punto de encuentro para tomar algo, guarda una historia que es desconocida para multitud de personas en Sevilla.
Esta plaza sevillana que surge de la confluencia entre las calles Regina, Feria y Viriato fue conocida, antaño, como plaza de las Herrerías ya que en ella había múltiples talleres de herreros. El nombre que tiene en la actualidad viene del siglo XVI, ya que era un lugar vecino a la parroquia de San Juan Bautista, aunque el apelativo de la Palma lo adoptó más tarde, manteniéndose hasta nuestros días.
Esta céntrica plaza ha sido objeto de múltiples recortes en la prensa a lo largo de la historia pero, sin duda, uno de los hechos que la hacen más peculiar es que debajo de la Iglesia que le da nombre había un cementerio y que éste le otorga una curiosa historia a este lugar de la capital.
Los misteriosos números
En algunas de las losas que conforman la plaza de San Juan de la Palma, concretamente en las ubicadas entre la palmera que gobierna este espacio y la farmacia, se pueden observar una serie de números que no siguen ningún orden. Un 27, un 97, un 10...estos pasan muy desapercibidos porque parecen estar escritos a mano y aunque no despierten la atención de quienes los pisan, guardan una historia bastante sorprendente.
Existen tres teorías respecto al porqué de estos números. Una de ellas defiende que estas losetas eran restos de lápidas y que estos números estarían pintados en dichas lápidas. La segunda de las opciones sostiene que quien colocó las losas en esta plaza las fue numerando para saber en qué orden las ponía, pero eso no explica por qué los números no siguen un orden, sino que son aleatorios.
La tercera teoría y la más extendida es que eran números que indicaban los cadáveres que se iban incluyendo en la fosa común del antiguo cementerio que habría debajo de dicha plaza.
Sin duda se trata de una anécdota algo espeluznante que recoge muy bien una de las muchas historias que envuelven a la ciudad de Sevilla.
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